Dos estudiantes de instituto con ganas de juerga y rompedoras de sistema necesitan evadirse, hacer locuras para salir del tedio de la vulgaridad diaria. Ese es el inicio de la película "Plan B" de Natalie Morales. Adolescentes, interpretado por
Kuhoo Verma y
Victoria Morales que tienen siempre como tema central el sexo como una meta por descubrir porque en el caso contrario puede haber compañeras de pupitre que las dejen en mal lugar. Las chicas deslenguadas y marchosas quieren experimentar con el sexo,¡ya! Para ello montan una fiesta en casa de una de ellas e invitan a compañeros de la clase. Se pretende mostrar ese diálogo guasón y descarnado que utilizan los adolescentes, los cuales no dejan ni una ocasión para dejar en mal lugar a su oponente, ya que tíos y tías se disputan ese primer plato sexual con la más "pibón". Todo ello revuelto en la jerga del vocabulario juvenil para darle mayor realismo: "potorro", "relaja la raja", "tengo el chichi como el ascensor de El resplandor","cacho de rabo" ," te cabalgo" " fiera del polvo"; "lunar peludo en la picha" "follacráneos"; así sin parar. Un tanto pesado si no se está en esa movida en cuanto a todo lo que haga referencia a temas salidos del sexo.
Hay películas que es necesario repetir su visualización, en cambio, ésta se llega al final con grandes dificultades y repetirá siempre, pero como el ajo con un mal sabor de boca.En fin, una comedia gamberra para un público muy juvenil que les pueda hacer gracia las "chorradas" que van soltando a cada minuto, sin más.
"El tiempo del amor" de Katell Quillevere ocurre años después de la Segunda Guerra Mundial.
Las primeras imágenes muestran la violencia de los soldados que ganaron la guerra, en un blanco y negro como si de un reportaje periodístico se tratara, donde reflejan el castigo y la venganza que infringen a las mujeres que en su día fueron aliadas o simplemente compañeras de viaje o de amores de los nazis, como ocurre en esta historia. Les dejan los pelos rapados y las marcas nazis por todo su cuerpo. Son vejadas y desnudadas delante del público como una vergüenza humana. Ellas huyen como pueden y se refugian donde no las vean. Pronto las imágenes pasarán del vientre embarazado de una de estas mujeres y se convertirá en un niño caminando por la playa en imágenes a todo color. Ha pasado el tiempo y la madre solitaria,
interpretado por Anaïs Demostier, trabaja de camarera en un restaurante y, en ese momento, en la playa, conoce a un tipo, interpretado por Vicent Lacoste, que se entromete en su vida. Vive en un castillo que se ve desde la playa y , como hombre de posición social acomodada, estudia fuera.
Es un idilio sin futuro, pues aunque él está inválido de una pierna no se vislumbra como una unión por culpa de la casta social. En fin, los buenos inicios no auguran un desarrollo interesante, pues la trama se va desinflando poco a poco, pierde fuerza y parece que los nuevos temas que aparecen son parches para alargar una agonía de cinta.
El primer minuto, la mano que entregan una pistola con unas balas que caen sobre la mesa. Alguien al otro lado que firma un documento, ya nos atrapa. Queremos seguir la trama para saber qué pasa con esta entrega tan sospechosa. Se puede creer que estamos ante un matón, pero no es así. "La semilla de la higuera sagrada" ( premio especial del jurado en Cannes y premio del público del festival de San Sebastián 2024) del director Mohammad Rasoulof se inicia con el sello de un hombre, Imán, en Teherán, que firma un contrato por un nuevo cargo en su destino laboral: ser juez de instrucción y con ello le entregan una pistola.
Este aumento en el cargo es de alegría en la familia y le enseña el arma a la mujer como prueba de su nueva situación, la cual será la culpable de parte del conflicto familiar. Su trabajo consiste en juzgar casos, pero sin detenerse demasiado en ellos, pues quieren que firme la sentencia y a otro suceso. La historia se traslada a los disturbios de 2022, por la muerte de Mahsa Amini, torturada y asesinada por no llevar el velo en la cara y las mujeres protestan contra el régimen que persigue a las mujeres universitarias que gritan por la libertad:" mujeres, vida, libertad".
En fin, esa disputa que se refleja en la calle traspasa el ámbito público para instalarse dentro del seno familiar y enloquecer a las dos partes: de un lado, un padre fanático del régimen; del otro, dos hijas que luchan como pueden ante la tiranía del poder.
"Simón" de Diego Vicentini ( realiza su tesis en la academia de cine de Los Ángeles sobre las protestas en Venezuela del año 2017) se inicia con un cumpleaños que no se sabe a cuento de qué va. Luego se desplazan a Miami junto a uno de los personajes del evento. Éste llamado Simón ( quizá con la intención de desenterrar el Libertador),
interpretado por Christian McGalfney ( el mismo que realizó el corto), que quiere pedir la residencia política en Estados Unidos. De momento, vive en unas condiciones de prestado, pues se encuentra en un piso muestra que cuando vienen clientes a visitarlo debe salir por piernas. Tiene amigos y apoyos que le facilitan la clandestinidad. Necesita ayuda de una norteamericana para que le rellene la documentación, pero para ello necesita contar su vida y explica que se involucró en una manifestación en la universidad. Dice que montaron una organización para enfrentarse al gobierno dictador. La historia se desarrolla en el recuerdo de su prisión y posterior tortura.
En definitiva, se siente atrapado por su pasado: de un lado, quiere volver a la lucha por su pueblo, del otro lado, piensa que será mejor quedarse en un país seguro y reiniciar su vida sin sobresaltos.
"Mamacruz" de la venezolana Patricia Ortega toca de lleno el tema de la sexualidad en la vejez. Con la sinopsis y las primeras imágenes ya podríamos realizar una primera valoración de las insatisfacciones amorosas de una mujer. Ahí está como primera toma de contacto la pancha contenta de un marido que dormita mientras la mujer, Maricruz,
interpretada por Kiti Mánver, con una interpretación espléndida ( ella sola lleva todo el peso de la cinta) se siente atraída y poseída por un amor intenso que se proyecta en la televisión del serial diario que se emite al mediodía. Es una imagen que refleja el modo de satisfacción de multitud de personas, maduras ellas, con un sentimiento de placer olvidado. La proyección del serial, pese a su pésima interpretación y calidad, supone para la mujer salir de la vulgar realidad y sumergirse en el abismo pasional de la ficción. La intención, aunque sea por media hora de metraje, es olvidarse de la vida insulsa y anodina que lleva hasta ahora para sentir los besos y las caricias de la tele como suyas propias. Ella misma se mete de lleno en la pasión televisiva. El ambiente por donde discurre su vida es rural y su entrega hacia la religión es máxima.
Por tanto, es una mujer casada y decente que se cuida, con sumo cuidado, de las imágenes de la iglesia y de tener una reputación limpia de todo pecado. Sin embargo, de pronto, siente un fuego interior que no sabe cómo apagar.
Su marido, interpretado por Pepe Quero, es un trozo de piedra que deambula por la casa y nada de lo que necesita su mujer podrá conseguirlo. En definitiva, en esas noches de calor sofocante y un ambiente religioso, la mujer que siente dentro fuego y unas ganas intensas de conseguir aquello que siempre ha deseado en la ficción, de experimentar con su cuerpo el placer que hasta entonces nunca ha conseguido intenta poner solución al problema. Así, ese estado de indecisión de traicionarse a sí misma crea un desasosiego que es imposible salvar. Al final, el paso del tiempo, que ya no se puede detener, es el que marca la nostalgia de la protagonista que no puede retroceder y conseguir eso que su interior le pide: sentir placer que nunca lo ha experimentado. Pero jamás es tarde si hay voluntad y pasión por realizar una nueve experiencia. Ella es quien mejor conoce su cuerpo.
"Un dolor real" de Jesse Eisenberg trata de un viaje que implica más que un recorrido por unos lugares, sino una cierta inmersión hacia el interior de los personajes. Esto son dos primos que se reúnen en un aeropuerto con la intención de viajar juntos a Polonia con un destino ya predeterminado: la de llegar hasta la casa donde vivió y sufrió su abuela que acaba de fallecer. No parece que lleven una relación estrecha, pues no saben mucho el uno del otro. Uno, Davers, interpretado por
Jesse Eisenberg ( actor y director de la peli), parece respetuoso con una vida encarrilada, mujer e hijos. En el transcurso del viaje se ve un tanto distante o acomplejado al lado de su primo, Benji, interpretado por Kieran Culkin, el cual no para de cachondearse de su trabajo en internet y eso de montar páginas o diseños de producto.
El otro es vitalista, bromista, pasota. Esos dos conceptos de ver el mundo y vivir la vida les lleva a un punto de distancia de choque. Uno a la reflexión y el otro a explotar en según en qué situaciones se encuentre por su concepto del mundo. Ya se ve que van a rebotarse por su forme de ser diferente, porque comparten una misma misión y juntos se rebotarán.
En fin, la idea parte en mostrar a dos primos con una genética parecida, los padres eran hermanos, pero que el comportamientos es muy diferente, no se parecen en nada. Cada uno responde a un modelo diferente. Uno porretas y pasota de la vida, el otro con una familia formada y un concepto del mundo ordenado.
"El silencio del agua" de Wei Shujun trata sobre la investigación de un crimen. El detective Ma Zhe, interpretado por Zhu Yilong,
y jefe de la policía criminal está encargado de investigar la muerte de una anciana en un lago. No hay pistas sobre el asesino y la abuela no tenía parientes cercanos, eso sí, vivía con un tipo raro (con una cierta demencia) en su casa que ha desaparecido.
La acción se desarrolla a finales del siglo pasado en la ciudad rural de Banpo y el detective rastrea la zona con la intención de dar con pistas que le lleve hacia el asesino. Sus oficinas han pasado a la sala de proyección de cine, porque se ha cerrado y allí están más discretos. Luego el despacho se sitúa justo encima del escenario y la pieza de proyección sirve de comedor.
Mientras buscan alguna pista que les lleve al asesino, pues el loco se niega a hablar y están bastante perdidos en el caso. Todo al ritmo de sonata de "claro de luna" de Beethoven. Sin embargo, el jefe inspector les aprieta las clavijas para encontrar al asesino. La historia se ramificará en dos: la búsqueda del asesino y su propia crisis existencial, pues su mujer se encuentra embarazada y le surgen problemas personales. En fin, una vez aclarado el caso, el policía quiere apartarse del servicio, porque ya no aguanta más las presiones.
"La pecera" de Glorimar Marrero Sánchez indaga en la capacidad de afrontar los últimos días de la vida de una persona, Noelia, en este caso interpretado por Isel Rodríguez ( ella es la que sostiene arriba la película),
que todavía es joven, pero tiene cáncer y una metástasis como un caballo. Las primeras imágenes son de desesperación ante una bajada de moral descomunal. Por muchos impulsos que le dé su compañero, la solución al final trágico lo tomará ella. Se le recomiendo un tratamiento de quimioterapia fuera, en países más avanzados donde las posibilidades auguren alguna esperanza; aunque ella se niega a machacarse el cuerpo con tratamientos que lo único que van a hacer es alargar la agonía unos días más. Entonces, si no quiere ponerse en las manos de unos médicos por no sufrir, para nada, toma la decisión de dejarlo todo a medio camino y marchar hacia el lugar de nacimiento para morir en paz. Da la sensación que quiere pasar en soledad sus últimos días y para ello se marcha a su isla natal en Puerto Rico donde quemará el último cartucho.
En fin, es una cierta despedida de los suyos sin necesidad de contar nada de lo que le pasa ni siquiera dramatizar cuando la palme pues se acabó el recorrido y ya está.
"Vivir el momento" de John Crowley se construye a partir de saltos temporales que te rompen el esquema de la historia, pero al mismo tempo te fuerzan a que reconstruyas esos vacíos. La historia se centra en la relación amorosa de una pareja, interpretado por Andrew Garfield
( aquel actor héroe en la cinta "Hasta el último héroe" de Mel Gibson, memorable por su tozudez en rescatar a los soldados medio destrozados en la batalla, y lo veo con los cuerpos medio destrozados a sus hombros, uno tras otro sin descanso y aquí nada de eso sucede.) y por Florence Pugh
( actriz de "El prodigio" donde se negaba a aceptar que una niña se tomara por santa y no comiera durante muchos días y quería demostrar que aquello no era cierto), y su recorrido por la vida durante diez años juntos. Los hechos que suceden son corrientes: el amor que fluye violento, el embarazo, los temas laborales de ella que es chef de un restaurante y los de el que trabaja en una empresa multinacional y todo ella aderezado con una enfermedad repentina. Hace falta un tiempo para ordenar el caos inicial y centrarte en completar ese puzle que se ha propuesto el director con diferentes fases de sus vidas.
En fin, hay cierta química en esa pareja y eso le da una cierta credibilidad, pero falta la capacidad de sorpresa de contar algo diferente. Ya es un tema muy visto y recurrente.
"La trenza" de Laetitia Colombani se desarrolla en tres historias en países diferentes que va retomando en diferentes fases allí donde las dejó. La primera sucede en el norte de la India. Muestra la vida cotidiana de unas mujeres que se dedican a limpiar los retretes de las casas. Es decir, entran en el cagadero diariamente para quitar de en medio las cacas de los dueños con ceniza y una paleta que recogen en una cestita y la largan lejos cerca de río. Todo ello a cambio de un puñado de arroz que aliñado con ratas frescas será el menú de ese día.
La protagonista vive en una cueva de piedra con su familia. Pese a las miserias, el padre cuenta historias de cuando era un niño y ríen sin cesar, mientras comen sentados en el suelo. La madre quiere que su hija vaya a la escuela y no sea en el futuro tan desgraciada como lo son ellos.
La segunda historia pasa en Monopoli, Sur de Italia. La cámara sigue a Julia en ese trayecto de casa de su madre al taller de su padre.
En este caso, el tema cultural toca por la banda de un chico que conoce que es de procedencia de la india.La calidad de vida ha subido, pero el negocio de su padre de peluquines está en las últimas. Así, necesita un cambio antes de arruinarse.
Y la tercera se desarrolla en Montreal, Canadá. En este caso se ve una familia socialmente acomodada. Sin penurias de hambre como la primera ni la segunda.
No hay ningún tipo de precariedad, pero siempre vemos el punto de agobio de los hijos por la presentación de la tesis o el trabajo de fin de curso de la hija adolescente y el estrés añadido de la madre. Los tres casos toca el tema del padre ausente por causas diferentes. En definitiva, los humanos no son capaces de saborear los días dulces, porque una vez u otra, pronto, aparecerá el mal en forma de drama que atenazará a todas las familias. Está muy bien la comparación de la escala de las familias desde la más pobre y con menos recursos, pasando por la mediana, hasta llegar a la más elevada.