"El cuco" de Mar Targarona ( directora que se adentraba en el genocidio nazi con el careto de Mario Casas como fotógrafo en un campo de concentración en "El fotógrafo de Mauthausen") pretende generar tensión mediante el mal en el espectador. Para ello se vale de la camaleónica
no acaba de cuajar, pues llega a casa y pasa olímpicamente de su mujer embarazada y también de esa ilusión que tiene de intercambio de casa antes de dar a luz. Así las cosas, parece que el niño en cuestión que está en camino es poco deseado, pero tan solo hay una implicación por parte de la madre, porque el padre duerme y pasa bastante de echar una mano en ese trance difícil de superar las condiciones del embarazo por parte de la mujer. Las semejanzas con "La semilla del diablo" de Roman Polansky llegan en el primer contacto con la pareja alemana donde la cordialidad empieza excesiva con regalos de mucho valor sin venir a cuento. Es decir, intentan acercarse al matrimonio, sin conocerlos de nada, con una proximidad fuera de lo normal. Esos ancianos malévolos, una vez han tomado el piso de la pareja joven, harán conjuras o brujerías al respecto del niño que va a nacer. Hay una constante de cámara arriba, tomada desde el cielo, mientras ellos van en coche y muestra la zona completamente llena de árboles que recuerda a "Fanny Games" de Michael Haneke y la llegada del matrimonio a la casa donde se producirá la tragedia con unos chicos jóvenes que toman su casa y les cuentan que van a morir, allí también hay esas mimas tomas.
También se produce un calco del asesinato en la bañera de la película "Psicosis" de Hitchcock con los tirones de las anillas de la cortina que cubre la bañera, incluso con un sonido muy similar de música de fondo. En fin, el guiño a la semilla como versión moderna es más que evidente: un matrimonio anciano que a través de sus hechizos intentarán adueñarse del niño que lleva dentro la protagonista por medio de conjuros.
Se podría decir que es un plagio, pero el envoltorio del paquete nada tiene que ver con la primera ( no hay nada del edificio Dakota de EEUU, ni apenas contacto con los vecinos si no es por telepatía a distancia, aunque el contenido, sí). En fin, ese pastiche de revoltijo llega a entretener.
Título original El cuco
Año 2023
Duración 98 minutos
Dirección Mar Targarona
Guion Alfred Pérez, Roger Danés.
Música Diego Navarro
Fotografía Rafa Lluch
Reparto Belén Cuesta, Jorge Suquet,
Rainer Reiners, Chacha Huang,
Hildegard Schroedter, Manuel Dueso,
David Selvas, Marina Gatell.
La pareja que ha realizado un intercambio de piso con unos alemanes se dispone a pasar una temporada fuera antes de que ella dé a luz. No pueden cargar con el perro, porque el nuevo destino no deja esa opción y ella lo lleva al vecino que anteriormente, en otra toma, parece que hay un guiño de haber tenido un rollo amoroso. Ese vecino que es escritor, cuando le deja el animal, mantiene una conversación distendida muy amigable e incluso certificamos que han estado enrollados, pues le comenta que no piensa arreglar la puerta trasera para que ella entre y salga cuando quiera. Llega la hora del intercambio de llaves con la pareja alemana y las confianzas parecen excesivas. De tal manera, que a las primeras de cambio, el tipo ya le ha regalado un reloj de mucho valor. Llegan a las casas y hay un contraste: los jóvenes pisan la moderna de los ancianos, en el cual se sienten confortados y encantados, y estos últimos entran en el apartamento antiguo de los primeros y buscan azarosamente algo escondido. Aunque todo parecía cordial al principio, las apariencias engañan y los ancianos amables cambian bruscamente cuando llegan al piso lo que hacen es desmontarlo y destrozarlo todo, lo ponen patas arriba. Así, la discreción de los jóvenes y las tropelías de los otros se van intercambiando en tomas sucesivas. Mientras la pareja joven se siente en un momento idílico de su vida por el cambio de piso, pero pronto dará un vuelco todo y esa misma noche cambian las tornas y las apariciones trastornan al chico joven. Desde ese momento, su temperamento y personalidad cambia radicalmente, ya forma parte de la brujería de los ancianos que a distancia hace su efecto. Han conseguido meter en su cuerpo una especie de embrujo personal. Cuida a su esposa y empieza a darle unas cápsulas sospechosas que dice que son de hierro para reforzar el embarazo. En definitiva, la pareja de jóvenes, con el paso del tiempo en esa casa poco menos que embrujada van adaptando características diferentes, otras personalidades que vienen relacionadas con las sesiones espirituales realizadas desde su casa en la distancia por los ancianos del cambio de casa. El mal se ha establecido dentro de sus cuerpos con el fin de arrebatar a ese niño que habita dentro. El destino final no es otro que apropiarse del nuevo nacimiento como una especie de Mesías diabólico y demoníaco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por participar en esta página