Le llamaban Jeeg Robot

Título original Lo Chiamavano Jeeg Robot

Año                2015

Duración        112 minutos

País               Italia

Director         Gabriele Mainetti

Guión            Nicola Guaglianone

Música          Michele Braga, Gabriele Mainetti

Fotografía     Michele D'Attanasio

Reparto        Claudio Santamaría, Luca Marinelli,

                     Stefano Ambrogi, Maurizio Tesei

                     Llenia Pastorelli, Francesco 

                     Formichetti, Daniele Trombetti,

                     Antonia Truppo, Salvatore Esposito

Roma, la cámara nos la muestra desde el cielo, ahí se va a desarrollar la trama. Dos hombres persiguen a otro por las callejuelas de la ciudad. No sabemos nada más. Se esconde en un contenedor sospechoso y para despistar se mete en una ciénaga del río Tíber de Roma. Allí se sumerge en un bidón radiactivo. La cámara se recrea en ese bidón contaminado donde se ha rebozado el personaje perseguido. La historia de "Le llamaban Jeeg Robot" de Garbiele Mainetti ( mejor actor en los premios Donatello 2016)va de antihéroes  que se ven rozados por la varita mágica del poder y la fuerza. El hombre perdedor, protagonizado por 

Claudio Santamaría, que deambula por las calles se ve con un poder que quiere utilizar para salir de la miseria y plantarle cara a los matones del barrio. Mientras hay tiempo para enamorarse de una vecina medio chiflada, 

Antonia Truppo, por los cómics japoneses de series animadas del manga donde Jeeg Robot es un chico que se ha reencarnado en un robot para combatir el mal. Pero en la realidad está el mafioso, 

Luca Marinelli, ( mejor actor secundario en los Donatello 2016) que ha tomado sus poderes y le planta cara a nuestro ídolo. Al final, en una muestra de generosidad hacia su compañera, se convierte en el protector de la Humanidad.

La acción se desarrolla en un barrio deprimido de Roma ( Tor Bella Monaca). A poco que avanza la trama ya nos introduce en una mafia de matones dedicados a la droga que el jefe no se anda con chiquitas y si alguien no le hace caso le machaca la cabeza con el instrumento que tenga más a mano. Del otro lado, el antihéroe, hombre apocado y con poco proyecto de futuro poco menos que una escoria,  por cuestiones de un accidente ( se cae del quinto pino de un edificio y no se hace nada) se da cuenta de que es poco menos que inmortal y tiene un poder especial que antes no disponía. Así pues, nuestro personaje que hasta entonces se limitaba a estar metido en la mierda de las mafias y vivir en un antro donde la nevera contiene unos yogures. Su único pasa ratos está en ver las pelis porno a tope, se ve de pronto con pasta a saco. Con sus nuevos poderes la vida le cambia porque es capaz de llevarse a cuestas el cajero manual del banco, así, a las espaldas, como si nada. La nevera toma un mayor protagonismo que hasta entonces no tenía. Es la primera que nota el cambio, el siguiente cambio recae en la variedad de  cintas porno, pues ya está cansado de ver siempre la misma. Ahora ya se encuentra en disposición de hacer frente a los matones porque su cuerpo regenera cualquier desperfecto que le produzcan las palizas, si le cortan un dedo se le regenera con un trozo de tirita y ya está, aunque no siempre el empalme surge efecto. Se ha vuelto héroe de un cómic que lee su vecina de la cual se enamora perdidamente. Ésta quiere que se trasforme en el robot de su serie de dibujos animados y combata contra el mal. El mafioso malo  de ojos saltones,  no tardará en conseguir la pócima milagrosa de los poderes. Ante dos fuerzas sobrenaturales no se puede esperar otra cosa que la gran final de la batalla entre el bien y el mal. En definitiva, una cinta de humor negro de un entretenimiento ligero.