Título original Wajib
Año
2017
Duración 96 minutos
País
Palestina
Dirección
Annemarie Jacir
Guión
Annemarie Jacir
Fotografía Antoine Heberlé
Reparto Saleh Bakri,
Mohammed Bakri
María Zreik
La cinta sigue el itinerario que
marca un padre y un hijo en su coche. Llevan las invitaciones del casamiento de
la hija. El hijo, llegado de Italia, en todo el itinerario, siempre es
cuestionado por sus padre.
A cada paso es bueno recordar la cultura y las
diferencias entre el país del que viene y en el que ahora están. Varios temas asaltan a los protagonistas en ese camino: el conflicto árabe israelí. Las formas culturales nuevas que sostiene el hijo suponen una crítica por parte del padre, un enfrentamiento constante durante ese trayecto de invitación. A cada paso que dan
es bueno recordar en la Tierra que están y las tradiciones que les rodean. Eso cuenta la cinta "Invitación de boda" de Annemarie Jacir. El
mal rollo que generan las situaciones, en parte recuerda la fragilidad de una sociedad
en continuo enfrentamiento y a veces lleva a aquella cinta excelente de "El insulto" de Ziad Doueire.
Esas contradicciones entre aquel que ve la cultura desde otro prisma y el hombre de la tierra son las que hacen avanzar la cinta hacia el conflicto.
Los sobres de invitación que va
entregando a los familiares es el hilo conductor de la historia. En el camino, se
encuentran con la realidad cultural que invade las calles y los lugares. Este
reparto llevará el tiempo de toda la película, pues son más de trescientos invitados que deben
entregar el sobre en mano. Las relaciones entre padre e hijo, ahora muy
distantes, irán enfrentándose entre sí. Los roces fuertes llegan en el momento
en que se quiere invitar a la boda a personas que se metieron con la vida del
hijo. Aquí se producen enfrentamientos y desavenencias personales entre los dos.
En ese trayecto, el conflicto palestino israelí aflora en cualquier momento,
siempre presente. Ese peregrinaje por la ciudad no es que sea apasionante, pero
mantiene los sentidos por ver qué pasará en adelante y con qué pared de
hormigón se van a encontrar de nuevo. La cámara nos lleva por callejuelas que
conducen a nuevos domicilio donde deben estregar las cartas de invitación. En
cada casa sucede un hecho que altera el orden y la armonía, es un reflejo de la
situación de conflicto permanente, la crispación se palpa a cada paso que dan.
En fin, la preparación de la boda es todo un ritual y en ello están, pero a
cada paso que dan se multiplican los problemas. Al final, las disputas entre
padre e hijo llegan a una bronca donde las dos posiciones enfrentadas se dicen
todo lo que llevan dentro. Los invitados han fraccionado esa relación distante
que mantienen los dos entre sí.
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