viernes, 9 de noviembre de 2018

Casi 40



Título original Casi 40

Año                 2018

Duración          87 minutos

País                 España

Dirección         David Trueba

Guión              David Trueba

Fotografía       Julio César Tortuero

Reparto           Lucía Jiménez, Fernando Ramallo,

                        Carolina África, Vito Sanz

David Trueba vuelve a rodar con

Fernando Ramallo y Lucía Jiménez. Entonces, en "La buena vida", contaba los desencantos de unos adolescentes incomprendidos. Ahora en "Casi 40",esos mismos actores, muestran el mismo desencanto, pero en otra edad con otro prisma veinte años más encima del cuerpo. Rememoran el tiempo pasado que siempre fue mejor. No sé por qué, quizás porque era suyo,el libro, pero me recuerda a "Blitz "donde combina humor y desmadre de un joven alocado. Hay una huida de no se sabe qué ni de quien como ocurre nada más empezar en la cinta. Los amores, los amantes, la infancia aparece nada más empezar a rodar. No es de extrañar que pruebe dentro de veinte años más para ver la evolución de unos personajes que encajan en su papel a la perfección, porque el tema del desengaño y la marcha hacia ninguna parte está latente. De hecho comenta la protagonista: “ Me da miedo convertirme en mi madre”. Cinta que consiguió en Biznaga de plata en el festival de Málaga sin tener la misma temática ni mucho menos, está en la línea de

 "Vivir no es fácil con los ojos cerrados" o 

"Madrid 1987" donde las relaciones personales destacan sobre el resto de las cosas.






Dos personajes que se tiran a la carretera sin saber muy bien donde van a parar ni qué harán después, pero no importa, la cuestión es pasar unos ratos juntos para revisar sus propias vidas. Las dos asoman constantemente en el presente, rememorando el pasado. El recuerdo toma una presencia propia de personaje. Ahí están: los ligues, la vida pasada, la vida en pareja está latente y presente que parece importar menos. La protagonista afirma respecto a los amores anteriores: "todos hacemos daño a alguien alguna vez” porque las relaciones son difíciles, si no nos aguantamos a nosotros mismos cómo vamos a soportar a otro que no seas tú mismo. Su carrera de éxito musical olvidada ya, por un matrimonio con un famoso futbolista. Ahora con su amigo de la infancia que la ha contratado para hacer unos bolos musicales en unas bibliotecas, por pasar el rato, por desconectar de la vida familiar, sin mayor importancia, vamos. Ese escape de la realidad cotidiana hará que aparezca el recuerdo nostálgico como un puñal que se clava en las entrañas sin compasión. La cinta sigue con el diálogo de la pareja que habla de todo y de nada como lo hace la propia vida. Sigue la crítica de una sociedad corrupta y maldita. La familia, el sexo, las relaciones, las monjas, todo el panorama social sale retratado en forma de sorna. Con todo, la cinta respira paz y sosiego después de soltarse todo lo que les viene de las entrañas y quedarse tan ricamente como soltar la mierda acumulada de años, pues ya está bien: ha llegado el momento de soltar lastre. En fin, un remanso de recuerdo y sencillez.

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