sábado, 27 de febrero de 2016

La habitación


Título original                Room

Año                                 2015

Duración                        118 minutos

País                                 Irlanda

Director                           Lenny Abrahamson

Guión                              Emma Donoghue ( novela Emma Donoghue)

Música                           Stephen Rennicks

Fotografía                      Danny Cohen

Reparto                         Brie Larson, Jacob Tremblay, Joan Allen, William H.Macy,

                                        Megan Park, Amanda Brugel, Sean Bridgers, Joe Pingue,

                                        Chantelle Chung, Randal Edward, Jack Fulton, Kate Drummond.






La habitación”, del director irlandés Lenny Abrahamson, el cual ya nos deleitó con una película extraña pero interesante como es “Frank” donde un Michael Fassbender realiza un papel desconocido porque entre otras cosas se pasa parte de la película con la cara cubierta como un cabezudo y realiza el papel de líder de un conjunto musical, contiene a un niño, Jack, de cinco años y a su madre secuestrada durante siete años. Ésta tiene como misión explicar o crear un mundo de su hijo que se encuentra aislado completamente de la realidad exterior, excepto las cuatro paredes y los cuatro cacharros que le rodean no sabe de otra cosa. El mundo exterior se explica por medio de las imágenes que van apareciendo en el televisor. Ésta produce por arte de magia las cosas que él desconoce.





El niño tan solo ve la realidad que le cuenta su madre, el resto es plano, imaginario como las imágenes que emite el aparato. Éste no entiende ese mundo del exterior que desconoce. Por otra parte, de vez en cuando, entra y sale el secuestrador del habitáculo, el cual tiene problemas de supervivencia, pero el espectador nunca sabe nada de su pasado. Por un momento me vienen a la cabeza dos películas: la primera, “El Show de Truman” podría ser la continuación de La habitación o mejor dicho si Truman Burbank, protagonizado por Jim Carrey, hubiera tenido que vérselas con una infancia, pues seguro que la habría tenido como en la película que nos ocupa; la segunda propuesta es que  la película podría partir de aquella otra magnífica película de William Wyler llamada “El coleccionista”, allí el protagonista es coleccionista de mariposas, pero también se obsesiona por retener a una chica en una mazmorra. El film que nos ocupa hoy, bien podría ser la continuación, pero con un niño incorporado en la trama. La situación en que se encuentran no puede continuar por más tiempo y por eso buscan la manera de liberarse de su opresor. Hasta aquí, sería la primera parte de la película dentro de la habitación donde el mundo se reduce a las cosas que hay dentro y las que se imaginan de fuera. La segunda parte sería en el exterior donde se suceden otros acontecimientos. El mundo se abre a los ojos del niño y todo es nuevo. A simple vista parece que la extensión es demasiado grande y monstruoso. Adaptarse a él cuando se ha estado a cobijo con una madre durante todas las horas del día se hace difícil de aguantar. La situación viene a ser como el tarzán de “Greistoke” que se sube a un árbol después de abandonar la selva ante la mansión de Londres o el vértigo de Tom Hanks en “Náufrago” en el momento en que se ha salvado y está solo en su habitación tumbado en la alfombra porque se siente más amparado allí que en la cama, después de estar años durmiendo en el suelo o en la arena de la playa desierta. Las comodidades, las dimensiones, los periodistas que quieren saber en las condiciones que han aguantado durante los años de esclavitud se suceden y crean vértigo y desconcierto en los recién liberados. Soportar el peso de la nueva vida se hace casi imposible. Además de la nueva convivencia con sus familiares ya no será la misma que antes. En definitiva, las situaciones ya no son las mismas ahora, ya no está sola y su mundo se ha desmoronado, porque había formado uno que se correspondía con el habitáculo cerrado y ahora con tanto desmadre no lo va a poder soportar. Todo es extraño para los dos. Sienten la falta de intimidad y la soledad de las cuatro paredes. Esa vida de represión donde los dos habían formado una piña solitaria pero consoladora. 





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