"Houria" ( interpretado por
Lyba Khodri, que ya lo hacía con la misma directora en "Papicha, sueños de libertad" con un tema recurrente en un país donde la libertad deja mucho que desear, de Mounia Meddour sigue los pasos de la joven que quiere progresar en el mundo de la danza.
Su trabajo está en un hotel que cuida de la limpieza de las habitaciones. Allí está junto a otra compañera que sueña, viven en Argelia, con pasar a España y ascender socialmente. Por la noche realiza fuertes apuestas en unos combates entre carneros. Ella ensaya sin cesar movimientos de baile. pero las exigencias son altas. El esfuerzo por conseguir la perfección lleva a heridas en los dedos de los pies y el mandato de la entrenadora es máxima. Ellas, cuando pueden, disfrutan al ritmo de "felicitá" de Albano y Romina o de "Gloria" de Umberto Tozzi, momentos de felicidad con una bola de azúcar en la boca, mientras disfrutan de una fiesta, o una bengala chispeante en los dedos.
En fin, la historia está cargada de dolor que es fiel reflejo en las imágenes de la intérprete apaleada por meterse en el mundo de las apuestas y pasará por un periodo de recuperación. Como indica su nombre, Libertad, eso supone igualdad y comprensión es lo que buscan las mujeres.
Título original Houria ( Libertad)
Año 2022
País Argelia
Dirección Mounia Meddour
Guion Mounia Meddour
Música Maxence Dussere, Yasmine Meddour
Fotografía Leo Lefevre
Reparto Lyna Khoudri, Francis Nijim
Rachida Brakni, Nadia Kaci,
Amira Hilda Douaouda,
Marwan Zeghbid, Salima Abada,
Meriem Medjkrane,
Zahra Manel Doumandji.
Las apuestas ilegales no es la solución para salir adelante. Por eso, si se pasa de lista, en la calle, se ganará una paliza del matón de turno. Frecuentar esos tugurios no le van a facilitar su proyección, pues en ese lugar aparcan mafiosos que siempre quieren ganar a las buenas o a las malas. Así pues, enseguida acabará escaleras abajo y sin la pasta que es por lo que huía. Ahora le han roto la pierna y ya no puede hacer ballet y eso la deja sin aliento. Todo respira cierta naturalidad. Ahora, después de la paliza, se ha quedado sin habla y debe recuperarla en un centro donde hay compañeras que han quedado igual por ataques terroristas o muertes de sus hijos. Así, está rodeada por un elenco de personas afectadas por circunstancias diferentes, pero que tienen un trastorno difícil de superar, como le sucede a ella. Todo son mujeres que han recibido un palo en la vida y se encuentran recluidas en el centro. En ese transcurrir de la historia, la madre le cuenta que no vuelve a conducir, porque hace tiempo, cuando llevaba ella el coche, se llevaron a su padre y lo asesinaron. De nuevo en las tareas del hotel, su compañera le confiesa que tomará una lancha de última generación: "hola España, adiós Argelia en una noche estará en Alicante". Ese es su sueño: llegar a una Europa de prosperidad que luego se puede convertir en el trampolín a la prostitución. Esa es la realidad: caer en bandas que comercializan con el cuerpo femenino de por vida, aunque les hayan prometido un trabajo decente, como sucede en muchas ocasiones. Incluso puede que las olas la devolverán cadáver. Así las cosas, ella sigue estando perseguida por el tipo mafioso que le causó la pérdida del habla, porque está protegido por la policía y por mucho que denuncien no acabará entre rejas. En fin, esas mujeres están seriamente afectadas y atormentadas por hechos que las han marcado en sus vidas, necesitan exteriorizar su dolor, pues ya no pueden resistir más.
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