Infiltrado

Título original  The Infiltrator

Año                  2016

Duración          127

País                  Estados unidos

Director             Brad Furman

Música              Chris Hajian

Fotografía         Joshua Reis

Reparto             Bryan Cranston, John Leguizamo, 

                          Diane Kruger, Amy Ryan, Joseph

                          Gilgun, Benjamín Bratt, Juliet Aubrey,

                          Rubén Ochandiano, Simón Andreu,

                          Saïd Taghmaoui, Elena Anaya,

                          Jason Isaacs, Olymia Dukakis. 


"Infiltrado" carece de la garra de una cinta de acción. El director, Brand Furman, se echa en los brazos de Bryan Cranston que lleve todo el peso de la acción. Es como si soltaran a la bestia en la pantalla y que se las componga como pueda, pues como sus papeles se han movido a la perfección en el ámbito de las drogas, pues ya saldrá por su propia cuenta. Le acompaña Diana Kruger,

 aquella dueña del cine de "Malditos bastardos", de Tarantino, que incendia la sala con tal de quemar a los oficiales alemanes dentro de ella. Le ha faltado un guión poderoso que acompañara a su actor o una historia con garra del estilo de(1) "Uno de los nuestros" o (2) "Casino" de Martín Scorsese. Así, nos encontramos con una fuerte carga de interpretación, pero con un guión plano, sin alma.

El protagonista se mete de nuevo, acaba de dejar al personaje conflictivo de Trumbo, en el papel del policía Robert Mazur, el cual se infiltró con los narcotraficantes  del Cartel de Medellín, dirigido por Pablo Escobar. Se hizo pasar por un alto ejecutivo de la banda con la función de lavar la pasta de la droga. En esos trapicheos, con una ambientación perfecta de los años ochenta, de intercambios de golpes se las verá canutas para salir al paso de ese puñado de asesinos sin escrúpulos. El guión queda un tanto deslavazado, con lagunas, pues se mete de lleno en su infiltración dentro de Cartel y deja de lado el resto de su vida como si no existiera. En definitiva, una cinta excesivamente larga que queda salvada por las interpretaciones y las ambientaciones, el resto carece de fuerza y de emoción. En fin hoy en día vale todo: desde mirar el móvil más de cien veces al día hasta ver un serial bochornoso. Pues eso, el que no se conforma es porque no quiere.

(1)

(2)