sábado, 27 de mayo de 2023

Holy Spider ( La araña sagrada)



 Título original Holy Spider

Año                 2022

Duración         117 minutos

País                 Dinamarca

Dirección          Alí Abbasi

Guion               Alí Abbasi, Afshin Kamran Bahrami.

 Música            Martín Dirov

Fotografía        Nadim Carlsen

Reparto           Zar Amir-Ebrahimi, Mehdi Bajestani,

                        Mesbah Taleb,  Arash  Ashtlani, 

                        Firouz Agheli, Zara Satllat.

                        

La película "Holy Spider" ( la araña sagrada) del director Ali Abbasi ( director de "Border" sobre una chica que es agente de aduana y lleva una vida un tanto oscura) recrea los asesinatos de unas prostitutas ejecutados por un albañil,

interpretado por Mehdi Bajestani, que las consideraba escoria que se debían eliminar. Nunca pensó que asesinar a esas mujeres fuera delito alguno. De hecho, vivía con su esposa e hijos sin preocuparse lo más mínimo de sus atrocidades. Entendía que esa profesión era amoral y que alguien debía asumir ese rol de limpiar la ciudad de suciedad. 

Así, él se considera un héroe contra el vicio. Adquiere mayor dureza en el momento en que conocemos que los hechos sucedieron en la realidad. Esos asesinatos están, en cierta manera, consentidos por la sociedad. El director no ruede en Teheran que es donde sucedieron los hechos, sino que lo hace en Jordania para mayor seguridad de su integridad física. El hilo conductor, aparte de los asesinatos, lo lleva una periodista

 ,interpretado por Zar Amir-Ebrahim, ( mejor actriz en el festival de Cannes 2021), la cual se adentra en el caso tan profundamente que  se ve involucrada de lleno en las garras del asesino. Recordaba a aquella película estremecedora de Fatih Akin "El monstruo de St. Pauli" donde un tipo psicópata descuartizaba a chicas que antes había ligado y posteriormente no tenía compasión de ellas. Aquí, vemos a unas mujeres que no tienen otros ingresos que dedicarse a la prostitución y deben subsistir pintadas y en la nocturnidad a la espera de unas monedas para sobrevivir. No es lo que desean hacer, pero las circunstancias las llevan a ello. 




Las primeras imágenes son de una dureza extrema, sin necesidad de recurrir a la violencia: una madre que se viste en su casa con unos moratones en la espalda descomunales. Ya intuimos que le ha tocado, en noches anteriores, sufrir las consecuencias de callejear y vérselas con energúmenos que quieren aprovecharse y babear asquerosamente sobre ellas. Busca ganarse la vida y el pan para darle a ese chico que arropa con la sábana en la cama y le murmura al oído que para cuando despierte ya estará de vuelta, la cual cosa no sucederá porque será la primera víctima del asesino araña. El psicópata las engatusa enseñándoles un fajo de dinero y las monta en la moto o el coche con la intención de tener sexo con ellas y luego liquidarlas. Siguiendo los pasos del asesino, una periodista extranjera lleva intenciones de profundizar en el caso. Nada más llegar al país, ya nota un tufo de represión: que si el velo, que no está inscrita en el hotel. Todo son pegas para que se largue del país. Debe dar la acreditación de periodista para que le concedan habitación. La policía parece dejar al asesino con las manos libres para seguir matando hasta que se equivoque, mientras sigue asesinando y eso es lo que le recrimina la periodista al policía de turno. Ella quiere frecuentar las zonas por donde se mueven las meretrices y saber de ellas. De hecho, se cruza con una que posteriormente será asesinada. Mientras, el asesino sigue su ruta normal de cada día: obrero, religioso hasta la médula y muy familiar con sus hijos. En la noche, pesca a sus presas con su moto que están apostadas en algún zaguán. Su vida es un desastre pues le hubiera gustado morir como un mártir en la guerra Irán/Irak y no ser un miserable "paleta". Pese a que intenta controlarse en su familia, hay ocasiones en que estalla en locura por algún hecho menor como que le dé un balonazo en la cabeza su propio hijo y entra en cólera. Su obsesión por quitar de en medio la escoria, prostitutas, de las calles no puede cesar ni un día. El método de liquidarlas es sencillo, pues las ahorca con su propio pañuelo.Hay un momento en que los destinos de los dos personajes, asesino y periodista, se cruzan en el camino y los dos asisten al mismo ritual. Ahora la periodista está en las manos del asesino, pero ella guarda un as debajo de la manga. Su cuchillo afilado pondrá tierra de por medio en el caso de que quiera ahogarla. Llegados a este punto y atrapado el loco asesino, todavía vemos a una sociedad contemplativa y a favor del estrangulador.Mantiene en vilo ese punto de asqueo por los sucesos verídicos y con un final que deja las dudas de los jueces de un proceso poco limpio y de pensar que el asesino se puede escapar y continuar con su trabajo de limpieza como si nada hubiera pasado. Da la sensación que al final escapará de las garras de la justicia, sin embargo, cae el peso de la ley sobre su cuello y el desalmado recibe el castigo merecido. 








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