viernes, 14 de julio de 2017

Día de patriotas



Título original Patriots Day

Año                 2016

Duración         130 minutos

País                Estados Unidos

Director           Peter Berg

Guión             Peter Berg, Matt Cook

Música           Trent Reznor, Atticus Ross

Fotografía      Tobias A. Schliessler

Reparto         Mark Wahlberg, John Goodman,

                     Kevin Bacon, J.K. Simmons,

                     Michelle Monagham, Rachel

                     Brosnahan, Alex Wolf,

                     Melissa Benoist, Michael Beach,

                     Khandi Alexander, Lana Condor 


El título de la película, “Día de patriotas” de Peter Berg ya nos lleva directamente al núcleo central del tema: la heroicidad del cuerpo policial frente al ataque musulmán y la capacidad de sufrimiento del pueblo norteamericano. Cuenta la historia verídica de un atentado producido en el maratón de Boston por el año 2013 ( el tema, por cierto, que no ha dejado de, por desgracia, estar presente en la actualidad, sigue dando guerra).  La narración empieza, por una parte, en el día anterior del atentado y va de la mano de los policías protagonistas. Éstos mantienen una compostura y un calado profesional contrastado como

Mark Wahlberg que no desfallece ante las desgracias ( su careto se me quedó grabado por interpretar "El planeta de los simios" de Tim Burton); John Goodman ( simpático corpulento, siempre con unos secundarios de aplomo, recuerdo su papel de pasota en "El gran Lebowski "de los Coen) está en su estilo  y

Kevin Bacon ( recientemente en “Coche policial” de Jon Watts y hombre invisible en otras) realiza un papel con cargos diferentes: desde FBI hasta sargento de policía con los roces típicos de los diferentes cuerpos policiales que acarrearán mal rollo entre todos. A todo esto, por otra parte, las imágenes se centran en el devenir de los terroristas, que son perseguidos por su brutal atentado, pero ellos no piensan en la muerte sino en cuántos infieles se van a cargar.  En fin, atentado, caza y captura a la vista.







La película se centra en las pesquisas por encontrar  a toda costa a los asesinos de un atentado perpetrado en la maratón de Boston. La maquinaria policial realiza el cerco para que no salga nadie del estado. La redes están echadas y cada vez más cerca de pescar a los terroristas, porque desde las víctimas hasta los móviles desparramados por la calle después del atentado son pistas calientes. La cinta plantea la carga emocional que sufre el personal cuando pasa por un atentado y esto se refleja en el policía que con sus propios ojos ha visto la sangre y el dolor de los que han sido golpeados por las bombas. El dolor de la tragedia en ese hombre que ha pasado tantas horas junto a los afectados que ya no puede resistir y empapa la cara con lágrimas mientras cuenta el relato compungido. Familias pacíficas  seccionadas, heridas y golpeadas por acudir a aplaudir a los participantes. La fiesta se ha vuelto roja en el cuerpo y amarga en las caras de terror. En adelante las investigaciones se centrarán en descubrir a los asesinos, ya sea con los testimonios de los heridos o las grabaciones de las cámaras de seguridad. Las imágenes van acompañadas por el caminar cojo del protagonista que acaba de dar una patada en una puerta para forzarla y pillar a un traficante dentro o algo por el estilo, pero no son los métodos más convenientes para las rodillas de los policías que las golpean, pues ahora son más seguras y blindadas. En definitiva, película ideal para los amantes del género policial ( a mí no es que me apasione mucho, la verdad, pues la encuentro un tanto maniquea) que disfrutarán del fuego a discreción.

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