"Daisy Diamond" de Simon Staho machaca el cerebro del espectador en las primeras imágenes. La violencia aparece después de unas muestras de amor. Vemos una pareja de jóvenes enamorados. Él se está inyectando droga y ella lo come a besos, pero en segundos todo cambia, porque él le pide el dinero que le ha dado la madre de ella. Supongo que para comprar más droga. Ella quiere marchar a Copenhague y emprender una carrera de actriz a lo cual le dice él que es muy fea y se olvide. Sobre todo que le dé la pasta. La violencia aparece porque empieza a soltarle hostias y me viene a la cabeza los protagonistas colgados de aquella película "Submarino" del danés Thomas Vinterberg. Aunque todo resulta que es una prueba para un casting. Sigue la vida para esa chica joven, interpretado por
Noomi Rapace ( intérprete de "Lamb" de Valdimar Johannsson), con un bebé que no será tan fácil encontrar trabajo con el niño a cuestas. Todo son castings fallidos, pues siempre aparece el llanto del niño que no la deja vivir. Así, va contando múltiples pruebas que no pasa hasta que llega a una decisión drástica que tampoco le solucione la vida.
En fin, muestra el camino de espinas que debe pasar la mujer en soledad con un bebé a cuestas en una sociedad poco empática con un final abierto.
No vamos a descubrir ahora a Tim Burton. Su cine es muy especial, te gusta o lo aborreces. Johnny Depp es uno de sus actores preferidos que ha encarnado algunos de sus personajes míticos como aquel "Eduardo Manostijeras" tierno y cortante; o el dueño de la mejor fábrica: "Charlie y la fábrica de chocolate" o en "Ed Wood" como el peor director de cine de la historia. Domina cualquier registro como la animación en "La novia cadáver" , incluso animación compartida con los actores como ocurre con "Mars Attachks". Es muy cuidadoso con su decorado y se decanta siempre por revivir a los muertos, con lo cual siempre le da vueltas a los espíritus, los cadáveres y las situaciones paranormales donde los fantasmas toman vida propia. Aquí "Bitelchús, Bitelchús", secuela de la anterior con el mismo nombre, saca de nuevo sus monstruos que aparecen siempre en casas y con la estética muy especia. Todo ello, en algún caso, a ritmo musical de Bee Gees. Aquí, los muertos también entran en juego con su centralita del más allá donde controlan a los fallecidos. Ahí es donde se encuentra el jefe estrambótico, Bitelchús,
interpretado por Michael Keaton, junto a otro de los muertos, un actor que no se dejaba doblar y por eso ha ido a parar al más allá, se encuentra encarnado por Willen Dafoe. La historia sucede en esas dos partes o mundos: los vivos y los muertos. Se inicia en una familia que acaba de perder al abuelo y la hija, interpretado por Winone Ryder,
es una espiritista captadora de los muertos en el mundo de los vivos. En ese tira y afloja entre los muertos que aparecen como la palmaron y los vivos que está cerca de diñarla se desarrolla la trama.
En definitiva, un entretenimiento puro para aquellos cinéfilos de las historias fantásticas y desmadradas del director.
"Lo mejor está por llegar" de Alexandre de la Patelliere y Matthieu Delaporte se sumergen en la comedia de enredo y amistad entre dos amigos donde la confusión de una enfermedad dará pie a retomar la relación de amistad de la infancia. Se conocían desde el colegio, pero siguen caminos diferentes.
Uno, interpretado por Patrik Bruel es un crápula que lleva una vida a lo grande sin pasar penurias, pero al límite de su economía ( por eso se inicia con un desahucio); el otro, interpretado por
Fabrice Luchini( con un buen número de pelis a sus espaldas: "Mi crimen", "Alta sociedad", "El juez", "En la casa"), es profesor de universidad e investigador. El segundo acude a casa del primero, porque acaba de tirarse del balcón de su casa cuando le iban a embargar sus bienes. Por suerte es un primer piso y tan solo se hace unos rasguños. El accidentado llama al otro para pedir ayuda y que le cure las heridas, pero van a urgencias. Allí, el cara dura no tiene siquiera tarjeta sanitaria y se la pide a su amigo para que lo visiten. Se despiden sin más, porque la amistad llega hasta cierto punto. Al día siguiente, llaman al profesor desde el hospital para comunicarle algo grave. Le anuncian que tiene una enfermedad terminal y como mucho durará seis meses, pero ese diagnóstico no es de él sino el de su amigo.
Así, plantea el tema un tanto trillado de qué harías en el caso de que te dijeran que te vas a morir en un corto plazo: farra, farra y más farra. Con la diferencia y el enredo cómico de que la confusión del que va a morir no queda aclarado y ese motivo es el hilo de la comedia. En definitiva, desarrolla el tema de la relación entre dos amigos de la infancia que se han hecho adultos y han tomado caminos diferentes y se contrasta esa forma de pensar individual y hacen el gamberro, porque total para el tiempo que queda por vivir qué más da dejar esa huella traviesa.
Ander Thomas Jensen ( uno de los guionistas de mayor renombre de Dinamarca y colaborador en casi todos los guiones de Susanne Bier, "Después de la boda", "En un mundo mejor" o con Lone Scherfig"Wilbur se quiere suicidar") se lanza a realizar como director sus propios guiones. Aquí no alcanza a tener el poso de otras posteriores como es el caso de la excelente "Un asunto real" y últimamente "La tierra prometida" En "De pollos y hombres", película del 2015, pretende enfrentar a dos tipos de hermanos muy diferentes: uno es un pajillero de poca monta ( encarnando el papel el gran Mads Mikkelsen que utiliza casi siempre en sus pelis)
En esta se le ha deformado el labio, está partido, y con una nariz de patata supongo que para darle un aire cómico, de palurdo o más bien de la anomalía de esa familia de hermanos con la cual experimentaba su padre y el otro un profesor de universidad, pero también más feo que un porrón.
A la muerte de su padre, en una cinta de casete, les revela que él no fue su verdadero padre y que no son hermanos de madre. Luego, el inteligente, acaba de entender por qué son tan diferentes. Los dos, sin estar muy de acuerdo, emprenden la aventura de dar con su progenitor que vive en un pueblo casi abandonado en una isla. En fin, en clave de humor se enfrentan a su verdadera identidad a base de pelear a brazo partido con sus otros hermanos que viven en comuna como auténticos animales.
"Devuélvemela" de Danny Philippou y Michael Philippou ( también guionistas que se vuelven locos retorciendo la trama y sin saber hacia dónde la van a llevar con un final sangriento para que el espectador salga tenso) arranca con la imagen de una chica ciega, Piper, interpretada por Sora Wong, que pretende entablar conversación con otras chicas de su edad, pero no lo consigue por su discapacidad.
Le acompaña su hermano Andy, interpretado por Billy Barratt, que la lleva a su casa y allí encuentran a su padre en el baño muerto. Por su condición de menores de edad, ella va a parar a casa de Laura, interpretado por Sally Hawkins
( actriz de altura y papeles reconocidos como la compañera del monstruo en "La forma del agua" de Guillermo del Toro o la alegre profesora de primaria en "Happy: un cuento sobre la felicidad" de Mike Leig) que será su madre de acogida. Las primeras impresionas no son nada favorables, pues parece una casa que esconde algún secreto extraño, maligno. Luego esa terapeuta reconocidísima por la policía se pasará media peli haciéndose la buena, pero a escondidas lleva un demonio dentro que no hace otra cosa que joderlos y al final carnicería y sangre.
En fin, un par de hermanos adolescentes desamparados por las circunstancias que los llevan a una casa bien y resulta que se topan con una chiflada de turno. Esa loca de remate, que intenta ocultar su condición de chiflada, no para de chinchar. La película quiere ser muchas cosas y acaba siendo nada: un buen libro es mucho más saludable. Eso.
Rozzum 7134 es el nombre del "Robot salvaje", película de Chis Sanders para la compañía DreamWorks. El invento mecánico se encuentra en medio de una isla y rodeado de bichos. Es un lugar adverso a sus condiciones, y busca encarecidamente a un cliente a quien servir, que es para lo que está creado. La máquina creada por el hombre se siente y tendrá que buscarse la vida en soledad junto a los animales y la naturaleza.
La peli es animada que puede distraer a peques y adultos por su colorido y lo intrépido de a máquina ante las múltiples dificultades que se le presentan, pero puede llegar a cansar el artilugio mecánica dando vueltas por la montaña y hablando con los animalitos.
Finalmente, vemos como se va a desarrollar ese ordenador metálico y con patas en un espacio que no le da ventaja su inteligencia artificial frente a un mundo primario de animales y plantas.
"La vida era eso" de David Martín de los Santos se muestra cercana y creíble al mismo tiempo. Eso le da cierto empaque. Quién no ha estado en un hospital compartiendo habitación con otra persona enferma y las ha tenido crudas de peleas. La trama central se desarrolla en esa relación de dos mujeres: la primera,
interpretada por Petra Martínez, una mujer de avanzada edad que no tiene otro ánimo que estar tranquila y en silencio con su enfermedad, que la dejen en paz y con su intimidad; la segunda, interpretada por Anna Castillo, una joven vigorosa y con ganas de poner aire nuevo en ese rincón hospitalario.
La trama sigue muy de cerca, sobre todo, los caprichos o apetencias de la joven que a primera vista no parece tener ninguna enfermedad y se encuentra inquieta detrás de esas cuatro paredes, pero no es así. De pronto, da un giro el guion y quien está grave es la joven. La anciana se ve envuelta en la búsqueda de la familia de la joven, porque ha ocurrido un hecho calamitoso y se siente con la obligación de resolverlo. Y ese camino hacia la nada es una manera de replantearse su propia existencia casi acabada que todavía puede iniciar un nuevo rumbo. Por lo tanto, esa salida de su rutina matrimonial y la búsqueda de las raíces de su compañera de cama, la hacen saltar de su interior hacia terrenos libres de ataduras.
En fin, se abren diferencias más que evidente, generacionales que hacen saltar chispas en cada momento en que la joven intenta implantar algún capricho. Pero el drama de la trama ahonda en los rincones oscuros de la vejez.
"La evaluación" de Fleur Fortune se sitúa en un mundo distópico, lugar alejado de la civilización y cercano al mar. Muestra a una pareja enamorada, empleados en sus quehaceres, él en tareas virtuales, ella en un invernadero experimental, pero la felicidad está ausente por las dificultades para tener un hijo. Conseguirlo supone una prueba loca. El test que deben pasar el aprobado en adopción pasa por someterse a los caprichos de una profesora,
interpretado por Alicia Vikander ( "La última reina", "La chica Danesa"), que los hará pasar por el tubo durante siete días. La pareja, interpretados por Elizabet Olsen y Himesh Patel, están de acuerdo en las condiciones que les impone, pero les gustaría saber de qué va la evaluación que serán sometidos.
La examinadora va a revisar punto por punto todos y cada uno de los detalles de ellos y de la casa para realizar un informe negativo para la adopción. El examen llega hasta un extremo intolerable, pues son trampas bombas para que no consigan el objetivo.
En fin, los hijos están muy caros y los personajes se mueven en ese mundo futurista y fantástico de sus tareas futuristas. En ese ambiente árido y solitarios se analizarán las condiciones para dar el visto bueno a la entrega de un hijo. Las normas y las leyes en el futuro también nos perseguirán con la intención de liquidarnos.
"Mi camino interior" de Denis Invert se basa en los cuadernos escritos del Sylvain Tesson. Sus libros recogen las vicisitudes de los viajes realizados: en el 93-94 del siglo pasado en bicicleta para dar la vuelta al mundo; en el 97 caminando por el Himalaya y el Tíbet; ya en este siglo, a caballo por las estepas de Asia central. Aquí narra la peripecia de caminar solo más de mil kilómetros después de una grave operación, es decir que va prácticamente cojo. En ese recorrido ( recorre el valle del Var de los Alpes al sureste de Francia, por toda la Provenza hasta llegar a el Mont Saint Michel. El director mantiene la costumbre de marcar con el nombre los lugares por donde pasa o se detiene) de sufrimiento donde hay momentos que para su camino porque no puede con el dolor, su mente vuela libre mientras contempla el paisaje.
Pierre, interpretado por Jean Dujardín, es el escritor contemplativo que reflexiona aspectos de la existencia mientras camina y ve la naturaleza. Le asaltan los pensamientos en el silencio que apunta en un cuaderno. Se le abren los sentidos entre las montañas y reniega como un ermitaño de la realidad humana, de la super población, de las envidias y las miserias. Así, la cinta transcurre en su mayoría con su propia voz en "off" que va narrando aquellos momentos de razonamiento donde fluyen las ideas que le llegan mientras observa las montañas, hace fuego o conversa con un habitante de un pueblo pequeño.
En esa meditación interior aparecen sus amores y sus errores durante sus últimos acontecimientos. Al mismo tiempo, le acompañan, en determinados tramos, personas que él quiere. En fin, aquí en la nada está completamente salvado de los auténticos depredadores del mundo.
Dos emprendedores informáticos pirados y con una empresa caótica detrás quieren lanzar al mercado una especie de boceto que posteriormente sería el primer "smartphone"
Hablamos de "BlackBerry" ( de Matt Johnson) la marca de telefonía móvil pionera del mercado que se inició con un rechazo frontal de las empresas punteras. Hay que desplazarse en el tiempo al año dos mil cuando Nokia era la marca predominante. Época en que Steve Jobs ( Apple, el de la manzanita) todavía no había arrancado en su vuelo espectacular, pero con el tiempo les comería la tostada. En esa época, el móvil era un dispositivo telefónico sin más y la empresa RIM, la de los dos colgados que intentan promocionarla, incorporó el teclado y la conexión a internet. El mercado de este producto creció una barbaridad, pero hasta llegar a la cúspide hay detrás una historia muy parecida a lo que ocurría en la película "Tetris" de de J. S. Baird donde nadie confiaba ni creía en el artilugio y detrás del videojuego hay una trama de secretos y espías. Aquí,
Mike Lazaridis ( interpretado por Jay Baruchel) es el promotor y coco de la empresa que mantiene el cerebro a mil revoluciones, pero no sabe presentar bien su proyecto;
junto a él se encuentra su compañero friki, Doug Fregin, interpretado por el mismo director Matt Johnson en un papel de pasota total y el ejecutivo agresivo,
Jim Balsillie, interpretado por Glenn Howerton, que ve un filón en el proyecto y no escatima pasta, incluso si arriesga su patrimonio hasta conseguir las riendas de la empresa y el triunfo definitivo. En fin, muestra que la fama y el dinero se gana sufriendo y por medio de trapicheos varios. Así, una empresa ruinosa en sus inicios de jóvenes ingenieros que manipulan placas y cables en un tugurio se convierte en una de las más importantes de la época.