miércoles, 11 de octubre de 2023

Alice, cariño

 

La sinopsis de la película "Alice, cariño" de la directora Mary Nighy más cinco minutos de visionado ya nos acercan a una especie de pánico machista que sufre la protagonista. No es necesario que salgan criminales o que haya un maltrato físico evidente. Se puede llevar dentro sin que la protagonista


Anna Kendrick, (actriz con una larga trayectoria, muy reconocible, pero sin acertar a ubicarla en ninguna película destacada hasta llegar en su larga filmografía a aquel film de Jason Reitman "Ul in the Air", quizá por verla unas cuantas veces, que  junto a George Clooney que se dedicaban a analizar el estado de las empresas y despedir a saco a todo aquel que no fuera productivo, luego se largaban y les daba igual dejar hechos polvo a unas personas que difícilmente encontrarían trabajo nuevo) sea capaz de hacer nada para desligarse de esa especie de esclavitud en pareja. Aquí, el personaje, pese a tener un inicio de cierta libertad, siempre guardando las apariencias, con unas amigas en un bar donde hablan sin tapujos sobre los hombres. Sin embargo, ya olemos el machismo en cuanto el marido, insiste por teléfono que le cuente cómo está y ya le está pidiendo una foto provocativa desde el lavabo, vete tú a saber con qué fin. En principio, esa relación de pareja parece normal de cara al exterior: tienen un trato cordial y amoroso de cara a la galería, pero ella, por dentro, en sus meditaciones personales, algo fuerte oculta que no funciona bien que no la deja vivir. Simón, su marido, es un pintor que expone sin demasiado éxito y siente ansiedad por un futuro de fracaso. Pero la realidad es otra: ella lo impulsa, lo consuela, lo adora, pero todo es mentira, pues ese servilismo no es otra cosa que dejarse llevar por el otro y no tener la capacidad autónoma para decidir y opinar dentro del matrimonio. 


Está hundida y necesita salir a flote. En definitiva, esa ansiedad interna que es incapaz de desprenderse, de luchar por tener una voz y un espacio personal hace que sea infeliz.

 Título original Alice, Darling

Año                 2022

Duración         89 minutos

País                Canadá

Dirección        Mary Nighy

Guion             Alanna Francis

Música           Owen     Pallett

Fotografía      Michael Robert Mc Laughlin

Reparto          Anna Kendrick, Wunmi Mosaku,

                      Kaniehtilio Horn, Charlie Carrick,

                      Markjan Winnick, Ethan Mitchell






La historia se desarrolla en una casa de campo donde tres amigas se han reunido para pasar un tiempo juntas. Están fuera de sus momentos diarios. La protagonista se siente muy diferente respecto a sus amigas cuando hablan de sexo o de libertad. Ella nota siempre sobre su persona esa presión de Simón, su marido. El aliento de su compañero  que no acaba de dejarla respirar o por lo menos pensar por sí misma, tener pensamientos libres. De tal manera, que si piensa, en sueños o sus fantasías amorosas, cree que está cometiendo un falta de lealtad grave hacia su pareja. Las amigas no acaban de entender ese pensamiento represivo cuya pareja deba llegar hasta límites insospechados de su propia conciencia o de su ser. Es decir, ella nota que no acaba de entender por qué le suceden esas ansiedades y comida de tarro junto al devenir de sus actos, porque cree que se debe a su marido en cuerpo y alma. Eso le priva de desarrollar su propia personalidad. Llegado a este punto, ya se puede plantear el tema principal del conflicto ¿ Se puede seguir amando cuando la pasión sexual pasa a un segundo término? o incluso algo más fuerte, ¿Cuánto tiempo puede aguantar una mujer sintiéndose un objeto? Así pues, está en plena crisis, ya que nada le llena: las salidas con sus amigas ni volver a sentir la presión de su marido tampoco le seduce nada. Luego, se encuentra en un callejón sin salida. Así, ella siente cierta aversión por su comportamiento, por las cosas que hace que nunca haría, se cree manipulada como un robot. Necesita desprenderse de todo e iniciar un nuevo camino sin esas presiones de amigas y compañero que no la dejan pensar libremente. Quiere sentirse viva y no puede, por eso se arranca pequeños mechones de pelo de su cabeza para despertar de esa pesadilla. Así las cosas, esa salida de fin de semana con sus mejores amigas le servirá para reventar completamente y que afloren sus fantasmas. Esa explosión con sus compañeras por un pequeño detalle hace que se tiren los trastos a la cabeza y digan las verdades ocultas, que si estás atrasada con ese compañero fracasado diez años mayor que tú y ella que eres una mujer sin sentimientos ni capacitada para amar. Lo cierto es que su cerebro está a dos pasos de volverse loca. Incluso, él puede acercarse a esa cabaña donde están las tres amigas, pasándoselo muy bien y joder ese ambiente radiante que al fin parecen tener las tres chicas. Con su presencia, vuelven los fantasmas y la ansiedad. Pasar de ser objeto a tomar las riendas del acto sexual puede ser el inicio del despegue de la personalidad perdida, pero ese cambio de rol, evidentemente a él no le ha gustado nada y quiere que vuelva al redil. En fin, la felicidad también está ahí al lado, esperando que la sujetes fuerte contra ti y es cuestión de pasar de todo aquello que enturbia la mente y tomar otras ilusiones que ofrece la vida. 


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