En caída libre

El director de cine Didier Barcelo reúne dos personajes desesperados y contradictorios y en torno a ellos construye una historia  dentro de un coche. "En caída libre" se sostiene por medio de esa persona que tiene una enfermera desesperada que entra en crisis, sin que sepamos más pistas, ya sea por su trabajo nocturno o su desesperada vida. Lo cierto es que arranca con ese personaje, interpretado por Moarina Fois 

( que realizaba el papel de esposa del maldito personaje que se obstinaba por vivir en el campo gallego y se topaba con el ambiente hostil de los habitantes de esa zona en  "As Bestas") desaliñada y harta de dejar el coche mal aparcado y ganarse una multa diaria, se ve forzada, por cambiar el auto de sitio ya que el urbano le insiste de que se pire del lugar prohibido, a subir a él y , por no encontrar aparcamiento, aunque detrás se esconden otros traumas y ansiedades, entra en una especie de pánico o ansiedad que ya no podrá salir del automóvil. Luego, por si no fuera suficiente la desgracia, se siente maltratada por otro personaje que entra en acción y que quiere robar su propio coche mientras ella está dentro. Así las cosas, escapan por la carretera, ella atada y medio secuestrada y él con intenciones un tanto asesinas. En fin , se desarrolla como una "!road movie" y esos dos colgados se van contando sus vidas.

Título original En roure libre

Año                 2022

Duración         89 minutos

País                Francia

Dirección        Didier Barcelo

Guion              Didier Barcelo, Marie Deshaires

Música            Peter Von Poehl

Fotografía       Chistophe Beaucarne

Reparto           Marina Fois, Benjamín Voisin,

                        Jean-Charles Clichet, Albert Delpy,

                        Jean- Pierre Martins, Candice Bouchet.

Ella se encuentra desesperada con una vida rota que va confesando a su compañero de viajes que tiene un hijo en el extranjero, trabaja de noche de enfermara y por eso no debe temer cuando lo cura, porque en ese rifirrafe que han tenido entre los dos ha aparecido una pistola que se ha disparado y ha rasguñado la mano de él. El chico joven confiesa que lleva una pistola de su hermano y pretende matar a una persona. En esa ruta se van tropezando con otros personajes y policías que los paran, siempre se salen bien parados por los pelos y continúan su marcha hacia la casa de aquel que quiere matar, porque decía había atropellado a su hermano cuando iba en bicicleta y le causó la muerte. Mientras que ella que sigue con esa neura de estar incapacitada para salir del auto, pues ya tiene una edad y está harta de su vida. En cambio, él es más joven y mantienen una relación diferenciada con respecto a sus puntos de vista de la vida, por ejemplo, en ese destartalado coche hay una radio casete con cintas que el chico parece no haber oído en su vida. Evidentemente, esa relación entre dos mundos que acaban de conocerse, no es nada cordial y el insulto está presente. Secuestran a punta de pistola a  un psicólogo para que cure el conflicto patológico de salir del coche. Allí, ella en ese estado de desembuchar los temas que la agarrotan, se confiesan sus traumas: que si su madre se suicidó, que su marido, el muy cabrón,  la abandonó por su mejor amiga y así hasta encontrar la solución de despegarse del asiento del coche. Las dos cuestiones de los protagonistas tienen un desenlace violento que curará de raíz esas dudas mentales. En definitiva, se unen un par de colgados de la vida que se cuentan sus historias para, al final, hacerse amigos de viaje y compañeros de destino. Son perdedores que necesitan de un impulso, de una parte de aire fresco en su caminar por la vida y desprenderse de ese recuerdo que no les deja seguir. Un paréntesis en ese desastre de existencia y lo acabarán encontrando.