lunes, 21 de diciembre de 2015

Los combatientes


Título original           Les combattants

Año                          2014

Duración                 98 minutos

País                        Francia

Director                 Thomas Cailley

Guión                    Thomas Cailley, Claude Le Pape

Música                  Philippe Deshaies, Lionel Flairs, Benoit Rault

Fotografía             David Cailley

Reparto               Kévin Azaïs, Adèle Haenel, Antoine Laurent, Brigitte Roüan, William Lebghil,

                           Thibaut Berducat.



"Los combatientes" habla de las acciones realmente absurdas que se pueden realizar cuando se trata de conquistar a una mujer. El protagonista puede dejar su trabajo hasta enrolarse en el ejército si es necesario con tal de conseguirlo. La historia empieza con la muerte del padre del protagonista. Pura anécdota, pero el espectador se puede imaginar que su padre pagaba los muertos mes a mes y que llegado el día en que lo van a enterrar, el currante funerario, les escatima la madera noble en que lo van a amortajar. A los hermanos les da igual que luego se incinere. Sencillamente no es justo que haya buitres que se aprovechen del personal en vida y que lo hagan también en muerte. Solo por el respeto al muerto hay que darle un último armazón de madera noble. Este dato tiene poca relevancia en la película, porque la trama está en el amor entre unos jóvenes. Las situaciones y los encuentros son lentos y pausados, porque la cuestión está en cocinar el amor a fuego lento como la buena comida.







El acercamiento es constante: dos cuerpos de arriman cada vez más en una tormenta mientras viajan en  moto. Cobijarse en un viejo almacén para secarse de la lluvia en un plan que puede properar. Se cuentas sus intenciones en la vida: ella está obsesionada en preparar su cuerpo para un futuro incierto, por eso, se castiga al máximo para resistir lo que pueda venir, él, carpintero de profesión, hasta que la ha conocido, porque ahora pretende seguirla. Esto no evita que choquen en su forma de pensar. pero cuando el amor se ha clavado entre ceja y ceja ya no se puede remediar. Por eso, al final el chico es capaz de interesarse por lo que piensa ella con tal de conseguirla de ligarla , luego ya habrá tiempo de cambiar de parecer. Ella solo está por la lucha de la supervivencia. Por eso quiere valorar la posibilidad de alistarse en el ejercito para crecer en fortaleza. Cuenta sus teorías en una comida: sencillamente el mundo está caótico. Quiere prepararse un futuro desastroso e incierto, no hay reservas actuales en el mundo por lo tanto hay que ser capaz de subsistir con lo mínimo y para ello el cuerpo debe estar preparado. Cree que dentro de diez años todo estará echo una mierda por mucho que ellos piensen que está loca de remate. Rechaza de lleno los consejos y sigue con su preparación: cuanto más fuerte sea su cuerpo más capacidad de resistencia tendrá en el futuro.  Por eso alistarse en el ejército es una de sus soluciones, pero sus teorías con la realidad chocarán constantemente. El chico tan solo le queda alistarse a filas con ella si es que quiere comerse un rosco algún día. Aunque visto lo visto tiene muy pocas posibilidades. La protagonista se siente indiferente a las normas militares. Pronto se dará cuenta que aquello no es lo que pensaba ni mucho menos. Su posición ante la vida es de inconformismo. Rechaza  la forma en que se vive. Por ejemplo, en una discoteca reniega del sistema de ligue, qué sentido tiene eso de arrimarse  bajo los cuatro focos. Lo considera de lo más vulgar, no se siente integrada en ese tipo de ambientes. La película contagia al espectador porque se ve viva, ágil. Lo que sucede es creíble y avanza la cinta sin que el espectador se dé cuenta de que se acaba y eso es un factor positivo. El amor hacia la chica puede tirar tanto que el protagonista es capaz de abandonar su trabajo enrolarte en el ejercito con tal de seguir a tu chica. Si hay que hacer prácticas militares pues se hacen. Cuando las teorías personales se enfrentan contra la realidad militar entonces las cosas se verán de diferente manera. Qué mierda de supervivencia es aquella en que comen flan de huevo, cuando ella está acostumbrada a zamparse un jurel crudo y licuada. Esa disciplina de los mandos choca con el carácter de la protagonista que se da cuenta de que aquello no es lo que pensaba. Al final, parece que se va a acabar sin consumarse eso que espera el espectador. Acaso se puede sufrir tanto para nada. Lo que se tiene que hacer para conseguir el amor de una chica, sin embargo, siempre hay un momento en la oscuridad del bosque, en unas maniobras, para solventar aquello que él viene buscando durante todo el tiempo. O al menos es lo que espera el espectador. Se recriminan todo lo que hacen como que no tienen vida particular ninguno de los dos. Por qué no hacer la puta supervivencia solos los dos en el bosque sin las normas carcas del ejército. Efectivamente, allí es donde puede prosperar el amor que es lo que se espera durante toda la cinta.¿Llegará al fin ese momento deseado de explosión corporal? El espectador, complacido y con una sonrisa final, puede pensar en la de situaciones que pueden plantearse para conseguir el objetivo final: el amor 

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