viernes, 18 de octubre de 2019

Aprendiendo a vivir



Título original Pigumim

Año                 2017

Duración          94 minutos

País                 Israel

Dirección         Matan Yair

Guión              Matan Yair

Música             Yishai Adar

Fotografía        Bartosz Bieniek

Reparto            Keren Berger, Jacob Cohen,

                         Asher Lax.

"Aprendiendo a vivir" de Matan Yair habla de las normas de convivencia de un chico con ganas de reventar todo lo que se le presenta por delante, en este caso las clases de sus profesores. 

El respeto a los demás, la tolerancia, la empatía todo ello son palabras alejadas del chico que a cada paso que da se salta, no importa que intenten corregir ese comportamiento cafre, porque él siempre quiere salirse con la suya. No le importará pues su forma de ser engreído frente a sus asesores, él seguirá por el mismo camino. La película se centra en ese alumno maleducado, llamado Asher, el cual se enfrenta siempre a sus profesores que deberán luchar para que los adolescentes no se desmadren y se concentren o al menos presten un mínimo de atención.

 No es la única película de relación profesor alumno. Ahí están las excelentes "La ola" de Dennis Gransel, "La clase" de Laurent Cantet, "El profesor" de Tony Kaye, "En la casa" de François Ozon. Todas ellas con la compleja situación de intentar dar con la tecla para que los adolescentes se enganchen a un género o una charla que les haga reflexionar sobre su vida o la de los demás.





Cuenta la problemática de unos adolescentes en su final de ciclo formativo, el cual está distante de adquirirlo. Por más que se esfuerce el profesor en dar unas claves que los despierte de su estado de distracción, nada les hará cambiar, pues la fuerza del móvil y la despreocupación ocuparán el espacio de los chicos. Les produce sensaciones de atracción mucho más fuertes que la charla del profesor. No está exenta siempre de las preguntas torpes hacia el profesor de qué tipo de vida lleva y los años que tiene. No les preocupa otra cosa que salir disparados en cuanto suena la sirena del final de la clase. De nada servirá una educación exquisita y muy educada por parte del profesor porque nada de esto quedará en la mente de los adolescentes. El protagonista tiene las dos facetas: una la de intentar acabar sus estudios y la otra montar andamios en las fachadas para sus reformas. Se diría que en la segunda se defiende mucho mejor y allí tiene mejor su futuro. Frente al trato delicioso del profesor se levanta una mala educación y un comportamiento rancio del alumno. El adolescente es un maleducado, pero su padre no le ayuda mucho en la tarea de estudiar, pues lo empuja constantemente a que deje los libros y se dedique a currar en los andamios, que es su empresa. En definitiva, hay un problema de base , con su padre, el cual es incapaz de decir nada ni de enfrentarse a nadie, en cambio, en el instituto, las formas son diferentes muestra un comportamiento chulesco y amenazador frente a los profesores. Un padre que solo se preocupa de que su hijo trabaje y se olvide de su formación en una época básica de su vida no realiza las cosas bien.La dura realidad del chico está en una infancia perdida donde sus padres nada han hecho por formar a esa persona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en esta página