miércoles, 29 de junio de 2016

Tres recuerdos de mi juventud




Título original Trois souvenirs de ma jeunesse

Año                 2015

Duración        123 minutos

País                Francia

Director          Arnaud Desplechin

Guión            Arnau Desplechin, Julie Peyr

Fotografía     Irina Lubychansky

Reparto        Mathieu Amalric, Lou Roy-Lecollinet

                      Quentin Dolmaire, Léonard Matton



"Tres recuerdos de mi juventud" de Arnaud Desplechin cuenta la historia que narra un personaje desde la niñez hasta su estado actual. De todo el recorrido, hace mayor hincapié en el momento en que se enamora de Esther. La película inicia su andadura en la confesión de un hecho de suplantación de identidad y esto nos induce a pensar que estamos ante una peli de espías, pero en poco tiempo nos damos cuenta de que no va el asunto de eso, sino que nos va a contar una historia de amor romántico. A modo de confesión va relatando su vida  en una narración que fluye desde la primera persona hasta un narrador omniscente que lo sabe todo. La historia es un canto a la plenitud de la vida y el deseo de libertad. Por eso, el personaje da rienda suelta a sus impulsos y sigue un camino que le marca el corazón. Nos recuerdan a las películas Nouvelle Vague de los años sesenta por ejemplo (1) "Los cuatrocientos golpes" de François Truffaut. Allí un niño toma las decisiones de abandonar el colegio porque no puede aguantar más y esto le traerán consecuencias nefastas. Es un cine que busca la sencillez y la naturalidad tanto de los protagonistas como de las escenas, que reflejen un estado de ánimo y unas condiciones humanas: el realismo de las personas para enfrentarse a la vida con todo el coraje y la decisión sin temer a nada.






La historia gira alrededor de Paul Dédalus, Mathieu Amalric ( interpreta un papel tan natural como siempre), bucea en el pasado del personaje, sobre todo, se mantiene por más tiempo en la historia amorosa. La película se explica en tres capítulos: la infancia caótica de un niño que mantiene disputas con una madre enferma y un padre desaparecido que no duda ni un minuto en abandonar la casa de su infancia aunque tenga una edad corta; la segunda en una aventura de espías, el cual se ofrece sin miedos ante una trama de política en Rusia, éste ofrece su pasaporte sin nada a cambio para ayudar a unos refugiados; la tercera, y más larga, trata del amor romántico de su amada Esther en ese ir y venir de un amor imposible. Narra un pasado de resentimiento y añoranza y un futuro de rabiosa impotencia por no haber conseguido aquello que tanto deseaba. Esa contradicción de hacer aquello que le pide el cuerpo en cada momento, puede que le haga tomar unas decisiones y dejar otras en el camino sin saber cuáles son mejor o peor, pero el protagonista las realiza con firmeza. Ahora le toca contarlo, hacer el repaso de su vida y si fuera preciso cantarle las cuentas a su amigo que se tiraba a su prometida cuando estaba en la distancia. Finalmente, la vida les deparará caminos diferentes como ocurre en todas las vidas y puede que se equivocara, pero no hay vuelta atrás.


(1)



                     






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