miércoles, 30 de diciembre de 2015

A cambio de nada



Título original                A cambio de nada

Año                                 2015

Minutos                          93 minutos

País                                España

Director                          Daniel Guzman

Guión                             Daniel Guzmán

Fotografía                      Josu Inchaustegui

Reparto                         Miguel Herrán, Antonio Bachiller, Luis Tosar, María Miguel,

                                       Antonio Guzmán, Patricia Santos, Miguel Rellan, Fernando

                                      Albizu, Sebastián Haro, Roberto Álvarez, Luis Zahera, Ález

                                      Sajén, Mario Llorente, Carlos Olalla, Beatriz Argüello, Iris 

                                     Alpánez, Adelfa Calvo, Manolo Caro. 



Darío es un adolescente, el cual la única preocupación que tiene es vivir la vida sin pegar ni golpe. Sería el modelo justo del “nini”: ni estudio ni trabajo. Por mucho que asiste al Instituto, lo hace sin otro interés que el de confundir a sus padres y ganar tiempo para sus fechorías. El chaval se encuentra en medio de una familia fraccionada, la madre, por un lado harta de las continuas idas y venidas para rescatar a su hijo  de la comisaría, el padre, por el otro, tan solo se preocupa de apuntar el dinero que le da a su hijo, el resto le tiene sin cuidado. La convivencia  pasa por conversaciones entre gritos y peleas. No existe el diálogo sino el desplante y el mal rollo. A cambio de nada de Daniel Guzmán ( el director echa mano de sus vivencias, incluso de su abuela real que le da un papel de reparadora de objetos depositados en la basura, muestra el efecto de una familia rota en la proyección sin rumbo del adolescente







Sus modelos afectivos tanto materno como paterno son un desastre, lo que aprovecha para esquivar tanto a uno como al otro para, al mismo tiempo, aprovecharse de los dos. Se encuentra en todo momento tramando de las suyas. Unos grandes almacenes servirán de intercambio de vestuario: entran, él y su amigo Luismi, vestidos de una manera y salen de otra muy diferente, con ropa nueva con una pequeña tara, eso sí, ya que se ha tenido que arrancar de cuajo el botón gigante de seguridad de la prenda para que no suene la alarma cuando se cruce la salida. El Instituto es la excusa para pedirle pasta al padre porque lo tiene engañado: que este año acaba y con buena nota. Así lleva mintiendo durante los dos últimos años, mientras que suelte la guita y no se descubra el pastel a él le importará una mierda con tal de tocar pasta. Es capaz de sostener la mentira por allá donde pase. Se inventa un falso padre para salvarse el culo frente al profesor, Rellán, el cual se hace un lío cuando en otra ocasión posterior llega el padre verdadero. Éste último, lo quiere mantener a raya en el primer taco que suelta, pero en esa conversación, el espectador descubrirá de donde llega la verdadera educación de un hijo: Tosar, que hace de padre ( qué diferencia de padre con la película "El desconocido" ), suelta varios exabruptos por cada frase que dice. El adolescente vive entre dos aguas, porque de esta manera el descontrol será más acuciado y escaquearse mucho más sencillo. Su mundo está hecho de mentiras y falsedades y así va tirando como puede, junto a su amigo de la infancia. Los dos buscan experiencias nuevas, porque lo de estudiar es muy aburrido y son muchos años con lo mismo. Ellos pueden pensar: por qué no salirse de ese círculo aburrido y buscarse una vida fácil, ganar dinero sin sudar. No importa que sus padres descubran el pastel de las mentiras, porque se buscará otra casa donde pueda empezar de nuevo la montaña de falsedades. No hay límite para un buscavidas, porque desmontado el entramado, pronto intentará montar otro a su medida. Si puede ser, buscará a alguien frágil, con caridad y compasión que se apiade de él. Cuando tiene cobijo, se busca un colega mecánico, ya que las motos están en la calle y se encuentran al alcance de todos. El mecánico chorizo será a partir de ahora su nuevo modelo en el cual imitar, porque el de los padres se ha acabado el flujo de dinero y  ya no le vale seguir por esa vía, ahora se ayuda en ese paraguas del chulo. Con una forma de hablar peculiar: “ cara candau”, “nen”, “tigre”, para referirse a un colega o  “lomo embuchao”, “punta al lápiz”, “tocarme la de mear”, referido al sexo. Por tanto, tener confundido a los que se encuentras a su alrededor es lo que necesita para aprovecharse de ellos mientras pueda engañarlos. Pretende crear  un nuevo mundo de la nada, por medio de mentiras para ir tirando mientras dure. No importa lo que pase después, ni detenerse a pensar si está mal o bien, qué más da, de momento con pasárselo bien ahora ya es suficiente, hasta que se pueda. Finalmente, esa vida falsa no se puede sostener. Viene a ser como vivir en una falsa realidad, un mundo creado para el beneficio propio sin pararse a pensar que esa situación es insostenible y que ese mundo falso no se puede pisar porque se desmoronará de un momento a otro. El adolescente va dando bandazos allá donde de dirige porque las compañías no son todo lo apropiadas que necesita. Su vida está con un rumbo torcido, porque la dirección viene dada desde los inicios y le sucederá como el árbol que crece torcido siempre está más expuesto a las inclemencias del tiempo. 

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