Lázaro Feliz

Título original Lazzaro Felice

Año                 2018

Duración         125 minutos

País                 Italia

Dirección          Alice Rohrwacher

Guión               Alice Rohrwacher

Fotografía         Helene Louvart

Reparto             Adriano Tardiolo, Alba Rohrwacher,

                          Agnese Graziani, Luca Chikovani,

                          Sergi López, Natalino Balasso,

                           Tommaso Ragno, Nicoletta Braschi

La cinta "Lázaro Feliz" de Alice Rohrwacher discurre en un ámbito rural, allí es donde Lázaro ( interpretado por Adriano Tardiolo)

 vive como un campesino. Su actitud es bondadoso, por eso se aprovechan de su condición y le toman el pelo. Le dan órdenes sin cesar y él ,discreto, obedece sin rechistar. Lázaro es tan inocente como ignorante, pues nunca es capaz de rechazar un favor, aquello que le piden lo realiza sin protestar. La cinta sigue los movimientos de los campesinos y la sanguijuela que les controla las cuentas, capataz de la marquesa, que les chupa la sangre siempre echando el aliente encima de los miserables. 

Ahí es donde recuerda la esclavitud de los campesinos como sucede en "Los santos inocentes" de Mario Camus, ahora a la italiana. Marquesa e hijo exprimen a los criados en un entorno rural y de imágenes religiosas. Se suceden las tareas rurales como, por ejemplo, la trilla donde el polvo de la paja junto al sol de agosto muestra unas imágenes espectaculares. Mientras, la marquesa, en medio de la era y con un sol de justicia, lo contempla desde su sillón y bajo su sombrilla.

 El protagonista es el nexo de unión entre dos partes temporales diferentes. Mientras él, por causas milagrosas ( resurrección, acaso no se llama Lázaro o bien es un ente temporal que no envejece) está igual, sus compañeros han envejecido en la ciudad, pero siguen siendo el último eslabón de la sociedad. El tiempo no cambiará su condición. Todo ha pasado, pero sigue el mismo sistema de explotación. Mientras la primera parte está narrada en el verano caluroso del campo, la segunda se desarrolla en un invierno frío y entre raíles en medio de la ciudad.

Lázaro es casi un esclavo. Siempre atiende a todas las peticiones, tanto en las tareas de campo como las domésticas; ya sea recoger el tabaco o subir a la abuela a la habitación. No puede parar ni un segundo que ya le están mandando de nuevo otra tarea.Es el esclavo de los esclavos. Se mueve en un entorno natural y entre la marquesa y los criados. Ese mundo distante y diferencial se muestra en contrastes de forma de vida, unos en la opulencia y los otros en la miseria y explotados. Ahí asoman los contrastes: unos disfrutan de la comida, otros están sentados en una piedra en mitad del campo con una lata de sardinas como único plato. Por un lado, los señoritos que contemplan a sus súbditos en las tareas diarias, por el otro, la escoria trabaja y duerme. Aquello que comen los campesinos no lo traga ni el perro del señorito. Lázaro vive en una cueva, no necesita más, con eso es feliz. Se ofrece para dar una taza de café al señorito y como respuesta solo recibe una bronca; como es que  no estás currando en el campo como los demás. La marquesa confiesa a su hijo que los esclavos que tiene son como animales que no sienten el dolor que sufren. Habla de la cadena de explotación; ella explota a los campesinos y estos explotan a Lázaro. Ahora, pasado un tiempo, después de un accidente, Lázaro se enfrenta a nuevos tiempos que no son mejores que los del pasado, pues la explotación sigue igual por mucho que pasen los años. Lázaro es el renacido que llega a un futuro de la misma manera sin alteraciones en su vejez, sin que el tiempo pase por sus carnes, como el renacido que va encontrándose a sus antiguos compañeros, más viejos y él sigue igual. Con el paso del tiempo y pese a denunciar el estado de esclavitud, los mismos personajes marginados en el pasado lo están en el futuro. Nada cambia, solo el tiempo y la ancianidad de los personajes. En definitiva, una película que se desarrolla en un ámbito temporal diferente: el campo y la ciudad y por ellos se mueven siempre en la misma condición los pobres desalmados.