martes, 25 de junio de 2019

Un hombre decente



Título original Je ne suis pas un salaud

Año                2015

Duración        111 minutos

País               Francia

Director         Emmanuel Finkiel

Guión            Emmanuel Finkiel, Julie Peyr 

Música          Chloé Thévenin

Fotografía     Alexis Kavyrchine

Reparto        Nicolás Duvauchelle, Mélanie

                     Thierry, Driss Ramdi, Maryne

                     Cayon, Nicolas Bridet, Johan

                     Soulé, Alain Beigel, Antoine

                     Gouy, Maryne Bertieaux, Isabelle

                     Kubiak, Xavier Nogueras.

"Un hombre decente" de Emmanuel Finkiel propone indagar en la vida de un hombre derrotado en sus proyecciones tanto profesionales como matrimoniales. Las situaciones  de precariedad son alarmantes. Ese individuo sin caminos de salida puede que se tope con mayores problemas de los que ha tenido hasta ahora. El protagonista, 

Nicolas Duvauchelle, ( con un papel de amargado excelente) nominado a mejor actor en los César 2017, se encuentra en una situación precaria: sin trabajo, separado con un hijo cuando estaba cerca de ligar y de engañar a otra chica dándosela de ser un trabajador de banca ( aunque muy rápido se le ven las tripas en cuanto echa mano para sacar pasta de un cajero se excusa que hoy ha sacado tanto que no le dejan más), justo en el momento en que iba a triunfar, se cruzan en su camino una pandilla con ganas de camorra. Por otra parte, no sabemos a qué se debe su actual estado de desesperación, pero su mujer, Melanie Thierry, ( que la veíamos en 

"Un día perfecto" de Fernando León de Aranoa) puede darle una segunda oportunidad, por lo tanto, así como avanza la cinta descubriremos el por qué de su fracaso. Así pues, el tema de fondo es la falsa acusación que realiza después de una agresión, 

pero el hilo conductor es muy diferente: el declive de un personaje que ha ido sumando derrotas de todo tipo en su vida y ésta será una más dentro de su frustración, pero la perdición final todavía está por llegar.


                        



El protagonista ha sido golpeado en la calle, después de una noche de farra de copas, y, en días posteriores, acusa a un sospechoso que resultará ser inocente, porque  se deja llevar por una falsa intuición. A partir de aquí, se deja un tanto de banda la acusación para penetrar en el tema de fondo que no es otro que su vida de derrotado que se encuentra en su propio pellejo de perdedor. Mientras que su mujer es alegre y se divierte, ahora le ha dado una nueva oportunidad, él no lo ve de igual manera, pues está siempre de mal humor. Su posición ante cualquier acontecimiento siempre es negativa. Por eso, no tiene mucho en cuenta desgraciar la vida de otra persona porque eso le tiene sin cuidado. Es, en definitiva, un amargado de la vida que le da lo mismo equivocarse y condenar a una persona inocente. Y lo que más le fastidia es que todo el mundo que rodea a su mujer es feliz, mientras que él se considera un desgraciado con un puesto de trabajo de poco futuro. Éste se encuentra cargado de odio y de vanidad por subir de cargo a las primeras de cambio, pues lleva pocos días en el curro. No admite por más tiempo esa posición y amenaza al dueño para que lo ascienda de la miseria de llevar cajas arriba y abajo en un almacén. Esa vida de rutina por un sueldo miserable no va con él. Hasta este punto ya hemos completado el vacío que nos faltaba en el inicio. En fin, una cinta que te hace reflexionar sobre el lugar donde se encuentra la felicidad, pues una persona insatisfecha de sí mismo y de sus posibilidades, la cual no hace nada para cambiar de rumbo que no sea beber y meterse en broncas o refugiarse en la borrachera para evadirse de su realidad no podrá encontrar una meta muy satisfactoria.

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