domingo, 28 de febrero de 2016

Requisitos para ser una persona normal


Título original                Requisitos para ser una persona normal


Año                                2015

Duración                       94 minutos

País                               España

Director                         Liticia Dolera

Música                          Luthea Salom

Fotografía                    Marc Gómez del Moral

Reparto                       Leticia Dolera, Manuel Burque, Jordi Llodrá,

                                    Silvia Munt, Miki Esparbé, Alexandra Jiménez,

                                    Blanca Apilánez, Jorge Suquet, Carmen Machi,

                                    David Verdaguer, Nuria Gago.    


Los nombres de los aspirantes a un puesto de trabajo suenan en el momento en que aparecen los primeros créditos. Lo más seguro es que sean miles de candidatos para un puesto. Estos incumplirán los requisitos porque para hacer la criba se pedirán aptitudes inverosímiles: desde licenciaturas que no son necesarias hasta masters, idiomas de todo tipo desde el inglés, alemán o chino hasta el francés, portugués y ruso, sin que todo ello lo necesite el puesto. Sin embargo, los “Requisitos para ser una persona normal” los presentará la propia protagonista, Liticia Dolera, actriz y directora, y éstos son los siguientes: tener trabajo, casa, vida social, vida familiar, y ser feliz.






Sin ellos es imposible encontrar un puesto de trabajo. Ella mismo se ha impuesto unas condiciones que a las primeras de cambio incumple y que, a toda prisa, si quiere encontrar trabajo, debe conseguir. Con esto, pretende mostrar las situación de una persona de treinta años ( como otras muchas actualmente de cuarenta, de cincuenta, etc.) que no ha podido cumplir con sus deseos de encontrar un trabajo, pese a tener los deseados títulos, los cuales no serán suficientes. Lo primero que tiene que hacer es largarse de donde vive porque ya no puede ni pagar las mensualidades. A partir de aquí, la película ya se puede considerar un anuncio largo de IKEA: aparecen las instalaciones por fuera y por dentro con sus rótulos y sus productos. Se supone que habrá tenido financiación de la multinacional, porque aquí todo quisque tiene una conexión directa con la multinacional: el hermano trabaja en este centro, su nuevo compañero también y ella para no ser menos pide empleo allí. Quizá el hecho de facilitar las grabaciones ya sea un buen punto de apoyo porque eso que no ha tenido que gastar en escenarios internos y le da un colorido especial a las tomas. Su compañero, Manuel Burque, nominado para los Goya como mejor personaje revelación, tuvo que engordar al menos treinta kilos para parecerse a un individuo sencillo de barrigón y barba complacida. No digo que esté mal el actor, nada de eso, pero podían haber tirado de un tío ya gordo de por sí, como por ejemplo un Pepón Nieto. Le dejas la barba y ya lo tienes, sin necesidad de barbaridades contranaturales, eso sí, a lo mejor habría salido más caro. La historia del cine está llena de casos de engorde para recrear un personaje como el de Robert de Niro en “Toro Salvaje” que aumentó más de treinta kilos o el caso de Cristian Bale que fue a la inversa, perdió otros tantos en su personaje de “El maquinista”, pero en estos casos se supone que detrás había un actor con renombre y un careto muy conocido que arrastraba a los espectadores a visitar las pantallas por su nombre en el cartel de la película. En fin, allá ellos con su cuerpo maltratado. La película discurre por los cauces de un “Quid pro quo” ( “Do ut des”: doy para que me des) entre los dos personajes: uno le ayuda a perder el peso y el otro le ayuda a conseguir los aspectos para ser una persona normal. La relación entre los dos es muy estrecha, pero a medida que consiguen completar los requisitos ven como ellos se van distanciando y el principal, ser feliz, se aleja cada vez más, pues la amistad entre los dos se relaja de tal manera que se sienten insatisfechos con su nuevo rol. Las situaciones se suceden con paridas variadas, pero ya se sabe que la comedia busca la risa y si consigue entreabrir la jeta de la cara ya habrán conseguido bastante. En definitiva, si todos los requisitos no te satisfacen como persona para qué carajo los quieres: tener una pareja que te importa un pito; una relación social que te la trae floja; una familia reunida a última hora, pero que no te acaba de convencer. Visto lo visto, mejor voy a mi bola, como estaba antes que me lo pasaba de la hostia, no como ahora que me la suda todo. A la mierda con los requisitos y ella quiere ser normal como siempre y quedarse con su gordinflón que se ríe la hostia y se lo pasa pipa con él.





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