El verano obliga a regar las plantas de los balcones de las ciudades. Cuántas veces te ha caído esa agua en
la cabeza y has maldecido mil veces lo inoportuno del riego o del paso por
aquel bloque de pisos. Pero como mucho ha quedado en una disputa sin más,
incluso en un insulto, pero siempre quedó en el olvido. En cambio, la película “El
insulto” ( Premio del público en el Seminci de Valladolid, nominada a mejor
película extranjera en los Óscar 2017 y otros) de Ziad Doueiri arranca con esa misma
premisa: una cañería que asoma por un balcón y una manguera que riega el suelo del balcón para paliar el calor que va a dar a la cabeza del caminante de la calle.
Aquí también se produce un insulto que a
partir de entonces se irán ramificando acciones cada vez más salidas de tono.
Sin embargo, la simpleza del hecho no va a quedar en nada porque la tozudez de las etnias de los personajes implicados les gastará una mala
pasada. Esa intolerancia está metida dentro, nadie sabe hasta dónde puede
llegar esa carga de rabia que brota cuando uno menos lo espera. A partir de
aquí sale un insulto” capullo de mierda” que será el detonante del resto de la
bronca.La incapacidad de dialogar y la rabia
entre dos pueblos llega hasta límites insospechados.
Pueblos en una guerra sin
fin: palestinos y judíos enfrentados. El odio personal de los protagonistas está rodeado de un odio
colectivo entre palestinos y cristianos. Así que el insulto inicial
crece como una bola de nieva hasta dimensiones insospechables.
La cinta sigue el itinerario que
marca un padre y un hijo en su coche. Llevan las invitaciones del casamiento de
la hija. El hijo, llegado de Italia, en todo el itinerario, siempre es
cuestionado por sus padre.
A cada paso es bueno recordar la cultura y las
diferencias entre el país del que viene y en el que ahora están. Varios temas asaltan a los protagonistas en ese camino: el conflicto árabe israelí. Las formas culturales nuevas que sostiene el hijo suponen una crítica por parte del padre, un enfrentamiento constante durante ese trayecto de invitación. A cada paso que dan
es bueno recordar en la Tierra que están y las tradiciones que les rodean. Eso cuenta la cinta "Invitación de boda" de Annemarie Jacir. El
mal rollo que generan las situaciones, en parte recuerda la fragilidad de una sociedad
en continuo enfrentamiento y a veces lleva a aquella cinta excelente de "El insulto" de Ziad Doueire.
Esas contradicciones entre aquel que ve la cultura desde otro prisma y el hombre de la tierra son las que hacen avanzar la cinta hacia el conflicto.
"Close"( Gran premio del jurado de Cannes 2022), cuenta la relación estrecha de amistad entre dos chicos que empiezan la pubertad. El director, Lukas Dhont, bucea ( se podía comparar con el cine que realizan los hermanos Dardenne donde un tema arrastra a los personajes hacia lugares peligrosos ) en ese mundo de la indecisión inicial respecto a temas complejos, como puede ser el sexo, para esos niños que deberán enfrentarse a unos adultos con unas normas ya establecidas y salirse de ellas puede ser peligroso.Los personajes se sienten desorientados por los comentarios de sus compañeros.En su anterior película "Girl" abordaba el tema complejo de Lara, una chica transgénica que deseaba cambiar de sexo a toda costa, con un final muy violento. Ellos tienen doce ó trece años y empiezan el primer curso de Secundaria ( colegio nuevo, compañeros diferentes) donde les preguntarán si son novio, porque van pegados siempre a todas partes.
Llegan al colegio juntos con sus bicicletas y hacen carreras. Al principio todo son risas, pero cuando surge el problema o la duda de qué es aquello que les pasa a los dos o hasta dónde puede llegar una amistad entre un mismo sexo. En ese momento, uno de ellos se plantea si la amistad puede traspasar esa frontera sexual o debe terminar con una relación estrecha que es lo que sucede. Así pues, la relación se enfría, porque Leo, interpretado por
Eden Dambrine, que así se llama el personaje, quiere distanciarse de Remi, el otro chico, interpretado por
Gustav De Waele. Ahora la amistad ya no es la misma porque intenta esquivarlo siempre.Los fines de semana se dedican a ayudar a las tareas del campo y en esas secuencias vemos el paso del tiempo y la insistente separación entre los amigos. La amistad se va resquebrajando cada vez más hasta un punto que ya no queda la posibilidad de unirse, ya que sucede un hecho que los separa definitivamente. En fin, se adentra en la fuerza de influir sobre las personas todavía adolescentes por parte de las personas externas Esos comentarios sobre el comportamiento de los adolescentes para que cambie de personalidad y actúe de forma irresponsable los llevará a un final doloroso.
Matthias, protagonizado por Marín Grigori, es un trabajador de desguace de carne en Alemania, pero no aguanta las discriminaciones, insultos y abusos raciales hacia su persona.
Así, al primer conato de insulto con su superior le propinará un cabezazo en pleno rostro compañero provocador. No tiene otra opción que abandonar el delantal, la empresa y desandar el camino de Alemania hacia su tierra natal en Transilvania.
Allí ha descuidado a un hijo durante unos años y ya será la hora de tomar las riendas de padre. Por lo tanto, quiere restablecerse en esa comunidad y buscar un trabajo. Esa es la propuesta inicial del director rumano Cristian Mangiu R.M.N"( las siglas de Resonancia Magnética Nuclear que le hacen al padre por su enfermedad cerebral), director que persigue las problemáticas de las personas como en "Los exámenes" en esta última también busca ese tipo de relación entre padre, un médico, y su hija adolescentes con problemas para superar unas pruebas o su cinta más famosa, la excelente "4 meses, 3 semanas, 2 días", donde se incide en la herida de las estructuras de un régimen comunista de la década de los ochenta y las dificultades de realizar un aborto ilegal. En este caso, posteriormente, la historia se centrará en esas nuevas personas que llegan al pueblo para ocupar un puesto de trabajo en la fábrica de pan.
La pareja, que en su día permanecieron enamorados, retomarán esa relación con más fuerza y se verán inmersos en los dos bandos: ella del lado de los inmigrantes porque trabajan en su empresa y es la jefa; él en el lado del tumultuoso pueblo que entra en cólera contra ellos y quiere expulsarlos a las buenas o a las malas. Destaca el plano secuencia de diez minutos asambleario donde se discute y se rechaza la inmigración que les va a quitar el trabajo, cuando el protagonista y muchos más se han ganado la vida fuera. Muy curioso ese tipo de racismo.
El director de cine Didier Barcelo reúne dos personajes desesperados y contradictorios y en torno a ellos construye una historia dentro de un coche. "En caída libre" se sostiene por medio de esa persona que tiene una enfermera desesperada que entra en crisis, sin que sepamos más pistas, ya sea por su trabajo nocturno o su desesperada vida. Lo cierto es que arranca con ese personaje, interpretado por Moarina Fois
( que realizaba el papel de esposa del maldito personaje que se obstinaba por vivir en el campo gallego y se topaba con el ambiente hostil de los habitantes de esa zona en "As Bestas") desaliñada y harta de dejar el coche mal aparcado y ganarse una multa diaria, se ve forzada, por cambiar el auto de sitio ya que el urbano le insiste de que se pire del lugar prohibido, a subir a él y , por no encontrar aparcamiento, aunque detrás se esconden otros traumas y ansiedades, entra en una especie de pánico o ansiedad que ya no podrá salir del automóvil. Luego, por si no fuera suficiente la desgracia, se siente maltratada por otro personaje que entra en acción y que quiere robar su propio coche mientras ella está dentro. Así las cosas, escapan por la carretera, ella atada y medio secuestrada y él con intenciones un tanto asesinas. En fin , se desarrolla como una "!road movie" y esos dos colgados se van contando sus vidas.
"Pequeñas cartas indiscretas" de Thea Sharrock ( directora de "Antes de ti") propone una provocación ciudadana en la costa inglesa de Litlehampton por medio de enviar cartas llenas de insultas y palabrotas obscenas. Edith Swan, señora de una edad avanzada, muy beata y tradicional,
interpretada por Olivia Oldman, supuestamente, es la que recibe las cartas y la agraviada. La causante de esa escritura perversa es Rose Goodingi, interpretado por Jessie Buckley, que envía cartas llenas de insultos y obscenas a la devota.
La historia se produce a mediados del siglo pasado porque este sistema de comunicación ha quedado obsoleto. Si hubiera que trasladarlo a la actualidad encontraríamos, por ejemplo, los perfiles falsos de facebook donde hay cierto personal cafre que se hace pasar por identidades diferentes para buscar la estafa o para realizar comentarios fuera de lugar en las redes sociales y buscar el insulto y la desconsideración sin otro propósito que desfogarse.
Es un juego de acusaciones con Timothy Spall rancio y machista de la época que denunciará los hechos a la policía y no parará hasta dar con la persona grosera que envía cartas entre las rejas. Las miradas y las acusaciones van dirigidas a una chica joven que ha llegado hace poco al lugar y muestra un comportamiento abierto, liberal y fuera de los complejos culturales de la época. Es aire nuevo ese lugar que es molesto para los dinosaurios que habitan allí. En fin, historia de una solterona rabiosa y católica que se arrodilla a los designios anquilosados del padre para castigar a una chica opuesta en sus maneras de hacer y de pensar. Sale de la trena, pero las cartas siguen enviándolas. Aquí es donde se despega la trama en averiguar el verdadero culpable.
La película "The Party" de Sally Potter,
rodada en blanco y negro, que le da un poso a una época un tanto intemporal, como si las cosas que se van a tratar fueran las de siempre, propone una reunión de dos parejas para celebrar el nombramiento de una de
ellas como ministra del nuevo gobierno. La nueva ministra
Kristin Scott Thomas ( esa actriz metida casi siempre en papeles dramáticos como en "La llave de Sarah" de Gilles Paquet Brenner o "Hace mucho que te quiero" de Philippe Claudel) tiene que vérselas con unos amigos con un temperamento burlesco y con ganas de reírse de la situación. La ironía está presente en muchas tomas.
Bruno Ganz como marido de su amiga. Emily Mortimer ( recién salida
de "La librería "de Coixet). Con este elenco de actores parece que fallar será un
imposible. Los invitados están un poco pasados de rosca: el que no le va el
alcohol, le va la droga y otros el cotilleo desgarrador. Es una comedia negra
que busca las debilidades o particularidades de cada uno de la reunión. Esa
fiesta de celebración y felicidad se va a convertir en una sesión de
descubrimientos, de desnudarse unos ante los otros.
Título original Kona fer i strío Año 2018 Duración 101 minutos País Islandia Director Benedikt Erlingsson Guión Ólafur Egilsson, Benedikt Erligsson Música David Thor Jonson Reparto Halldóra Geirharosdottir, Jóan Siguroerson, Juan Camilo Román Jorundur Ragnarsson. El personal ya está cansado de que los gobiernos miren hacia otro lado con los temas de desgaste medioambiental y deterioro de la tierra lugar que nos estamos cargando a ritmo acelerado. Por eso cada día salen más voces contra esos elementos que les importa un carajo que todo se vaya a la mierda. En "Jocker "de Tood Phillips, ante la situación de represión e insulto hacia la injusticia, las capas sociales bajas se tiran a la calle a quemar todo lo que se presenta por delante. Lo vemos en el cine y cada día lo tenemos más presente en nuestras vidas. Cualquier motivo injusto es bueno para que las redes sociales se incendien con mensajes de llamada y protesta. "La mujer de la montaña" de Benedikt Erlingsson estamos ante un caso de una solitaria que actúa frente a las multinacionales que contaminan.
Actúa por su cuenta y sin medios sin organización y jugándose el pellejo. Esa es la premisa de la película.