"El hombre ciego que no quería ver Titánica" de Teemu Nikki ( director de "Euthanizer", aquella película que hablaba de un tipo que practica la eutanasia a los animales) va de un tipo que se relaciona con malas compañías que le llevarán a historias violentas. Cuenta las fantasías de una persona, interpretado por Petri Poikolainen,
con discapacidades, es ciego y postrado en una silla de ruedas, que mantiene una relación telefónica a distancia con una chica. Además, es un aficionado al cine y guarda en sus estanterías aquellas pelis que antes, cuando todavía veía, revisaba sin descanso.Se engañan porque él le cuenta que ha salido a dar una vuelta a correr por el campo. Se cuentan las fantasías mentales que son irreales. No desvelamos nada, porque las primeras imágenes nos muestran minuciosamente a ese chico en un espacio reducido y sus movimientos sumamente costosos. El dolor queda patente en los primeros planos con su cara chafada en el suelo cuando se ha caído al suelo por buscar algo. Por lo tanto, la cinta no es especialmente esperanzadora. Empieza siendo dura y acabará más dura todavía. Cuenta su agonía en esas cuatro paredes que recuerdan a la tumba de aquella película "Enterrado" de Rodrigo Cortés. También hay ciertos parecidos con "La ballena" de Darren Aronofsky. Se crea tensión en el momento en que el director oculta todo lo que hay alrededor de ese ciego desprotegido.
Así, los peligros, dificultades y temores que experimenta el protagonista también lo hace el espectador. Ese personaje que maldice el momento en que quieren apiadarse de él y emprende un viaje al infierno. En fin, es una historia fuerte difícil de digerir.
Título original Sokea mies, joka ei
halunnut nahda Titanicia
Año 2021
Duración 82 minutos
País Finlandia
Dirección Teemu Nikky
Guion Teemu Kikki
Fotografía Sari Aaltonen
Reparto Petri Poikolainen, Samull Jaskio,
Marjaana Maijala, Matti Onnismaa,
Hannamajia Nikander, Samuli Jaskio,
Rami Rusinen.
El director quiere, a primera vista, que el espectador sufra junto al personaje, que es ciego, en su tarea diaria, en sus costosos movimientos. Se mueve lentamente en ese espacio reducido para prepararse el café y lo hace con verdadero dolor. Se aprecia detenidamente lo que cuesta coger una taza o tomar la cafetera. Prepararse el desayuno es toda una odisea. Así pues, asistimos al dolor del tipo discapacitado de visión como si nos ocurriera a nosotros mismos. Se le cae el móvil al suelo y encontrarlo supone viajar a Marte. Luego, mientras rastrea el suelo con los dedos cae de cabeza en el suelo y allí besa los ácaros durante un buen rato. Desde ahí mantiene una conversación telefónica con la chica que le habla diariamente y hablan de la película "Titánic" de Cameron, que si es un truño después de hacer la obra maestra de "Allen, el octavo pasajero". Así, tirado se imagina esa voz y le pone cuerpo, dice que es la teniente Ripley( Sigourney Weaver). El personaje, en una situación miserable, todavía es capaz de hacer chistes con su interlocutor del otro lado, incluso reír. A su casa acude una asistenta que le preparará comida y lo cuide. Le llama con nombres de personajes de ficción terroríficos como "enfermera Ratched". Él sabe y se siente discapacitado, pero le molesta que lo contemplen como un inútil.No quiere molestar a nadie, ni siquiera a sus padres, porque son demasiado contemplativos con él. Nunca será una carga para los demás. Si cae, ya se levantará y si no viene nadie allí estará hasta el fin de sus días. Siempre ese primer plano de su careto, nada asoma nítido a su alrededor. No podemos ver aquello que él no ve. En su mente unas zapatillas deportivas que corren como un sueño y un deseo inalcanzable. El ciego mantiene conversación diaria con una chica que tiene una enfermedad terminal. Por eso, plantea un plan; ir a verla, ya. No importa las dificultades con que se encuentre: pedir un taxi, subir a un tren, volver a otro taxi. Ese pequeño viaje supondrá una gran aventura para él. En la calle, la cámara sigue mostrando la cara del protagonista, nada de exterior, ni de paisaje. Se pretende mostrar esa sensación de no ver más allá que el primer plano del ciego. Todo son sonidos que nos indican ese proceso de viaje, el resto se ve entre tinieblas. Quiere resaltar los ruidos, las personas que hablan, justo lo que siente el personaje. Hay momentos de espera, de silencios de rumores ambientales cuando lo dejan solo en la estación y el taxista va a preguntar. Son minutos que parecen horas angustioso. Si faltaba algo se encuentra con un ladrón que quiere hacerse con su cartera. Se tropieza con un desalmado que le roba el móvil y lo acarrea a un viejo almacén. Además de la tortura de ser ciego indefenso, puede pasarlo todavía peor. Está fuera de su entorno conocido y en manos de un chorizo que lo puede tirar por un barranco.Por un momento, te preguntas si hay algo más terrible que ser ciego y te das cuenta que hay todavía más profundidades que la ceguera: la incomprensión y brutalidad humana. Sin embargo, todavía le queda fuelle para hacer chistes: "vosotros sois como los malos de Fargo, luego me vais a echar a la picadora". En ese estado, el ciego se arma de valor y les grita que ya no le importa nada, porque prefiere morir antes de continuar sufriendo y más ante estos energúmenos que lo quieren robar. No conseguirán nada. Puede haber un final esperanzador y en esa ceguera profunda con el tacto de las manos podrá ver a su chica. En definitiva, la deshumanización del personal enfrentado a un indefenso ciego.
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