martes, 11 de diciembre de 2018

Una casa junto al mar



Título original La villa

Año                2017

Duración        107 minutos

País                Francia

Dirección        Robert Guédiguian

Guión             Robert Dédiguian, Serge Valletti

Fotografía       Pierre Milon

Reparto          Ariane Ascaride, Jean Pierre-Darroussin,

                      Gérard Meylan, Jacques Boudet,

                      Anaïs Demoustier, Robinson Stévenin,

                     Yann Tregouët, Genevieve Mnich

                     Fred Ulysse.

Robert Gueuguin ( director vinculado al partido comunista se pasa al mundo del cine para continuar su causa mostrando las desigualdades, ya sea la inmigración, las condiciones laborales, el abuso inmobiliario), plasma en su cine las injusticias socialesa como ocurre en "Una casa frente al mar" donde inserta la problemática de los niños que llegan en patera y otros temas inmobiliarios de actualidad. Continúa con los mismos actores principales de


 "Las Nieves del Kilimanjaro" donde muestra la crisis actual de los obreros:

Ariane Ascaride, mujer del director y protagonista de casi todas sus películas, acompañada en el reparto por 

Jean Pierre Darroussin, el cual siempre da pinceladas defensoras de las clases trabajadoras. Cuenta historias creíbles que pueden suceder en cualquier momento. El director corta y pega un instante de la vida y allí  se van desgranando detalles de ésta, aquellos aspectos incompletos o que el tiempo ha moldeado de diferente forma. Su cine tiene ciertos parecidos o al menos me recuerda a "El Havre" del finlandés Aki Kaurismaki, el cual se detiene en tipos corrientes para arrancarles esa cotidianidad fresca que llevan y llevamos todos dentro e ir contándola. La cinta transcurre desde una casa junto al mar y  las imágenes preciosas desde la cala Mejean de Marsella que suena como música de fondo.






Tres hermanos, diferentes entre sí, se reúnen porque al padre le ha dado un jamacuco. Mientras esperan el desenlace de la enfermedad, los protagonistas rememoran infinidad de recuerdos del pasado mientras la vida fluye en el presente, por mucho que ellos quieran imponer sus vivencias pasadas por encima de las actuales. Pretenden detener el tiempo, de lo contrario, los buitres inmobiliarios los lanzarán al mar para tomar, a las buenas o a las males, su casa a pie de mar, porque estamos en un pueblecito de playa francés en época invernal cuando no ha llegado el bullicio playero. Allí viven ancianos con alquileres bajos y quieren echarlos al mar para alquilarlo a gente de la ciudad y hacer el agosto. Ese piso con vistas al mar que lo has tenido siempre, ahora se ven forzados a abandonarlo sin más remedio. La nostalgia y el recuerdo nada pueden hacer frente a la codicia económica del turismo de masas. Así las cosas, el tema central está en las relaciones de los hermanos y en rememorar las cosas del pasado de cómo le ha ido a cada uno en esta vida con ello se cicatrizarán las heridas abiertas del pasado que todavía hoy no han sanado. En definitiva, el padre que se va y las cosas que sucedieron en sus día se alejan también, desaparecerán con él. En fin, no pasan grandes cosas o sí: la vida que se consume sin apenas darnos cuenta, cosas sencillas como las que nos pasan a nosotros y por ello no menos importantes. Un cine especial que a muchos aburrirá y considerarán lenta y pesada, para los otros sencilla y apasionante. Cuestión de gustos.

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