sábado, 3 de marzo de 2018

El hilo invisible





Título original Phantom Thread

Año                 2017

Duración         130 minutos

País                Estados Unidos

Dirección        Paul Thomas Anderson

Música           Jonny Greenwood

Fotografía      Paul Thomas Anderson

Reparto         Daniel Day-Lewis, Vicky Krieps,

                      Lesley Manville, Richard Graham,

                      Bern Collaco, Jane Perry, Camilla

                      Rutherford, Pip Phillips, Dave Simon

                      Ingrid Sophie Schram.
  
La cinta vislumbra unos pasajes de pasiones desde el primer minuto: “ cada trozo de mí es suyo” comenta la enamorada que recuerda los inicios del idilio.El modista minucioso en su profesión que está completamente metido de lleno en ella y vive su vida por y para la composición de sus trajes. Su profesión es su pasión, pero la relación amorosa debe adosarse a su trabajo de lo contrario surgirán problemas. El flechazo ocurre por casualidad en un bar. El amor llega para quedarse cuando uno no lo espera. La sutileza y la delicadeza del inicio de la relación  marcará las pautas de lo que será una relación intensa, diferente. No se puede escapar la primera impresión sin concertar una cita en ese mismo momento. El flechazo amoroso es tan intenso que la espera no puede posponerse por más tiempo. El dúo que no puede fallar en la composición de un trabajo minucioso ( Daniel Day Lewys,actor, y Paul Thomas Anderson,director,que ya colaboraron juntos en "Pozos de ambición" aquella cinta que narra las peripecias de su protagonista con los pozos de petróleo) En este caso, contruyen "El hilo invisible" donde 

Day Lewys, por un lado,  mantiene una capacidad intacta de incrustarse en los papeles con una dosis de perfección casi insuperable, aquí hace de sastre y nadie diría que no lo es por las maneras de tratar los trajes y de coger la aguja y el metro como un auténtico profesional de su oficio ( ya triunfó con anteriores papeles como por ejemplo en "Mi pie izquierdo" interpretando a aquel personaje con problemas físicos que te deja tieso ante la problemática de unas vidas defectuosas frente a la realidad cruda y dura o en "En el nombre del padre" ( las dos de Jim Sheridan) donde se ve envuelto en la lucha del IRA, encarcelado y maltratado por el sistema carcelario inglés. Anderson, por otro lado,construye mundos retorcidos como por ejemplo en "The master" ( donde veíamos al gran actor desaparecido

Phipip Seymour Hoffman) se mete de lleno en los entresijos de la Iglesia y sus chanchullos.En fin, una cinta de sensibilidades muy especial.





El famosos sastre Reynolds Woodcock entrega su vida en exclusiva a su propia causa: crear los vestidos más elegantes para la burguesía. El personaje es un hombre cerrado, imbuido en su trabajo y ante su recién amor se siente con la necesidad de abrirse de confesar sus pequeñas pasiones: su mundo se construye en torno a su profesión y sus recuerdos, los cuales lleva consigo. Pequeñas manías como esconder aquellas cosas que le recuerdan la infancia o a los seres queridos para llevarlos siempre pegados a sus cuerpos, en sus propios trajes. Anderson va creando un ambiente certero que te atrapa, una historia que te sujeta a la butaca. La fogosidad del amor, en sus inicios, pasa por conocerse a fondo, saber uno del otro tanto como se saben de ellos mismos. Ella se extraña de que un chico tan apuesto, con una edad avanzada, esté todavía soltero, pero él le confirma que está casado con su oficio. En la relación pronto se impone el oficio. Así, por ejemplo, los recién enamorados marchan a la sala de creación para tomar medidas:" te voy a medir para un vestido muy personal". El protagonista mantiene su profesión hasta esos derroteros. Aflora la delicadeza de esas manos mientras sujetan la ropa, mientras clavan las agujas: el metro serpentea por el cuerpo como si fuera un ritual. Las medidas, la tirada, todo que se ajuste a la perfección. Los movimientos, la determinación, la composición, todo se hace sublime dentro de la pantalla. Así el amor, al contrario de otras veces, donde la fogosidad, el desnudo y el sexo destacan; aquí no, todo va arropado, en torno a los vestidos, sin pasiones desmedidas y desnudas. Sin embargo, las sutilezas y delicadezas de él no son las mismas que las que tiene ella. Las diferencias abismales entre los dos llevarán a situaciones límites de cierto roce. En fin, el amor puede fusionarse con los hilos de la costura, pero absténgase todos aquellos que busquen acción, desenfreno, movida, intriga, no, nada de eso.

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