Título original Madame Hyde
Año 2017
Duración 95 minutos
País Francia
Dirección Serge Bozon
Guión Serge Bozon
Música Benjamín Esdraffo
Reparto Isabelle Huppert, José García,
Romain Duris, Pierre León,
Guillaume Verdier, Patricia Barzyk
Jamel Barbouche, Raxane Arnal.
La película "Madame Hyde" de Serge Bozon trata de lastécnicas de enseñanza de una profesora en un instituto complejo. Ella se siente muy cuestionada tanto de los alumnos como de la directiva. El papel de profesora lo realiza
Isabelle Humper( sus papeles siempre son de de una fuerza considerable y muy creíbles. Ahí está "Elle" de Paul Verhoeven o
"El porvenir" de Mia Hansen Love) ,la cual se siente desbordada por la situación, agobiada ante una compleja profesión en ese centro especial. Como siempre realizará ese papel de asustada de esconderse detrás de su pequeña estatura ante las dificultades, ante el temor a un ataque inminente, ya sea de alumnos o de profesores. Nadie confía en sus capacidades frente a la docencia. Ni siquiera contemplan la problemática que hay en sus aulas con unos alumnos impertinentes siempre dispuestos dejarla e mal lugar. Son adolescentes de una edad donde los desplantes e insultos son de una desconsideración importante, de una falta de respeto hacia la docente muy considerables. Con todos estos inconvenientes, una inspección se cierne sobre su cabeza, incluso la expulsión sería posible. Recuerda algunas situaciones problemáticas de
"El profesor" de Tony Kaye, donde esos momentos en la clase hacen largos, interminables o "La clase" de Laurent Cantet. Al final una solución fantástica poco convincente la aupará como una auténtica heroína.
La profesora recibe palos de todos
los frentes: el colectivo de docentes, el de padres y como no podía ser de otra
manera de los alumnos que están dispuestos a comérsela viva con sus típicas
gamberradas subidas de tono. Su firmeza, pese a todo, no decae. Seguirá
explicando sus clases con determinación. Pero el desafío en clase es constante,
siempre con la intención de sacarla de sus casillas de llevarla a su terreno, allí donde no pueda dar la lección. El problema lo tiene por allí donde pasa, pues como
no puede controlar el aula, se le vuelve todo en su contra e incluso los mismos
compañeros le recriminan su forma de actuar. Su físico endeble parece que no va
a poder aguantar las embestidas de la jauría humana. Pide la expulsión de su
alumno más pedante, pero el director no le hace el menor caso. Su compañero le
recomienda que calle hasta que los alumnos se comporten, es decir no dar la clase
si no guardan silencio. Éste es mucho más efectivo que los gritos. Con todos
estos consejos, no paliarán las angustias y los miedos escénicos del día a día
de volver a entrar a esa misma clase, de entrar de nuevo en el laberinto del
manicomio. Respira profundo, toma aire y se encamina de nuevo hacia su puesto de trabajo. Qué
nueva aventura le deparará hoy después de la pausa, después de cargar las
energías una noche sin dormir sin descansar, y piensa en que ha de volver
otra vez a entrar a esa clase maldita. Hay tumulto, murmullo, como siempre, se
sienta sigilosa como una estatua hasta que se silencie el ambiente. En ese momento, entra en
acción la soledad del profesor: ya no sabe qué hacer para que funciones las
clases ni a quien encomendarse, pues le dan la espalda. Ya nadie confía en ella y menos si no
sabe parar las embestidas de los alumnos. Así, se sucederán las clases sumidas
en un auténtico cachondeo. Eso por un lado, por el otro el desprecio a su
asignatura técnica que no tiene opción de optar a representaciones teatrales.
Hay nuevos profesores que sudan lo mismo que ella, que no pueden aguantar los ataques y están cerca de
derrumbarse en medio de los pupitres. De nada le sirve al nuevo profesor ser tercero en
su promoción para derretirse ante tal situación. En definitiva una fuerza sobrenatural salvará la situación extrema y lleva a la profesora al triunfo final.
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