Uno, interpretado por Patrik Bruel es un crápula que lleva una vida a lo grande sin pasar penurias, pero al límite de su economía ( por eso se inicia con un desahucio); el otro, interpretado por
Fabrice Luchini ( con un buen número de pelis a sus espaldas: "Mi crimen", "Alta sociedad", "El juez", "En la casa"), es profesor de universidad e investigador. El segundo acude a casa del primero, porque acaba de tirarse del balcón de su casa cuando le iban a embargar sus bienes. Por suerte es un primer piso y tan solo se hace unos rasguños. El accidentado llama al otro para pedir ayuda y que le cure las heridas, pero van a urgencias. Allí, el cara dura no tiene siquiera tarjeta sanitaria y se la pide a su amigo para que lo visiten. Se despiden sin más, porque la amistad llega hasta cierto punto. Al día siguiente, llaman al profesor desde el hospital para comunicarle algo grave. Le anuncian que tiene una enfermedad terminal y como mucho durará seis meses, pero ese diagnóstico no es de él sino el de su amigo.
Así, plantea el tema un tanto trillado de qué harías en el caso de que te dijeran que te vas a morir en un corto plazo: farra, farra y más farra. Con la diferencia y el enredo cómico de que la confusión del que va a morir no queda aclarado y ese motivo es el hilo de la comedia. En definitiva, desarrolla el tema de la relación entre dos amigos de la infancia que se han hecho adultos y han tomado caminos diferentes y se contrasta esa forma de pensar individual y hacen el gamberro, porque total para el tiempo que queda por vivir qué más da dejar esa huella traviesa.
Título original Le meilleur reste a venir
Año 2019
Duración 117 minutos
País Francia
Dirección Alexandre de la Patelliere
Matthieu Delaporte
Guion Idem
Música Jerome Rebotier
Fotografía Guillaume Schiffman
Reparto Fabrice Luchini, Patrick Bruel,
Martina García, Zineb Triki,
Thierry Godard, Lilou Fogli,
Pascale Arbillot, adre Marcon.
Jean-Marie Winling.