lunes, 5 de mayo de 2025

Justicia para Sohee

 



Sohee es una joven, interpretada por Kim Si-eun, que en apariencia tiene una vida sana y saludable




Estudia se relaciona con un chico y hace gimnasia. Nada especial, pero es feliz. Ahora, acabado el instituto, le toca realizar las prácticas en serio en un "call center", lugar donde se reciben llamadas de clientes y sobre todo broncas a punta pala.  Su tutor le indica que se porte bien si quiere graduar. La reprimenda inicial huele a "tufillo" de amenaza. Allí suceden los abusos típicos sobre los becarios: mucho trabajo sin ningún tipo de remuneración. Sin embargo, de pronto, se ve involucrada en un empleo que le causa cierto estrés. El gran jefazo les pega bronca, en general, para insultarlos y decirles que si no llegan a los objetivos los despide. Ella se siente acosada en cada llamada, quiere aparentar tranquilidad y serenidad, pero se ve desbordada por el insulto de los que hay detrás de la línea. Hablamos de la película "Justicia para Sohee" del director July Jung ( directora de " Un monstruo en mi puerta" donde trabaja también Bae Doona




que aquí realiza el papel de policía implicada en averiguar los chanchullos de la empresa mafiosa ). Muestra el despotismo del capitalismo y la explotación laboral en un trabajo donde se ha de aguantar las mayores groserías que el cliente quiera. Incluso, esa sociedad no contempla con buenos ojos que alguien enferme de estrés y pueda pedir al médico una baja laboral por temas psicológicos.




Finalmente, aquí solo vale estamparse contra una pared y darse un tiro de gracia, pues el personal, para las empresas, no son humanos, sino números que deben funcionar a tope y que alcancen los incentivos con las consiguientes amenazas si hay bajo rendimiento: menos sueldo y presión sin parar. Se llega a tal extremo que la policía entra a saco a investigar ciertas muertes sospechosas. La gran putada es que esto sucede cada día y no hay manera de atajarlo.

Título original Da-eum-so-hee

Año                 2022

duración          135 minutos

País                 Corea del Sur

Dirección          July Jung

Guion                July Jung

Música              Jang Yeong-gyu

Fotografía         Kim Ll-yeon

Reparto             Bae Doona, Kim Si-eun,

                          Kim Woo-kyum,Yoon Ga-yi,

                          Choi Hee-jin. 




La joven, que en un inicio está contenta con su vida, ve que se desmorona por culpa de un nuevo trabajo. Necesita realizar unas prácticas para graduar. Su tarea consiste en colocarse un auricular y solucionar la multitud de incidencias del otro lado del teléfono. Necesita vender algún producto si quiere estar reconocida, pero en muchas ocasiones se enfrenta a las estupideces de los que llaman. Se ha de tragar todos los sapos del otro lado sin posibilidad de réplica y encima pedir disculpas y ofrecer otro producto nuevo de la empresa. La depresión de ese personal puede acarrear finales trágicos. El suicidio es la única salida a un trabajo asfixiante. Por eso se quita la vida el coordinador de las telefonistas ante tanta presión, pero no importa pronto habrá una sustituta que ocupe su lugar, currantes siempre sobran. La nueva encargada no dejará pasar la ocasión de dar caña a su personal. Les amenaza con la bajada de sueldo o el despido. Sobre todo se mete con la recién entrada que es la que peor números tiene. Ella intenta avanzar en sus técnicas: los mayores fácil de meterles un lote televisivo nuevo de la empresa y los jóvenes se les corta rápido, pues no hay manera de venderles nada y no se puede perder el tiempo con ellos, así tiene muchas más llamadas. Sin embargo, las llamadas son un martillo que la van mermando psicológicamente. Ella se queja puesto que es la mejor en números de venta y no recibe compensaciones por su trabajo ya que es una becaria  en prácticas. Eso le produce enfrentamientos con los trabajadores antiguos y con su nueva jefa que a las primeras de cambio le suelta una galleta porque no está nada de acuerdo con la política de la empresa y es sancionada con tres días de baja sin sueldo. Esto le produce una angustia y depresión que da con su cuerpo en un pantano. La policía tiene la mosca detrás de la oreja e investiga el procedimiento muy sospechoso tanto de la empresa como las recomendaciones para realizar las prácticas del instituto. Todos están compinchados para ganar pasta. Finalmente, es un reflejo del mecanismo empresarial capitalista explotador, donde los jóvenes, antes de incluirse en el trabajo fijo, tendrán que aguantar un abuso feroz a cambio de casi nada, pues piensan que les están enseñando un oficio y con esto ya tienen suficiente. Cuanto más años más beneficios, luego, ¡a la calle!

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