viernes, 2 de septiembre de 2016

Money Monster





Título original   Money Monster

Duración          100 minutos

País                  Estados Unidos

Director           Jodie Foster

Guión             Alan DiFiore, Jim Kouf

Música            Dominic Lewis

Fotografía       Matthew Libatique

Reparto          George Clooney, Julia Roberts, Jack O´Connell,

                      Caitriona Balfe, Dominic West, Giancarlo Esposito,

                     Dennis Boutsikaris, Darri Ingolfsson, Chistopher

                     Denham, Anthony DeSando, Jennifer Dong, Ivan Martín.

       


"Money Monster" de la directora/actriz Jodie Foster ( seguro que se le recordará durante más tiempo por sus interpretaciones por ejemplo en (1) “El silencio de los corderos” de Jonathan Demme donde da vida a una policía recién incorporada al cuerpo y se las tiene que ver con dos psicópatas de turno o en (2) “Un Dios Salvaje” de Roman Polanski que ejecuta el papel de esposa, que por las casualidades de una bronca entre su hijo y otro niño, mientras los padres discuten por aquella pelea, salen a relucir temas más importantes de los dos matrimonios que se van confrontando entre ellos hasta llegar a una bronca interesante. Allí aparecen realidades de la vida cotidiana que molesta que salgan a la luz en momentos inoportunos). La película que nos toca comentas como idea de fondo no está nada mal: un pirado que se siente estafado por las empresas inversoras y la toma con aquel que sale en televisión y que asesora de forma distendida en plan cachondeo. Esa importancia mediática es la que le lleva a tomarse la justicia con su mano contra el famoso presentador, aunque no tenga nada que ver con lo que le ha sucedido a él. Pero es la cara más próxima y reconocible para pagar los platos rotos.  Las comidas de tarro de las televisiones pueden servir para que un individuo que sigue estas consignas se arruine. Entonces ante esa situación de marginalidad y de pobreza pueden llevar a un pavo a cometer multitud de bestiezas contra el primero que se les presente en su camino. Cualquier persona que ha caído en una hondonada de preocupaciones por el paro, por una situación de bajón emocional o por la calentura de ver al personal de arriba como se aprovecha constantemente de los miserables de a pie puede caer en depresión y emprender una guerra personal contra los poderes establecidos. Esa situación extrema de una necesidad de venganza es la que le lleva al pirado de turno, el cual entra en un programa de televisión, con la intención de cargarse al presentador que le ha aconsejado para que invierta su dinero en Bolsa, pero que al final lo ha perdido todo.




La película discurre en un plató de televisión, en un programa de mucho éxito que presenta Lee Gates ( George Clooney) que se encarga de presentar la actualidad económica en plan de guasa, con un paripé de cachondeo y acompañado de bailes y risas. Sin embargo, esa broma no resultará bien recibida para otras personas, pues se han  tomada en serio  sus consejos y estos han causado una quiebra irremediable en un tipo con poco porvenir. Así que el siguiente actor ( Jack O’Coonell) que irrumpe en la escena del directo del programa no entra en acción para seguir la coña del programa, sino que pretende ajustar cuentas pendientes con ese charlatán de las finanzas que le ha hecho perder su dinero. No le queda más remedio que acusar al presentador por su actual destino miserable y amenazarlo con mandarlo por los aires con un chaleco cargado de explosivos si no remedia de algún modo la pérdida que ha tendido por haberle aconsejado en una inversión penosa. Detrás de las cámaras se encuentra Julia Roberts que sigue el desarrollo de la acción por su condición de regidora del programa. La idea es buena, pero la trama queda desgastada porque parece que Clooney se siente confortable con un chaleco cargado de explosivos o al menos no demuestra mucho nerviosismo de que le apunten constantemente con una pistola y que de un momento a otro pueda volar por los aires. En definitiva, nos encontramos ante una situación reconocible y creíble, pero que al final falta gancho y se vuelve  previsible. En fin, se puede pasar el rato con su visión o si se tiene algo mejor al alcance pues dejarla de lado, dependiendo de las ofertas que te rodeen.

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