domingo, 17 de enero de 2016

45 Años#Secretos


Título original      45 Years

Año                      2015

Duración              93 minutos

País                      Reino Unido

Director               Andrew Haigh

Guión                  Andrew Haigh, ( Relato David Constantine)

Fotografía            Lol Crawley

Reparto               Charlotte Rampling, Tom Courtenay, Geraldine James, Dolly Wells,

                            David Sibley, Sam Alexander, Richard Cunningham, Rufus Wright,

                            Hannah Chalmers, Camille Ucan.  


"45 Años" del director Andrew Haigh se desarrolla alrededor de un matrimonio  anciano, sin otra ocupación que dejar que pase el tiempo plácidamente de no ser por una maligna carta donde indica que acaban de encontrar un cadáver especial. El fiambre, conservado casi cincuenta años debajo del hielo, resulta que fue la amada del marido. La nota saca a relucir viejos amores que no se llegaron a realizarse.









Ahora, repercute y coloca en riesgo la convivencia de esa pareja que hasta este momento disfrutaba de una la vida resuelta. La información no sienta nada bien especialmente a la mujer.La pregunta sin respuesta, ya que la realidad va por un lado y la mente por otro, de por qué carajo hay que darle vueltas a un tema ya acabado. Por lo tanto, si el pasado está terminado y el futuro no existe, de qué sirve obcecarse en la actualidad por las situaciones hipotéticas que se hubieran dado en el caso de que aquel amor hubiera seguido vivo. Este hecho cerrado se abre como una herida  que sangra actualidad. Despierta, en la conciencia de la actriz, una excelente Charlotte Rampling, un mal rollo que no puede desprenderse de él. Ésta se obstina en recuperar ese tiempo y trasladarlo a la actualidad para convertirse en una obsesión. La historia está planificada en los días de la semana que pasan para acercarse a la fiesta que la pareja pretende celebrar por su aniversario de los 45 años de casados. Esa noticia ha borrado del mapa las expectativas de la gran fiesta. Mientras tanto el matrimonio continúa  las acciones como si no hubiera pasado nada. Se mantiene la relación de pareja con cierta felicidad entregados a un sentimiento de sensibilidad  muy alejados de los días de jóvenes donde la rabiosa frescura escalaba las metas del sexo sin esfuerzo ni decepción alguna. Actualmente, en la vejez, puede ser suficiente un puñado de caricias y abrazos para llegar al último espacio de la existencia. Las sensibilidades humanas aumentan con la decrépita ancianidad, no queda otra ante el desgaste del tiempo. Pese a todo, se puede intentar realizar uno de los últimos polvos, pero la minga no se pone de pie a estas alturas, ha llegado la hora de bajar la cabeza. Por intentarlo no se pierde nada, a ver si suena la flauta por casualidad. La protagonista mantiene intactos las esperanzas, pero considera que es un proceso que se debe asimilar. Sin embargo, la noticia de aquella que pudo suplantar su vida no es capaz de quitársela del pensamiento. Presiente que ha pasado un tiempo que le correspondía a otra persona y esto le hace sentirse de segunda fila frente a la que desapareció en el hielo. Este pensamiento lo corrobora cuando sube al altillo donde guarda su marido los secretos que ella está a punto de descubrir. Allí se percata de que  éste mantiene cuanto menos que un altar de recortes de periódico, fotos, diapositivas y recuerdos en memoria de su ex amante. Estos datos le llevan a pensar en que su vida ha dependido de un hecho en concreto porque de estar la otra viva, ella no hubiera sido la mujer de este hombre. Por eso, el espectador percibe, por la seriedad y el talante triste de la protagonista, que en su interior se está produciendo un terremoto de consideraciones. Ella se siente maltratada por el tiempo. ¿Qué hubiera sido de ella de no haber pasado aquel hecho en concreto? Su cabeza y su pensamiento no cesan de darle vueltas a lo que hubiera sido su verdadero destino. Cree que la realidad transcurre por unos derroteros que no los siento como los suyos. Al mismo tiempo, nota que es una impostora, la cual ha ocupado un espacio que no le pertenece.  En el momento en que su marido mantiene como un santuario a sus espaldas le dan la razón de sus razonamiento. Por eso está tan convencida de que después de cincuenta años su posición como esposa es producto de las circunstancias, de un mal accidente y que esa vida la ha vivido por pura loteria, Aquí es cuando se cuestiona si su marido realmente la ama o sencillamente ocupa un espacio que no le pertenece. Ni siquiera después de la declaración firme de amor de su marido hacia ella en el discurso final  en la fiesta acabará con sus sospechas, porque la mirada perdida indica que su vida ha sida un engaño total, que los años pasados han sido una estafa amorosa. Finalmente, descubrir las intimidades ocultas de una pareja no son un chollo, porque la perspectiva del tiempo puede gastar malas pasadas. Entrar a cuerpo abierto en las intimidades de alguien puede acarrear circunstancias molestas y acabar con el sentimiento de una vida sin sentido.

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