domingo, 27 de diciembre de 2015

Tres colores Blanco




Año                      1994

Duración               92 minutos

País                       Francia

Director                Krzysztof Kieslowski

Guión                   Krzysztof Kieslowski

Música                 Zbigniew Preisner

Fotografía            Edward Klosinski

Reparto                Zbigniew Zamachowski, Julie Delpy, Janusz

                            Gajos, Jerzy Stuhr, Grzegorz Warchol, Jerzy

                           Nowak, Aleksandr Bardini, Cezary Harasimowicz

                          Jerzy Treta, Juliette Binoche, Forence Pernel










El cine de Kieslowki se mueve siempre entre los delirios amorosos del humano y la inquietud de éste para conseguir las metas que se propone. Los personajes principales buscan metas de satisfacción. Casi siempre ocurre después de una tragedia o un hecho abrupto. Pretenden descubrir nuevas fronteras para alcanzar otras sensaciones diferentes, las cuales les haga sentirse vivos.








La película "Tres colores:Azul" la protagonista experimenta nuevas sensaciones a causa de un fatídico accidente. En "Tres colores:Blanco" sucede algo parecido pero en diferentes condiciones. Aquí la impotencia es el factor detonante de la separación amorosa. El amor imposible se escapa por unas vías amargas. Entonces entran en juego el deseo contenido, el amor imposible, las ganas de prosperar y vengarse. Por qué un amor no puede ser eterno y una relación para siempre, porque se pueden pasar por malos momentos, por situaciones de crisis. El protagonista, en este caso, tan solo pide un tiempo de recuperación. Él la ama con locura, pero algo falla ya no es lo mismo que antes y el fuelle del sexo llega un momento que pierde elasticidad. Le queda una llave de un local mutuo para realizar el último intento, sin embargo la impotencia puede con él. Su mujer reniega de un tío que se le ablanda la polla en los momentos cruciales. Por eso no le queda otra que marchar con su impotencia a su Polonia natal. Allí todo funcionaba a la perfección, era un peluquero querido por sus clientas. Está completamente pelado de pasta y por las noches se le ponen los dientes de punta tan solo en contemplar las sombras de una pareja que folla en lo que era su antigua cama matrimonial. Se siente un cornudo de tomo y lomo y tiene sed de venganza, sed de conquistar el mundo desde la nada, no quedarse de pie con su antigua profesión de peluquero con unas tijeras entre las manos para recortar el pelo a cuatro vecinas. El sonido de fondo de las palomas invita a su recuperación de la libertad para lanzar un vuelo más poderoso. El regreso a su país es denigrante porque viaja de polizón y es apaleado en medio del bosque. Desde el nido de la infancia es de donde se puede crecer de nuevo, pero de peluquero se necesitarán varias vidas para amasar una fortuna y él no quiere morirse sin antes hacerse rico y ajustar unas cuantas cuentas pendientes. Él sabe que las mafias de terrenos pueden propinarle unos beneficios excelentes, así que los compra a unos campesinos y espera las ofertas suculentas. El trapicheo le da unos beneficios enormes. La obsesión se vuelve realidad y los sueños se cumplen, así desea atraer a Dominique, su esposa, con la intención de que acuda a una cita que no puede faltar. La trampa funciona a la perfección y se venga al máximo de su mujer. La palomas de la libertad siempre presentes y el blanco del vestido de novia como obsesión de su pensamiento y su deseo cumplido: ver a su ex que derrame una lágrima en su favor ya será suficiente para consolarse. Esas pesadillas que él mismo ha tenido quiere que las pruebe ella en sus propias carnes, quiere estar al otro lado, pretende que la que sufra en este caso sea ella. Le ha demostrado que en las mejores condiciones, el sexo todavía funciona y que estaba equivocada de pegársela con otro porque con él todavía quedaba tiempo de disfrutar. Quiere demostrarle que lo de la impotencia era una cosa pasajera. Por lo tanto se ha equivocado con él y ahora debe purgar por el error Ella debe pasar por las penalidades que le ha hecho pasar a él. En definitiva, las pasiones humanas conducen al hombre por caminos peligrosos. Los personajes son más fuertes frente a las adversidades. Hay una carga de reciprocidad de venganza entre ellos: si me la hiciste entonces, ahora te la hago yo. Ella no tuvo la menor compasión conmigo por qué la he de tener yo. Ese amor eterno, pero imposible queda marcado para siempre entre los dos. Ahora desde el fondo de su ser le cae una lágrima de amor por él. 

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