Lo que aprendí de mi pingüino

Es importante remarcar el lugar y el contexto de la trama. Se sitúa en Buenos Aires en el año 1976. Si revisamos los datos históricos, veremos que ese año se produce el golpe de estado de Videla y con ello las pertinentes represiones de la libertad. Aquí se inician las persecuciones contra los enemigos del nuevo régimen dictador que son aquellos que luchan por las libertades. Se resisten y son castigados con la desaparición. En este mismo contexto histórico se coloca la excelente "Aún estoy aquí" de Walter Salles. En ese contexto temporal llega un profesor de inglés, interpretado por Steve Coogan

( y su careto nos remite a la excelente "Philomena" del director Stephen Freads), distendido, como pasado de rosca, pero en medio de unas presiones que se inician en el minuto uno cuando llega a su destino: un tipo que borra unas pintadas contra la dictadura le salpica con pintura y a lo lejos suena una bomba, lo que hace que el vigilante, de buenas a primeras, lo apunte con la pistola en la mano.

La cinta está impregnada de ese golpe de estado que pronto va a llegar y dentro del instituto hay personal que lucha del lado de los montoneros un grupo de guerrilla anti dictadura. Y se centra justo en ese día fatídico de 24 de marzo en que estalla la rabia de los militares contra el pueblo. Así es como se inicia "Lo que aprendí de mi pingüino" de Peter Cattaneo ( conocido por su excelente "Full Monty"). El director tira de ironía desde los primeros minutos como suele hacer en sus pelis. 

Finalmente, el profesor no quiere cambiar nada, sencillamente que le escuchen y que le dejen en paz, pero eso va a ser casi imposible en medio de la incomprensión política

Título original The Penguin Lessons

Año                 2024

Duración         104 minutos

País                 Reino Unido

Dirección         Peter Cattaneo

Guion              Jeff Pope

Libro                Tom Michell

Música             Federico Jusid

Fotografía        Xavi Giménez

Reparto            Steve Coogan, Vivian Jaber,

                         David Herrero, Aimar Miranda,

                         Alfonsina Carrocio,

                         Jonathan Pryce, 

                          Björn Gustafsson,

                           Hugo Fuertes Marciel.

Mitchell, el profesor de inglés recién llegado, no acaba de entrar con buen pie en Argentina dictadora. La primera conversación con el director del colegio no es otra que las revueltas que sufre la ciudad con la sublevación de los militares. Pero la política no es el tema principal del centro, porque, entre otras cosas, las familias adineradas envían a sus hijos a esa prestigiosa facultad. Sus normas y educación son diferentes a las que lleva él a cuestas, por eso sale siempre escaldado. Las apariencias engañan y por mucho que le muestren respeto y cortesía, por la otra ara recibe palos. En la reunión de inicio de curso, el director les advierte, a los profesores,  que sus opiniones se las guarden para ellos, pues no interesan en la situación en que se encuentran. De entrada le ha tocado entrenar a un equipo de rugby que no tiene ni puta idea y que odia. La primera clase, por mucho colegio de pijos que sea, los alumnos le preparan alguna putada, normal. Él quiere imponer sus normas desde el inicio: las clases serán en inglés, faltaría más. Con el golpe a sus mismas piernas, deciden largarse a Uruguay, aunque aquí también domina un régimen dictador. Se pira con un profesor compañero que no para de largar, mientras él ya está harto de que le dé la chapa. Entra en un bar donde se baila al ritmo de la música y se enrolla por una piba y de madrugada, caminando por la playa, se encuentran un pingüino agonizando entre una gran mancha de petróleo. Pero esa relación de amistad o de amor que ahora se inicia no puede seguir adelante por la confesión que le suelta: estoy casada. Y se pira quedándose con el animal como compañero. De vuelta a Buenos Aires, pese a intentar deshacerse de él, carga con el animal a cuestas. Las clases siguen como empezaron: como el culo con unos alumnos maleducados y cafres. Curiosidades de la vida, el pingüino le salva el culo en las clases gamberras, pues su presencia en e aula los distrae y los silencia. El profesor, en la calle, está ahí para ver, mirar y callar, pues cuando detienen a una amiga suya por motonera, se siente paralizado sin capacidad de reacción ante el asalto en plena calle. Ya solo le queda el animal como único confidente con quien puede confesarse su pensamiento profundo. En fin, una comedia sencilla y alegre de un tipo que se encuentra en medio de follones sin buscarlos. A veces puede parecer un relato lento y pesado, pero al final sube con el contenido político por medio.