martes, 25 de septiembre de 2018

León on Pete



Título original Leon on Pete

Año                 2017

País                Reino Unido

Dirección        Andrew Haigh

Guión             Andrew Haigh

Fotografía      Magnus Nordenhof Jonck

Reparto          Charlie Plummer, Travis Fimmel,

                       Steve Buscemi, Chloe Sevigny,

                      Steve Zahn, Thomas Mann,

                      Amy Seimetz, Justin Rain,

                      Frank Gallegos, Rachael Perrell

                     Fosket, Dana Millican.
             


Charlie Plummer adolescente escuálido que da las prestaciones necesarias para un papel de descuidado y desnutrido. Parece salido directamente del secuestro de la anterior película 

 "Todo el dinero del mundo" de Ridley Scott. Hacía el papel del nieto del multimillonario Paul Getty. Es este caso se va a la otra banda, nada que ver con la riqueza de la anterior, y realiza un papel de adolescente abandonado huérfano sin destino alguno.El director Andrew Haigh vuelve a situarse en el núcleo de un problema. Se las ingenia para contar una historia que engancha, no importa la edad que ocupen sus protagonistas para situarse justo encima de sus vidas, como una lapa. Así lo hacía en la excelente "45 años" donde unos ancianos sin apenas vida por delante todavía quedaban secretos ocultos por contar, es decir, casi acabada su existencia les da un respiro para que cuenten el último secreto. 

Aquí, "León on Pete" se pasa a la otra banda de la edad, donde un adolescente sin rumbo se lía con un tratante de caballos, porque su vida familiar ya no existe y necesita sobrevivir de la forma que sea. Personaje que va dando tumbos sin rumbo en busca de una estabilidad que no llega.




La película trata de un adolescente sin familia que le ampare, con una madre desaparecida de su entorno que lo abandonó un día de su infancia. Pronto sabemos el motivo, sin que nos lo digan, del problema, pues el padre es un crápula que le gusta mucho el ligue y poco el curro. Así las cosas, lo más seguro es que se meta en peleas, en situaciones complejas donde se lo carguen de una paliza. Por eso, el chico deambula sin rumbo y busca el cobijo de un tratante de caballos dedicado a ganar carreras de una manera sucia, pues trapichea con productos adulterados para que la bestia rinda más en las carreras. Atrapado por el mafioso de los caballos y sin guía familiar no encuentra otro camino que buscar una tía remota que lo enderece. El caballo perdedor será vendido para sacrificarlo, pues de lo contrario vale para correr, pero él se obstina en imponerse a este sacrificio. Como no le hacen caso, se escapa con la camioneta y la bestia. Dos vidas sin destino: un animal que ha llegado a su final de carrera profesional, las piernas ya no le dan para más  y un chico que no tiene destino ni un guía que le marque el camino. El protagonista siempre sale corriendo, escapa del mundo, de su vida. No encuentra el acomodo y huye, por mucho que la policía o los servicios sociales le busquen por el lugar, él se resiste a abandonar su destino su libertad. Sin embargo, se obstina en buscar a esa madre que nunca le quiso o esa tía de ficción que nunca se sabe si va a aparecer o siquiera exista. En definitiva, la progresión del chico va encaminada hacia el abandono y a ser un ladrón y un indigente que se moverá en los círculos de la droga y la violencia, si no lo remedia el destino de la tía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en esta página