martes, 9 de agosto de 2022

Queridos vecinos


 

Título original Favolacce

Año                 2020

Duración         98 minutos

País                 Italia

Dirección         Damiano y Fabio D'Innocenzo

Guión              Idem

Fotografía       Paolo Carnera

Reparto          Elio Germano, Tommaso Di Cola,

                       Gabriel Montesi, Justin Korovkin,

                       Lino Musella, Barbara Chichiarelli,

                       Giulia Melillo, Barbara Rochi,

                       Laura Borgioli, Max Malatesta.

"Queridos vecinos" de Damiano y Fabio D’Innocenzo ( mejor guión en el festival de Berlín 2020) indaga en esa relación de vecinos en los pisos adosados que se odian hasta las entrañasa.

Vemos en la palabra queridos una ironía de la realidad, se odian hasta la muerte, aunque exteriormente, de manera hipócrita quieran mostrar una cordialidad infinita. No está nada alejada de la realidad de esos vecinos que se destripan por detrás, pero delante, muy cobarde ellos, intentan guardar las compsturas.

Son relaciones tóxicas y superficiales donde quieren mostrar la mentira externa, la rabia y maldad va por dentro. Los personajes se mueven en el absurdo de un Fellini o un Bigas Luna, por ejemplo, cuando la protagonista  la embarazada que moja la leche de su pecho en una galleta. No es un tema nuevo, pues ahí están otras películas de vecinos que marcaron una época: "El hombre de al lado" de Mariano Cohn,"Gran Torino" de Clint Eastwood, "De repente un extraño" de John Schesinger. La ironía es comparable con "American Beauty" de Sam Mendes, o Todd Solondz, incluso "Dogman" de Matteo Garrona se puede comparar en ese tipo de vecino "ejemplar" que es capaz de matar a alguien si se cruza en su camino.





La película cuenta la vida de cuatro familias con voz en off que vive en una urbanización a las afueras de Roma de clase media venida a menos. La infelicidad de los adultos la pagan con los pobres hijos que nada tienen que ver con sus fracasos. La frustración de una época de vacas flacas les afecta directamente el cerebro y proyectan su enfermedad sobre todos los que le rodean. Son comportamientos de perdedores, de personal que no ha podido conseguir nada en la vida y arrastran su mala baba por el mundo. Entonces, los más cercanos se encuentran con su rabia. Por lo tanto, en la parte exterior e hipócrita todo parece ser feliz, pero en cuanto se rasca ese sentimiento falso aparece el comportamiento agrio y decepcionante, incluso violento si fuera necesario.En ese estado de trastorno bipolar de los vecinos continua la trama. En definitiva, se palma la violencia a cada imagen y la decadencia de los personajes por no haber conseguido las metas propuestas. Al mismo tiempo que los hijos reciben esa proyección enfermiza de sus padres.

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