Título original Le tout nouveau testament
Año 2015
Duración 113 minutos
País Bélgica
Director Jaco Van Dormael
Guión Thomas Gunzig, Jaco Van Dormael
Fotografía Chistophe Beaucarne
Reparto Pili Groyne, Benoït Poelvoorde, Yolande Moreau,
Catherine Deneuve, Emylie Buxin, Cyril Perrin.
“El Nuevo Testamento” es una
sátira con muy mala leche a los poderes establecidos de la Iglesia. El director
Jaco Van Dormael toca la fibra sensible de un tema actual en boca de los mortales:
ante todas las injusticias de este mundo no es posible que exista un Dios
normal que consienta las desigualdades y la crueldad en que vivimos. La
presencia de ese ser superior que se encuentra en todas partes y controla el
cotarro de las acciones no puede ser un santo sino un malvado ser que consiente
las desgracias de este mundo. Más o menos ése es el planteamiento de la trama. Las
personas sufren desde que nacen hasta su muerte infinidad de calvarios, de
sacrificios, de violencias, de masacres; pero el tal todopoderoso se queda con las
manos cruzadas o acaso es el generador de todo y se sacia complacido ante las
malvadas situaciones. Imaginemos por un momento un Dios normal y corriente con una bata de ir por casa y con un aspecto de lo más cutre, con una
mujer ama de casa que barre y limpia un hogar cualquiera y una hija que se le
sube a las barbas porque es una adolescente que no está de acuerdo con las
normas establecidas por el cacique de su padre ( el Dios supremo de todas las
cosas). Él domina el Mundo en un despacho repleto de ficheros, desde allí con
un ordenador de culo gordo realiza las normas y los designios de todos los
seres humanos.
¿ Es posible un mundo tan
injusto de no ser porque detrás
existe una mano maligna que controla y castiga las acciones del personal? Se plantea
una situación que está presente en la conciencia del personal: no me creo que
haya un Dios detrás de todo esto y deje que sucedan cosas tan horribles:
asesinatos, torturas, masacres, atentados, hambre, plagas. Porque si realmente
está ahí en todas partes como dicen y controlándolo todo, debe ser muy maligno,
ya que consiente y tolera todo esto sin poner reparo alguno. La película
muestra una familia de aspecto descuidado con un padre, Dios, ( interpretado por un
excelente Benoit Poelvoorde ) que muestra un comportamiento autoritario y machista
frente a todo quisque. Ese Dios de la ficción no puede ser de otra manera sino
la denigración del ser humano. La
historia avanza con el propósito de la hija por modificar la situación del mundo y si en lugar
de doce apóstoles son dieciocho entonces las cosas cambiarán. Ésta pretende
romper con las normas establecidas de su padre. Pero antes de bajar a la Tierra
lanza un mensaje a todos los mortales con el día en que van a morir y por tanto, el cronómetro de los días o las horas que faltan de vida se pone en marcha. Con ello inicia el caos total y al mismo tiempo fastidia al Creador. Luego decide bajar a la Tierra para conseguir su
objetivo. El espectador que
quiera divertirse con las burradas que se cuentan a modo de coña se lo va a
pasar pipa. Si estás dispuesto a tolerar y a seguir el juego macabra del
director vas a pasar un tiempo divertido. Ahora bien, si eres muy católico
incluso practicante seguro que te vas a ver muy molesto que se rían de aspectos
religiosos y vas a considerar una chorrada como una catedral lo que estás
viendo. Incluso puede que te moleste ciertas consideraciones de cachondeo y
mofa sobre los temas sagrados, pues eso de colocar a un Dios terrenal con esas pintas en lugar del típico Señor con túnica, aureola y sufriente por todos los hombres,
no será muy gracioso. Además, pensarás la poca gracia que tiene las mil y una chorradas que se gasta como que decida bajar a la tierra por un medio tan rudimentario como es meterse
dentro de una lavadora, cuando lo más normal es que realice un milagro y
aparezca donde quiera que para eso es el gran Dios Todopoderoso. Sin embargo,
la grandeza de las películas está en mostrar las mismas imágenes con un efecto diferente dependiendo del lado en que se encuentren esos ojos. Es una película que por momentos
recuerda a “Amelie” que busca complacer al público con varias sensaciones, pero
que si entras en ese juego te lo puedes pasar bien. En
definitiva, acaso haría falta más de un meneo de ciertas instituciones o al
menos una visión diferente, para que el dogma religioso ( y otros del estilo que son intocables) se puede ver desde un punto de vista cachondo, diferente del normal. En
este caso, se muestra una forma irónica casi rayando lo esperpéntico de una
creación divina. Por eso no estaría nada mal que ese Dios cutre y humano pase por las mismas putadas
que prepara él mismo para el resto de los mortales. Es cierto que cuando se
meten con los asuntos de la Iglesia no gusta demasiado a aquellos que veneran
la santa religión, pero no vamos a estar de acuerdo siempre con los temas de las cintas, sencillamente a quien no le guste o se sienta ofendido que no la mire, en cambio, el resto que quieran olvidarse de todo durante la proyección y sean
capaces de pasar unas horas para meterse de lleno en las locuras
de las imágenes y las sensaciones se lo pasaran de buten, eso seguro.
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