sábado, 3 de febrero de 2024

Robot Dreams#GO23YA#




"Robot Dreams" de Pablo Verger ( director de "Blancanieves" que emulaba al cine mudo, "Abracadabra", "Torremolinos") , película de animación, muestra la soledad en este caso de un perro frente al resto de mortales, que es un mundo poblado de animales, se lo está pasando pipa. No hay nada que cubra su soledad, pues la televisión suelta imágenes y por más canales que cambie nunca llegará el entretenimiento. Ambientada en el Manhattan de los ochenta, ( sabemos que es esta fecha porque el perro pasea con una bolsa donde hay dibujado un naranjito mascota del mundial de fútbol de España del 82.




 Todos sus personajes pasean sin hablar, pues son animales. No es necesario porque están cargados de movimientos, señales, marcas que nos indican sentimientos, y sobre todo qué es lo que quieren. El aburrimiento es infinito hasta que le llega el envío reclamado: un robot en piezas desmontable que le hará compañía. Así, estamos ante una película donde se destaca el sonido y los movimientos de los seres que circundan esa habitación sin que haya una palabra. Son pequeños detalles que aumentan su valor como los movimientos de patas en el taxi porque hay un atasco y no puede avanzar o la arena que se mueve en el tablado de los chiringuitos las arrugas de la toalla en la playa. Todo la hace más viva sin necesidad de diálogo.  Llegan contentos a Central Park y se marcan, el perro y el robot, montados en patinetes, un baile al ritmo de Earth Wind y Fire "September" .  Rodeados de todo tipo de animales que no para de animar con elefantes taxistas que cobran la bajada de bandera con la trompa. 




En fin, hay muchos guiños al cine mismo, por, ejemplo, al propio "Manhattan" de Woody Allen cuando se sientan en un banco frente al puente o el final de "Alicia en el país de las maravillas". Se suceden aventuras por separado, sueños y la mar de peripecias. En fin, contemplamos detalle a detalle con suma minuciosidad en los pequeños detalles. Se ve todo muy cuidado, no se les escapa nada, pero el contenido busca un final sensiblero.

Título original Robot Dreams

Año                2023

Duración        102 minutos

País                España

Dirección        Pablo Berger

Guion             Pablo Berger

Novela           Sara Varon

Música           Alfonso de Vilallonga

Reparto          Animación





El perro solitario y su nuevo robot salen a la calle a ritmo de salsa cubana. En ese paseo recorren el metro con el jolgorio de actuaciones callejeras. Se oye música, un pulpo que toca la batería. Gritos, alaridos, sonrisas, esas son las sensaciones que vemos. El robot le ha dado ritmo a su vida, al menos tiene a otra persona que lo acompaña e imita todos sus gestos, pero con mayor perfección. Hay detalles y colorido en sus acciones. Marchan los dos a un centro de atracciones junto a la playa. Allí disfrutarán del gentío del momento. Las atracciones con su compañero son de lo más entretenidas: sube encima de él en el mar, bucea hasta el fondo contemplando las porquerías que los humanos, en este caso bestias han dejado en el fondo. Se lo pasa de lo bien. Sin embargo, la fatalidad será quedarse dormidos hasta anochecer y el robot sin combustible con las alarmas en rojo. Ese sentimiento de ternura aparece en el momento en que hace todo lo que puede para arrastrarlo, levantarlo y llevárselo,  pero resulta harto imposible. No hay nadie que pueda ayudarlos entonces le deja una manta encima para que no se enfríe, ternura hasta el límite, pues  es de metal. Lo deja allí, solitario, pero sin él es incapaz de dormir. A la vuelta, cerrado el recinto, deberá pedir, por lo mínimo una instancia para acceder al lugar en que reposa su robot sin combustible. Como le niegan el acceso por las buenas , lo hará por las malas cortando la cadena con unas super tenazas. Los intentos por liberarlo de la playa son imposibles y el invierno se echa encima. Mientras, el robot va creando su fantasía en medio de un clima  completamente nevado. Llega el verano y el robot es rescatado por un buscador de objetos perdidos, para después de desenterrarlo venderlo al chatarrero. Allí, prácticamente destruido en un montón de hierros, otro dueño lo rescatará y reconstruirá con  retales de trastos que encuentre en casa. Mientras su antiguo dueños le irán sucediendo aventuras hasta conseguir nuevas compañías que olvidarán a su viejo amigo. En fin, dando tumbos los dos por cada lado se encuentran y mantienen un efusivo abrazo de reconciliación, pero sus vidas ya han tomado diferentes caminos.









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