Dos mujeres en apuros económicos: una es abogado y debe enfrentarse al casero que llega con la intención de cobrarles los atrasos que deben del piso; la otra es actriz con ganas de triunfar pero el productor de turno solo le ofrece papelitos secundarios y una relación amorosa secreta en su casa de soltero. El novio de la actriz es rico, pero la riqueza la tiene su padre y hasta que no fallezca, él dispone de una paga mensual miserable. Ella quiere soluciones rápidas, nada de esperar a que el anciano fallezca porque tiene una salud de hierro. Así las cosas, el joven encuentra la solución, casarse con una multimillonaria y su padre accederá a regalarle una dote importante, con ese dinero ellos pueden marchar de casa. Madeleine, interpretado por
Nadia Tereszkiewiecz, en un papel de ingenua rubia provocadora a lo Marilyn Monroe, no acaba de verlo claro. Ese es el inicio de la película de François Ozon ( su anterior cinta "Piter Von Kan") que se desarrolla en Francia de 1935 y busca ese ambiente de las calles, de las salidas a los tejados por la ventana.
Fabrice Luchini con ese punto irónico sobre las pesquisas del caso o la aparición, casi al final, de una nueva actriz del cine mudo confesándose asesina como lo hacía la anterior del productor abusón y en este caso disponemos de
Título original Mon crime
Año 2023
Duración 102 minutos
País Francia
Dirección François Ozon
Guión François Ozon, Philippe Piazzo
Música Filippe Rombi
Fotografía Manuel Dacosse
Reparto Nadia Tereszkiewicz, Dany Boon,
Isabelle Huppert, Fabrice Luchini,
Jean Chistophe, Rebecca Marder,
Michel Fau, Rodostina Rogliano,
La trama de la historia gira en torno de esa pareja de chicas jóvenes sin recursos. una de ellas sale con el hijo de un millonario, pero muy agarrado que no soltará ni una moneda a no ser que su hijo se case con una mujer adinerada. Entonces la solución es fácil: casase con la ricachona y ellos llevarían una vida al margen del matrimonio, pero aprovechándose de todas las ventajas que acarrearían esta unión. Ya no se preocuparían del dinero. La historia da un vuelco y aparece asesinado el productor de cine que acaba de ser visitado por la actriz y pronto se cargará con el asesinato a sus espaldas. Posteriormente, ante el juez, confiesa en un interrogatorio que ha disparado sobre el abusón del productor que quería aprovecharse sexualmente de ella. Ese hecho la absuelve de todos los cargos, ya que consideran que ya no es un asesinato porque se ha producido en defensa propia. A partir de aquí, queda como una auténtica heroína y le llueven los contratos para rodar películas. Su fama sube como la espuma. El novio que se había apartado de ella por asesina vuelve al redil. Aquí no acaba el enredo, pues aparece la verdadera asesina, una actriz del cine mudo que trae como testimonio la cartera del asesinado que había desaparecido y otras pruebas. Pide una compensación económica si no quieren que destape la verdad absoluta y se derrumbe esa popularidad obtenida por un falso asesinato a un violador nato. En fin, todo se resuelve con un final feliz.
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