"El tiempo del amor" de Katell Quillevere ocurre años después de la Segunda Guerra Mundial.
Las primeras imágenes muestran la violencia de los soldados que ganaron la guerra, en un blanco y negro como si de un reportaje periodístico se tratara, donde reflejan el castigo y la venganza que infringen a las mujeres que en su día fueron aliadas o simplemente compañeras de viaje o de amores de los nazis, como ocurre en esta historia. Les dejan los pelos rapados y las marcas nazis por todo su cuerpo. Son vejadas y desnudadas delante del público como una vergüenza humana. Ellas huyen como pueden y se refugian donde no las vean. Pronto las imágenes pasarán del vientre embarazado de una de estas mujeres y se convertirá en un niño caminando por la playa en imágenes a todo color. Ha pasado el tiempo y la madre solitaria,
interpretado por Anaïs Demostier, trabaja de camarera en un restaurante y, en ese momento, en la playa, conoce a un tipo, interpretado por Vicent Lacoste, que se entromete en su vida. Vive en un castillo que se ve desde la playa y , como hombre de posición social acomodada, estudia fuera.
Es un idilio sin futuro, pues aunque él está inválido de una pierna no se vislumbra como una unión por culpa de la casta social. En fin, los buenos inicios no auguran un desarrollo interesante, pues la trama se va desinflando poco a poco, pierde fuerza y parece que los nuevos temas que aparecen son parches para alargar una agonía de cinta.
"La trenza" de Laetitia Colombani se desarrolla en tres historias en países diferentes que va retomando en diferentes fases allí donde las dejó. La primera sucede en el norte de la India. Muestra la vida cotidiana de unas mujeres que se dedican a limpiar los retretes de las casas. Es decir, entran en el cagadero diariamente para quitar de en medio las cacas de los dueños con ceniza y una paleta que recogen en una cestita y la largan lejos cerca de río. Todo ello a cambio de un puñado de arroz que aliñado con ratas frescas será el menú de ese día.
La protagonista vive en una cueva de piedra con su familia. Pese a las miserias, el padre cuenta historias de cuando era un niño y ríen sin cesar, mientras comen sentados en el suelo. La madre quiere que su hija vaya a la escuela y no sea en el futuro tan desgraciada como lo son ellos.
La segunda historia pasa en Monopoli, Sur de Italia. La cámara sigue a Julia en ese trayecto de casa de su madre al taller de su padre.
En este caso, el tema cultural toca por la banda de un chico que conoce que es de procedencia de la india.La calidad de vida ha subido, pero el negocio de su padre de peluquines está en las últimas. Así, necesita un cambio antes de arruinarse.
Y la tercera se desarrolla en Montreal, Canadá. En este caso se ve una familia socialmente acomodada. Sin penurias de hambre como la primera ni la segunda.
No hay ningún tipo de precariedad, pero siempre vemos el punto de agobio de los hijos por la presentación de la tesis o el trabajo de fin de curso de la hija adolescente y el estrés añadido de la madre. Los tres casos toca el tema del padre ausente por causas diferentes. En definitiva, los humanos no son capaces de saborear los días dulces, porque una vez u otra, pronto, aparecerá el mal en forma de drama que atenazará a todas las familias. Está muy bien la comparación de la escala de las familias desde la más pobre y con menos recursos, pasando por la mediana, hasta llegar a la más elevada.
"Blitz" ( llamada guerra relámpago por la capacidad de sorpresa con que se desarrollaba, con mucha rapidez y precisión. Película que ha ido directamente a las plataformas concretamente a Apple, sin pasar por las pantallas de cine) del director Steve McQueen ( aquel director de "12 años de esclavitud", trata sobre la esclavitud de un negro de condición social alta que lo secuestran y lo meten en el saco de la venta humana, aquí también se da el componente racista porque se meten con el niño que es negro; también hay cierta referencia simbólica a los esclavos en alguna ocasión; anteriormente realizó "Shame" donde un joven obsesionado por el sexo, cuando encuentra una chica que le gusta, no puede mantener relaciones y se crea un conflicto) se inicia en Inglaterra en plena Segunda Guerra Mundial donde las bombas de los alemanes descargan sobre suelo británico en la noche como lluvia pesada, mientras las familias se trasladan a refugios para protegerse.
El foco de acción recae sobre un niño y su madre, interpretado por Saoirse Ronan (" Brooklyn", "Lady Bird"), que se ven sorprendidos por la lluvia de bombas sobre sus cabezas. Contrasta ese inicio cargado de violencia por los incendios y la tragedia cuando al lado en una casa todavía no les ha llegado el aviso del bombardeo y viven tan ricamente: una madre acariciando a su hijo y un abuelo que toca el piano.
Ésta acompaña a su hijo para que parta en un tren en solitario hacia un lugar más seguro que la ciudad, pero esta situación de abandono el niño, interpretado por Elliott Heffeman, no lo acaba de entender y piensa en volver a toda costa. Por lo tanto, después de recorrido un buen trayecto, se escapa e inicia el viaje de vuelta por su propia cuenta. Mientras la madre contribuye a la fabricación de material bélico. Así, las dos vidas discurrirán por caminos diferentes con algún que otro "flashback" que interrumpe la acción. En fin, se podría resumir en las peripecias que pasan una madre y su hijo en la distancia y en medio de una gran guerra. Película destinada a entrar en la batalla final de los Oscar.
"Sueño" de Jason Yu pretende, desde el inicio, meter el miedo dentro de espectador. El mismo que tiene la chica de ese matrimonio cuando su marido se despierta a media noche con sueños extraños.
Ella, interpretado por Jung Yu-mi, espera un bebé, y cuando se van a la cama empieza el espectáculo de terror. Su marido, interpretado por
Lee Sung-Kyun ( aquel actor de "Parásitos" de Bong Joon-ho que hacía de padre de la familia adinerada con una mansión donde se le instalan otra familia de posición social baja. No podrá realizar más películas, pues estaba metido en un líos de drogas y no pudo soportar el proceso de investigación con lo cual se fue al otro barrio), mientras sueña dice en voz alta: "hay alguien dentro". A partir de aquí se sucederán golpes y ruidos en las puertas con la intención de mostrar que algo pasa ahí. Luego se averiguará que es su propio perro el que realiza los golpes. Luego, al día siguiente, la vecina se queja de que estén dando golpes toda la noche.
De hecho, es la nueva vecina porque el anterior, más adelante se desvela lo que pasó con el inquilino, ya marchó por lo mismo: el escándalo nocturno que se produce en su piso. El soñador noctámbulo es actor y ya la persigue la palabra sueño en sus guiones. Se suceden los acontecimientos de noche y la esposa se lleva al marido al hospital. Comprueban que tiene un trastorno de sueño llamado REM. Así, esta enfermedad le lleva a mantener una actividad durante el sueño que es violenta y no logra controlar. Incluso alcanza una enfermedad degenerativa. En ocasiones, ocurre que daña a la persona que se encuentre a su lado y, en este caso, su pareja, embarazada, no está para aguantar estos comportamientos incontrolables. En definitiva, se toman las medidas necesarias para que el tipo, mientras duerme, no la ataque ni, por supuesto, al bebé. El tipo se toma la medicación necesaria para ver qué pasa y a dormir. Sin embargo, el guion puede dar un giro sorprendente al final de todo.
"La ambición de los hombres"del director alemán Lars Kraume se inicia en Berlín a finales del siglo XIX. La trama se inicia con unas clases sobre tribus africanas. Profesores etnólogos que explican en la universidad las inferioridades del los pueblos bosquimanos del sur de África. Estudian las medidas de la calavera que afirman ser más pequeñas que indican su deficiencia mental y comprensiva. En una especie de circo del centro de la ciudad exhiben a unos habitantes africanos, muestran su cultura, que se ceden a esas mediciones del cerebro. Miden sus cabezas para certificar que son más enanas y por tanto inferiores. El grupo se niega a esa prueba vejatoria de demostrar la inferioridad de una raza. Ellos consideran que están ahí por un intercambio cultural, no por ser unos animales que se exhiben en una jaula. Al final obedecen porque quieren tener una audiencia con el embajador Guillermo, ya que sus tierras peligran. El hilo conductor de la historia está en un profesor, La historia se detiene en uno de esos profesores y una chica integrante del grupo africano. Alexander Hoffman, interpretado por Leonard Scheicher, joven profesor que se niega a tal barbarie.
No está muy de acuerdo con los procedimientos, pero siempre recibirá presiones para que siga con su proyecto. La historia pasa a la acción abruptamente. Se supone que los tratos del embajador con los indígenas no ha fructificado positivamente. Por eso se ven inmersos en una guerra sin cuartel y desproporcionada. Se adentra en el primer genocidio del siglo XX en Namibia que se llamó genocidio de los hereros y namaquas. Las tropas alemanas en 1904 liquidaron a sesenta mil hereros, tribu africana, con más de quince mil efectivos del ejército: lanzas contra cañones.
En una colonia que anteriormente estaba dominada por los ingleses. Si quedó alguno con vida fue expulsado al desierto para que la palmara allí, otros eran obligados a trabajar para ellos en el ferrocarril o las minas de diamantes. En definitiva, muestra el inicio de un nazismo enraizado dentro de esa cultura que posteriormente explotaría en una segunda Guerra Mundial devastadora. La incomprensión de otras culturas diferentes y la ceguera de no ver más allá de nuestra nariz, llevan a un pensamiento cerrado. Estamos ante las teorías que dieron vuelo al posterior nazismo y su consecuencia. El problema de estas masacres es el documento real y verídico, nada de ficción por desgracia.
Louis Garrel( director y protagonista en el papel de hijo disconforme con la decisión de su madre) cuenta la historia de un hijo que está furioso con la decisión de su madre que se ha enamorado perdidamente de un tío que se ha tirado en la cárcel cinco años por vete a saber los trapicheos: robos o se ha cargado a alguien. Su madre se encuentra muy feliz con su nuevo marido, acaban de casarse y ya piensan en montar un negocio de flores en pleno centro. El chico sigue desconcertado con las decisiones de su padrastro que no acepta, pues a las primeras de cambio sin venir a cuento ya le regala un rólex que se saca de su muñeca. Sospecha que algo sucio se esconde detrás de ese turbio personaje. Por eso, lo persigue hasta conseguirá averiguar sus intenciones, pero se verá obligado a entrar en los trapicheos si no quiere fastidiar a su propia madre. En fin, con un adjetivo se resumiría todo: insulsa.
"O Corno", Concha de Oro en el Festival de San Sebastián 2023 ( se le llama corno, en Galicia, al hongo, también llamado cornezuelo, cuando madura, y su cuerpo adopta una forma de cuerno, que nace junto a la cosecha de centeno que la cultura popular la ligaba a propiedades farmacológicas. Éstas podían producir abortos clandestinos, antes de la Segunda Guerra Mundial, que se exportaba a muy buen precio) de Jaione Camborda quiere escenificar el dolor de una madre en el momento de dar a luz con una primera escena que dura casi diez minutos y muestra ese sufrimiento doloroso de la madre. Todo ello ayudado de una madrona, que de profesión es marisquera en la ría, interpretado por
Janet Novás, ( Goya 2023 a la mejor actriz revelación) que la sujeta y la anima para que empuje. La situación se produce en Arousa en Pontevedra en el año 1971. Hasta aquí hay una pequeña presentación de los personajes ;el primero, cada uno por su lado, ya hemos comentado la chica que ayuda a dar a luz y el segundo, que entra en acción que es una joven que acaba de tener una relación con un chico y lleva tres meses de falta de la regla. Aquí es cuando empieza el drama, pues le pide que la ayude, porque no quiere tenerlo y menos que sus padres lleguen a enterarse. Pues no puede cerrar su proyección laboral con un bebé tan pronto. Pese a la negativa de no atender las peticiones, porque acarrea ciertos riesgos, la amenaza con hacerlo ella sola si no la ayuda. Así, no tiene más remedio, por caridad, que ayudarla. Condensa en cámara lenta los padecimientos de las mujeres, el sufrimiento de traer un ser a este mundo y muestra con una pequeña elipsis el posible placer que no compensa.
Al final accede y la buena acción no lo será tanto, pues tomar la pócima le ha producido el "mal del pan" ( con sensación de fuego interno, alucinaciones hasta llegar a la muerte). Así, se produce la fatalidad que nadie esperaba y esos procedimientos rudimentarios y abortivos no dan los resultados esperados sino que traen la muerte. Entonces, ella, la chica que ha aplicado la hierba debe salir por piernas del lugar si no quiere acabar con sus huesos en la cárcel. A partir de aquí el drama toma tintes negros. En fin, muestra el placer de amar que puede llevar al dolor de tener que abortar. Los dos polos que se dan constantemente en la historia.
"La zona de interés" ( Premio de Jurado en el festival de Cannes 2023 y varias nominaciones a los Óscar del mismo año) de Jonathan Glazer se inicia con una propuesta de intenciones como estimular la mente del espectador para que llegue más allá de las imágenes que está contemplando ( cuando ya se sabe la trama, evidentemente). El hilo conductor de la película es la estrategia y vida del comandante Rudolf Franz Ferdinand Hoss, interpretado por Chistian Friedel,
responsable del campo de concentración de Austchwutz en Polonia y de la maquinaria ( horno crematorio masivo de humanos para más pistas) de exterminio de los judíos. Sería ejecutado en la horca en 1947 después de los juicios de Nuremberg. En ese momento, años antes hace una vida junto a su esposa, interpretado por Sandra Hüller,
( la misma de "Anatomía de una caída" de Justine Triet o aquella excelente película "Toni Erdmann" de Mare Ade) como si se tratara del más santo del Universo y padre ejemplar. Su esposa que vive por y para su familia, sin importarle la esclavitud de sus criados que le rodea que maltrata y da órdenes autoritarias. Quería esta vida de opulencia y bienestar y ahora cuando vienen mal dadas, por un traslado de su marido, no la soltará tan fácil. A las primeras de cambio, el título aparece en primera instancia con un fondo negro que desaparece dejando cuatro minutos ahí en la oscuridad. Como ya sabemos de qué va imaginamos que salimos del túnel donde se encuentran los prisioneros judíos de la segunda Guerra Mundial que están en un campo de concentración, justo al lado, pared por pared, en espera de ser exterminados. Así, el director propone al espectador un juego más macabro, pues mostrar las masacres a carne viva ya está muy visto, pero se puede realizar desde otro punto de vista con símbolos, por ejemplo, en la casa palacio del comandante donde todo es felicidad y armonía, el silencio nocturno queda alterado, de vez en cuando, por los gritos y disparos que nos lleven a esa masacre y maltrato que sale de la parta colindante al palacio. Allí, sobresale una gran chimenea bestial con el humo de los recién incinerados o se oyen comentarios entre las mujeres de los oficiales reunidas para tomar el té: "qué hizo". "Peleaba por una manzana y acabó ahogado en el río". Esa forma de vivir al margen de una carnicería humana que sucede a unos metros de la residencia nazi genera pavor en el espectador. No es necesario ni una imagen del otro lado, pues ya se encuentra almacenada en el cerebro del espectador y tirar de ella hace mucho más daño que verlas. En esa zona residencial de las familias nazis que están en un plano idílico, bañándose con sus hijos y de pícnic, las familias viven con una venda en los ojos. Así pues, no mostrar el genocidio directamente, sino con la sutileza del bienestar de los nazis es quizá más dramático y cruel.
Ese paisaje idílico donde reina la felicidad está al lado de la miseria y la muerte. Así pues, sin saber nada de todo lo que hay detrás, el inicio supone un día de fiesta en el campo con los niños. No se sabe dónde se encuentran hasta que por la noche, mientras duermen, se oyen gritos, pero ni se inmutan. Por la mañana, aparece el padre vestido con uniforme nazi. Pero sabemos que esos privilegiados son unos asesinos manipulados por el mayor asesino de la historia. Aquí, sin tener conocimiento alguna de qué va la trama, ya empieza a dar pistas de la profesión, pero la vida discurre con normalidad: los niños van a la escuela y la madre se queda con el bebé, mientras el padre va a realizar las tareas encomendadas: perfeccionar la máquina de matar judíos, cuantos más mejor. Todo sale a la luz en el momento en que hay una reunión con el arquitecto encargado de construir el recinto crematorio que quemará en una tacada a mil grados de temperatura a casi quinientos judíos a la vez.
Esos que están ahí al lado y que urge quitárselos de en medio cuanto antes. Mientras las esposas toman el café en la sala de al lado hablando de sus chorradas. En ocasiones vuelve ese fondo ahora rosa de silencio de homenaje a las personas asesinadas. En definitiva, es otra manera de ver el genocidio sin las masacres a la vista del espectador, pero con el cinismo de aquellos que los asesinaron.
Arantxa Echevarria sabe llegar al fondo de los temas para tocar la fibra sensible del espectador. Ya lo hizo en "Carmen y Lola" donde se sumergió en la cultura gitana y allí encontró la frescura de su forma de vivir. Es un relato marginal del mundo gitano que cuentas las peripecias de una adolescente frente a los mitos y costumbres de su pueblo que ella no acaba de encajar. En un espacio de mercadillo que es el medio en que se ganan la vida y contemplando el colegio como algo innecesario. La adolescente se comporta en rebeldía de sus costumbres. Aquí con "Chinas" la directora se zambulle en las familias de procedencia china que han llegado a Madrid para prosperar y darle una vida mejor a sus hijos y viven miserablemente del dinero que sacan de un bazar. Trabajan día y noche y viven arriba de la tienda.
Sus hijos, una adolescente de diecisiete años, interpretado por Xinyi Ye, y otra de nueve, interpretado por Daniela Shiman Yang, no acaban de integrarse en la sociedad, porque reciben ataques xenófobos.
Además, esas niñas viven dentro de casa y no pueden salir. Están como en un gueto, pues se respetan las costumbres de su país: hablan su idioma, se nombran con sus nombres originales y la comida siempre suya y se niegan en todo momento a hablar ni una palabra en castellano. La historia se desarrolla en el barrio madrileño de Usera. Frente a esta familia que viven de lo que se saca del bazar se encuentra otra familia acomodada y española que han adoptado a una niña de origen asiático, pero que no acaba de integrarse, porque se ve diferente.
En definitiva, cuenta la dificultad de integrase en una cultura ya sea porque los padres no quieren formar parte de la comunidad que viven más de veinte años como ocurre en el primer caso o bien, en el segundo, que los padres son de aquí y la niña se siente rara dentro de una familia adoptiva que claramente ve que no pertenece.
"El maestro que prometió el mar" de Patricia Font vuelve de nuevo al tema de la Guerra Civil española y las barbaridades que se cometieron en el lado Nacional ( ejército sublevado). El tema es un calco de "La lengua de las mariposas" ( el tiempo es ligeramente anterior, pues sucede en 1935) de José Luis Cuerda donde un profesor con una sensibilidad especial hacia los niños y con ideas republicanas es ajusticiado una vez alzados los rebeldes. En cuanto a la estructura se parece más a "Soldados de Salamino" de David Trueba donde utiliza el "flashback" para contar la historia real de lo que sucedió con aquellos fusilados de guerra. En esta ocasión,
Laia Costa ( con un papel siempre de amargada como sucedía en "Cinco lobitos" de Alauda Ruíz por ser superada en la función de madre o "Els encantats" de Elena Trapé también con la separación de un hijo como hilo conductor. En esta ocasión (no se sabe por qué, pero siempre está de mala leche, tampoco nos interesa saberlo, pues no viene a cuento), recibe una carta que le dice que hay una posibilidad de encontrar a su bisabuelo en las excavaciones de una fosa común de Burgos ( en el lugar que tiraban a los ejecutados de guerra por tener ideas contrarias). Ella nada sabe del tema y parece ser que fue su abuelo que ahora está, sin conocimiento, postrado en una silla de ruedas, el que antes, cuando estaba bien, se interesó por el tema.
En ese contacto en las excavaciones y con las gentes del pueblo ( Bañuelos de Bureba), la historia da un giro y se detiene en un maestro sencillo y tierno que llega al pueblo con la intención de conectar con los niños. En la realidad el protagonista se llamaba Antonio Benaiges que está interpretado por
Enric Auquer ( realizaba aquel papel destacado en la serie "Vida perfecta" de Leticia Dolera). En fin, estamos ante una época de convulsiones por el inicio del nazismo en Europa y esa Segunda República en España que los intolerantes nunca supieron aceptar hasta romper en dos el país. Historia conmovedora con un final violento.
"Saltburn" ( es el nombre de la gran mansión donde retoza el personal que llega a ella) de Emeral Fennell, directora y guionista con ciertas tendencias a la provocación, pues en su anterior película " Una joven prometedora" de la mano de Carey Mulligan que encarna una chica con doble vida y la venganza alcanza una cumbre sublime. Aquí la trama central se puede comparar con "El talento de Mr Ripley" de la escritora Patricia Highsmith. Es decir, arrimarse al tipo de pasta y chuparle la sangre a toda la familia. Así, se inicia en el año 2006 en Oxford, justo en el momento del ingreso a su universidad prestigiosa donde acuden los alumnos de bien. Ahí ingresa Oliver Quick ,interpretado por
Barry Keoghan, que se ve en medio de estudiantes un tanto neuróticos que intentan destacar en sus estudios por encima del resto. Esos tipos siguen los diálogos pasotas muy parecidos del libro "El guardián entre el centeno" de J.D.Salinger ; de hecho, podría ser una continuación o una segunda parte de este con el estudiante Houlden Cauldfiel como personaje principal. Son adolescentes que les importa un comino los estudios, pero tienen la obligación de destacar, porque son ricos y van a la mejor universidad del país. No se ven libros por ninguna parte, ni clases, sino farras de cerveza y chupitos en la mano en todo momento. El protagonista conoce por casualidad a un estudiante rico, interpretado por Jacob Elordi,
y le hace un favor, esto será el motivo por el cual será admitido en un grupo de pijos con mucho dinero que le sirve de tapadera para ingresarlo en el grupo selecto. Todo lo que sucede está cuidadosamente tramado por el alumno pobrecito para acoplarse a Jacob. Utiliza mentiras sin cesar para crear una especie de compasión que hará, una vez acabado el curso, que lo invite a su castillo en las afueras para pasar el verano. Pronto descubrimos que está seco de pasta y entrar en ese círculo siente angustia por no poder pagar la ronda de bebidas que le toca, pero siempre encontrará a su nuevo amigo que le salvará del aprieto. Por momentos, recuerda al protagonista de Joan Marsé ,el "pijoaparte", que se cuela en las fiestas de los ricos para despistar y hacerse con alguna tajada de lo que sea. En otros casos, también al trepa de "Match Point" de Woody Allen. En fin, asistimos al desmadre de las clases sociales altas que ponen pose snob y hablan descuidados, pero viven dentro de una mansión de despilfarro, alcohol, droga y perversión. Pasada media película, parece que la directora quiere provocar más, le parece que ha tocado pocas teclas y se mete en un campo sexual gamberro.
Parece la mansión de los horrores donde el personal está perdido fuera de sí y el intruso recién llegado ejerce una influencia dominadora sobre ellos. En ese desmadre, todo vale. Sin embargo, ahora su amigo anfitrión no es más que otro de sus juguetes que no quiere compartir y pronto se cansará de él, porque descubrirá que es un mentiroso que ganará la partida. En definitiva, una película provocadora con escenas un tanto subidas de tono, rodeado de un personal que está completamente deshumanizado.
La historia se inicia con una joven recién llegada a Seúl. Quiere conocer la cultura de su país de nacimiento, pero al mismo tiempo no despreciar la suya propia. Pese a que unos amigos de mesa, en una cena, le dicen que allí hay una forma de actuar, ella no le importa, pues no sigue unas normas establecidas y cambia el comportamiento. Así, por ejemplo, en ese restaurante, se debe servir la copa por el compañero de mesa, pues ella se sirve a sí misma y bebe. Ante esta ruptura de las normas, le dicen si no le gustaría después de ver una foto de pequeña, ir al orfanato y conocer su antiguo lugar de infancia, pero ante esta propuesta, sale como un resorte y se une a unos chicos jóvenes de otra mesa que no los conoce de nada y agrupa a más personal para intercambiar opiniones y ligar si fuera necesario. Rompe de esa manera con las tradiciones absurdas de comportamiento del lugar.
La protagonista, encarnando el papel Ji-min Park, de la película "Retorno a Seúl" del director Davy Chou, quiere reencontrarse con su país y buscar su procedencia, en cierta forma rellenar ese pasado que está vacío. Ese inicio un tanto desmadrado cambiará el siguiente día, pues necesita saber quienes son sus padres biológicos para enterarse por qué la dejaron en el destino de un centro de acogida. No es un tema nada nuevo, la búsqueda de su identidad, ahí queda por ejemplo, "Lion" de Garth Davis donde muestra el interés por volver a ese poblado de la india que no tiene datos para descubrirlo y su empeño no cesa. Al final, da con un detalle que la lleva hacia él y su madre con un final muy emotivo. También la sencillez con que se cuenta la historia puede recordar a las películas de japonés Hirokazu Koreeda. En fin, quiere completar el hueco de su infancia desconocida.