sábado, 26 de septiembre de 2020

Lo que arde



Título original O que arde

Año                 2019

Duración         89 minutos

País                España

Dirección        Oliver Laxe

Guión              Santiago Fillol, Oliver Laxe

Fotografía       Mauro Herce

Reparto           Amador Arias, Benedicta Sánchez.


"Lo que arde" de (Un Certain Regard premio del jurado en el festival de Cannes 2019)  Oliver Laxe echa mano de dos actores no profesionales como 

Amador Arias ( con el mismo nombre en la película) que conoce a la perfección la montaña, pues es forestal de profesión, aunque  realiza funciones de repudiado por los vecinos por ser incendiario de los bosques. A su lado 

Benedicta Sánchez, (mejor actriz revelación en los Goya 2019, con el mismo nombre) que hace de su madre con un papel de adosada al terreno con tres vacas y una vida sencilla. En ese ambiente muy rural de un pueblo perdido en las montañas de Galicia. Allí llega su hijo recién salido de la cárcel a la casa de su infancia donde su madre ,anciana, le pregunta si tiene hambre como si se acabara de levantar sin importarle los años de cárcel que lleva a sus espaldas. Las cosas se suceden con lentitud. No pasan grandes acontecimientos, sino sencillas como por ejemplo secar la ropa mojada al calor de la estufa de leña y cuidar de darle la vuelta a los calcetines. La casa donde viven es de montaña, muy limitada de adelantos con las cosas básicas sin más que una bombilla para alumbrarse y fuego, poco más. 

Lo rural aparece en cada toma: atizar la leña en la cocina, soplar para que no se apague, las brasas chispeantes, calentar el pan encima de la placa, el sonido típico de freír un huevo. En ese pueblo, Amador, el recién llegado no es bien recibido por los lugareños. Los lugareños del pueblo parecen toda cordialidad, pero cuando hay un intruso que no confiesa con sus formas de actuar es rechazado por el grupo. Película que rezuma naturaleza, como ya hemos comentado, por todos los costados: los sonidos del agua, del fuego, de la lluvia en los cacharros que hay colocados para las goteras y los personajes se mueven en silencio porque ya no es necesario molestar los sonidos de la paz natural. Dejemos hablas a la naturaleza.






No vamos a ver nada de acción sino una relación solitaria casi sin diálogo entre un hijo ya mayor y una anciana. La llegada de ese hijo causará ciertas situaciones violentas, pues recién salido de la cárcel por incendiario de bosques no es muy bien recibido. Él lo sabe y guarda las distancias. Mientras vemos que se suceden las actuaciones propias de un momento rural tanto en la mesa como en el campo: sacar a pastar a las vacas, la lluvia como un factor de soledad de ambientación de la zona.  Las tareas diarias, pues llevar las tres vacas a pastar al prado lleno de barro. La relación entre madre e hijo es fría distante, no hay ni un beso ni un abrazo, nada. Las condiciones de vida se limitan a las tareas domésticas, no hay nada más. Silencios cortantes que marcan esa relación de un pasado oscuro, indefinido, malvado o tan solo fuera de sí. La anciana, a su edad, debe encararse con un tipo que no está por la labor de abrirse al mundo. Su mirada perdida indica que no le importa nada y sabe del odio que le profesan los vecinos de la zona. Amadeo no es aceptado porque ha causado un incendio y se ha pasado un tiempo en la trena, Se supone que está en contra del avance y de que entre el turismo en la zona y como protesta quema el monte. Rechaza el progreso, está en contra de los adelantos y contra ello :fuego. Tan solo hace falta que el monte prenda de nuevo en una lengua roja infinita hacia el cielo para que culpen a nuestro personaje de incendiario. No faltará razón para soltar un guantazo a  Amadeo como represalia por las pérdidas del fuego. En definitiva, un remanso de naturaleza y paz perturbado por las humanos, como siempre.

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