El incendio

Título:          El incendio (The Fire)

Año:             2015

Duración:     95 min.

País:             Argentina

Director:      Juan Schnitman

Guión:         Agustina Liendo (Historia: Juan Schnitman)

Fotografía :  Soledad Rodríguez

Reparto:        Pilar Gamboa, Juan Barberini, Luis Biasotto, Marcelo D'Andrea

Género:        Drama de pareja

La acción de "El incendio" de Juan Schnitman transcurre entre una pareja, justo en el día que va desde que les dicen que se anula la reunión para comprar un piso hasta el día siguiente. Es un tiempo suficiente para ver las costuras de una relación de pareja, la cual hace aguas por todos los lados. Ante una decisión trascendental como  la de comprar un piso  puede llevarte al desvelo, a no conciliar el sueño ante la preocupación y las dudas de lo que va venir: aquello que no estás muy seguro de desearlo. A la protagonista le asaltan las dudas, los miedos: "esto del piso será para siempre, ¿quiero estar toda la vida con éste que duerme a mi lado?, ¿ es este el camino que yo quiero recorrer el resto de mi vida?". Debe pensar en su subconsciente.  La inseguridad le mantiene despierta toda la noche ante un día que se avecina intenso, decisivo, por qué no dar un golpe en la mesa, en este caso en la cama y decirle directamente y a la cara a ese que duerme tan tranquilo a mi lado.¡ basta, ya de llevar este tipo de vida!No quiero seguir así, mira que mejor lo dejamos para más adelante cuando esté segura de lo que quiero hacer con mi vida,¿lo entenderá, por eso? Pensamiento interior como muchos otros que nunca saldrán al exterior, se quedarán ahí en la conciencia de la protagonista.  En ese momento le gustaría borrar de un plumazo su vida: adiós pasado, adiós presente para construir un futuro al margen de todo lo conocido.

La rutina diaria de la pareja entra en acción en cuanto su pareja se despierta. La pasión del juego erótico no siempre se despierta en el momento oportuno. Él siente el momento tenso, duro, propicio para el acto sexual y no quiere desaprovecharlo. Ella, por el contrario, es remisa, se opone, pese a que por momentos el espectador se cree que la cosa va por buen camino, pero no, nada de eso. La mujer promete y jura dar otra oportunidad en otro momento que sea más propicio, pese a que la pasión está desbocada. El hombre sabe que es otra de las tantas excusas y que por mucho que le diga, sabe que ese momento no va a llegar y que lo está dejando muy jodido porque a él lo que le interesa es rematar la faena. No puede quedarse con las ganas a media. Sabe que las ocasiones vienen contadas y ahora mejor que nunca porque hay pasión. Júramelo por tus muertos que después no te vas a escapar como haces siempre,¿ cuánto tiempo hace que no lo hacemos?, ¿ me lo quieres decir? No creo que puedas porque ya no te acuerdas hace tanto de eso. Ahora es el subconsciente de él que con las miradas, los gestos, las caras que quieren decir eso aunque no o digan. Dicen esto en la película:
_"Después"-ella
_"Después, ¿cuándo?-él
_"En nuestra nueva casa"-ella
_"¿Seguro?-él
_"Te lo estoy prometiendo" -ella
Las mentiras del ser humano sirven para persuadir para dar un margen de tiempo, luego ya se verá. Hay que aplacar cuanto antes los sentimientos carnales que son pasionales y se descontrolan fácilmente. Mejor hablar de los temas materiales, aquellos que pueden dominarse: una cita para comprar el piso, un recuento del dinero acumulado en años de trabajo. El dinero puede ser todo para las personas. Que no lo vea nadie que te lo pueden quitar que te ha costado una vida para conseguirlo y perderlo supondría perder esa vida. Ante todo preocuparse por el dinero antes que de su propia relación de pareja, eso da igual. ¡Al carajo con la amistad y los sentimientos!, mientras hay dinero por el medio eso es lo más importante. La pasta siempre es más importante que la relación, mira que tus padres me han dado más pasta que los tuyos el dinero de tus padres te los metes por ahí que no los quiero. Cuando nos corre las guita por las venas en lugar de sangre, entonces ya estamos perdidos. No se encuentran tan necesitados como en "Juegos sucios"  de E.L. Catz donde el protagonista por conseguir la pasta es capaz de realizar cualquier barbaridad. Nuestras vidas al servicio del dinero y lo que seríamos capaces de realizar por conseguirlo. Con él podemos obtener todas las cosas materiales que queramos, pero al final seremos unos infelices. La casa recién comprada se puede llenar de muebles, de cuadros, pero dónde está la humanidad, esto no se compra. Allí no habrá calor, amor, sexo. Una casa vacía de sentimientos es un futuro inexistente. Sin duda alguna, la ducha es un buen lugar para follar, pero cuando falla la pasión y se piensa en otros temas se deja de banda el más sensible.
Aparece de refilón el problema de la educación. No sé si es de relleno porque hasta entonces no sabíamos nada de la profesión del protagonista y desde luego, el espectador lo menos que se espera es que sea profesor. Quizá sea porque el espectador se ha hecho otros cálculos de a lo que puede dedicarse. En el instituto aparece la fuerza que tienen los padres de cara a mandar lo que se tiene que hacer en un campo de la educación. La madre defiende a capa y espada a su niño como si de un ángel se tratara y  culpa insistentemente al personaje de haberlo pegado. La dasautorización y el ninguneo al profesor se hace patente con la fuerza, el desprecio, el acoso y el final derribo con que se encara la madre con el docente. La violencia en las aulas está plasmada en películas como "El profesor" Tony Caye o "La profesora de historia" de Marie-Castille Mention-Schaar. El mundo se sitúa al revés: los padres amenazan con que ya no va a ir más su hijo al colegio, en lugar de ser expulsado por el propio director. La madre insiste en saber por qué ha pegado a su hijo lo que ha podido hacer él es irrelevante no le importa lo más mínimo. La imágenes posteriores del alumno nos desvelan quien tiene la razón. Hay una falta de confesión de sinceridad y cuando se hace es a través de un mecanismo poco apropiado. Así delante de un espejo, dos mujeres que buscan la impersonalidad del reflejo para comentar las carencias y desilusiones de pareja.La pareja de mujeres que aparece delante son otras y pueden comentar desinhibidas lo que les venga en gana. Esas reuniones de amigos donde con unas copas de más se acaba hablando más de la cuenta y cuando quieres arreglarlo la vas cagando más y más todavía. Ante la imposibilidad de lanzarte la vajilla porque te encuentras alejado de tu casa y corres peligro de ser abucheado por ese que antes era tu amigo. Por eso pasas a otra estancia cercana de la casa para sacar más trapos sucios. En este caso en un garaje con el coche de fondo. Salvando las deferencias, no es un granero ni la música una danza caso erótica como sucede en (1)"Único testigo" de Peter Weir, entre Harrison Ford y Kelly MgGillis, pero intuyes que se va a fraguar algo gordo y potente. Presientes que aquella promesa del principio se va a cumplir y  que por fin ha llegado la hora de saldar cuentas del pasado Así,  no podía acabar la película sin un buen polvo. Allí mismo encima del capó del coche que nos llega a la imaginación la mesa larga y llena de harina del (2)"Cartero siempre llama dos veces" de Bob Rafelson, Jessica Lange y Jack Nicholson con un ambiente empolvado a tope encima de la mesa. Se follan con la misma tensión con la que se odian.Con la incomodidad de la fría plancha, pero con la pendiente más idónea para el momento del acto.Por fin pasa el día de espera y llega la hora de la verdad: firmar los papeles de la compra del piso. Se engalanan para la ocasión. Desde este momento tan solo cuenta lo que diga el notario. El final queda abierto, cada espectador puede realizarlo a su antojo, en mi caso yo lo veo con una relación abrupta que desembocará en un hijo no deseado. Ante un nuevo personaje en la acción se pueden vaticinar un endurecimiento de un comportamiento machista. Ahí podíamos insertar otra película como "Refugiado" de Diego Lerma, pero eso era otra cinta para comentar.

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