Año 2014
Duración 92 minutos
País Francia
Director Jean-Paul Rouve
Guión Jean-Paul Rouve, ( David Foenkinos)
Reparto Michel Blanc, Annie Cordy, Mathieu
Spinosi, Chantal Lauby, William
Lebghil, Flore Bonaventura, Audrey
Lamy, Jean-Paul Rouve, Jacques
Boudet, Xavier Briere, Yvan Garouel
Los temas acotados de las películas son los que
marcan nuestros gustos. Ahora me apetece una de terror, luego una de acción y
para reírme una de enredos. Sin embargo, hay cintas inclasificables como puede ser "Los
recuerdos" de Jean–Paul Rouve, aunque se puede decir que es un drama, el drama de la vida. Nos cuenta situaciones delicadas, alguna pillada con pinzas, poco creíbles, hechos normales que les pasa a los mortales. A
veces, ese latido de la vida, sencillo, que nunca pasa nada sino que es el drama normal y corriente, está definido en los recuerdos felices. En definitiva. nos cuenta las pulsaciones del devenir de una familia desde el último eslabón,
la abuela, hasta el primero, el nieto. Supone mirar por la mirilla de la puerta desde fuera hacia el interior y ver qué se guisa allí adentro: las costumbres y el sentir de las pulsaciones de la vida.
La película no cuenta nada de especial, pero lo
dice todo. Se inicia con un entierro como la metáfora de que ahí vamos a parar todos de
cabeza y no es tan necesario preocuparse tanto por tonterías. A partir de aquí, hacen su presencia los componentes de la familia: el
padre, con la jubilación anticipada, ha perdido su lugar en el espacio vital, el trabajo, tantas horas allí para nada, porque
ha quedado desconcertado, de hecho por muchas fiestas que te hagan para despedirte
cuando vuelves al lugar donde te has pasado toda la vida ya no eres nadie y no
te van a hacer ni puto caso ( por momentos me ha recordado a Jack Nicholson
en el adiós definitivo de la empresa en la excelente "A propósito de Schmidt" de Alexander Payne); la abuela, sola, una vez fallecido el marido, ya no puede estar en su piso ( hay que encerrarla en una residencia y vender el piso sin que ella se entere); la esposa defraudada de una vida sin alicientes; el hijo es el único que lo ve todo con optimismo, normal, pues es joven. Con este panorama, la vida discurre de mal en peor. El hilo conductor lo lleva Romain el hijo que quiere encontrar a toda costa a la mujer de su vida. Sin embargo, las situaciones familiares se cruzan por delante de su camino. En definitiva, los recuerdos son aquellos momentos del pasado que nos hicieron felices y que se pueden remover dentro del pensamiento para que nos alivien el peso actual, con éstos se puede retomar de nuevo el pulso de la vida. A ratos puede resultar un tanto sensiblera, pero me ha parecido sencilla y agradable en su conjunto.
en el adiós definitivo de la empresa en la excelente "A propósito de Schmidt" de Alexander Payne); la abuela, sola, una vez fallecido el marido, ya no puede estar en su piso ( hay que encerrarla en una residencia y vender el piso sin que ella se entere); la esposa defraudada de una vida sin alicientes; el hijo es el único que lo ve todo con optimismo, normal, pues es joven. Con este panorama, la vida discurre de mal en peor. El hilo conductor lo lleva Romain el hijo que quiere encontrar a toda costa a la mujer de su vida. Sin embargo, las situaciones familiares se cruzan por delante de su camino. En definitiva, los recuerdos son aquellos momentos del pasado que nos hicieron felices y que se pueden remover dentro del pensamiento para que nos alivien el peso actual, con éstos se puede retomar de nuevo el pulso de la vida. A ratos puede resultar un tanto sensiblera, pero me ha parecido sencilla y agradable en su conjunto.
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