sábado, 16 de enero de 2016

Sufragistas#Luchadoras


Título original               Suffragette

Año                              2015

Duración                      106 minutos

País                              Reino Unido

Director                       Sarah Gavron

Guión                         Abi Morgan

Música                       Alexandre Desplat

Fotografía                   Eduard Grau

Reparto                       Carey Mulligan, Helena Bonham Carter, Meryl Streep, Anne- Marie Duff,

                                   Brendan Gleeson, Ben Whishaw, Romola Garai, Samuel West, Geoff Bell,

                                   Natalie Press, Lee Nicholas Harris, Richard Banks, Adrián Schiller,

                                   Judit Novotnik, Morgan Watkins.


Sarah Gavron en "Sufragistas" plantea el derecho de igualdad entre hombres y mujeres en la sociedad de Londres de principios del siglo pasado. Un grupo de mujeres se une para protestar sobre sus condiciones desiguales con respecto a los hombres y claman la necesidad de tener derecho a voto. La acción de la protesta se realizará en el centro de la ciudad. Hay que liarla y huir en la clandestinidad por temor a las represalias.











 Se está fraguando un movimiento de mujeres feministas que se dispuesta  a reventar las normas establecidas. Quieren llegar hasta el final por conseguir sus derechos, aunque para ello deben enfrentarse a toda la sociedad de varones acomodados en unas reglas de juego que les favorecen y no ven más allá. Mientras, hay mujeres obedientes que atadas de pies y manos tienen miedo a las represalias de sus maridos. El plan consiste en desmontar el orden establecido para hacerse oír. La cámara persigue en su forma de vida a una de éstas activistas. Maud, interpretado por Carey Mulligan especialista en papeles atormentados como por ejemplo su última película “Lejos del mundanal ruido” donde el amor de un campesino se hace esperar hasta el infinito, niega ese amor por pura contradicción consigo misma; “Drive” enamorada de una persona con unos trapicheos al borde de la ley o el amor imposible con un hombre que ama, pero que padece de una enfermedad de obsesión sexual en  “Shame” , es una esposa con un hijo y rodeada de una vida y un trabajo rutinario en una lavandería.  Sus ojos son testigos de las injusticias que se producen en el trabajo: abusos sexuales de los patronos, los cuales intimidan y se aprovechan de las mujeres. Al mismo tiempo, explotación de los dueños, porque son consideradas inferiores, ya que les pagan menos sueldo y además deben trabajar más horas durante la jornada. Pese a las protestas enérgicas y violentas, el ministro se niega a concederles el derecho que piden, por lo tanto, la guerra continúa. La autoridad inicia una lucha desigual ante las manifestaciones. La violencia y la represión por parte de la policía es un hecho que se repite tantas veces como haya manifestaciones. La policía aporrea constantemente los cuerpos indefensos de las mujeres. La batalla no acaba en la calle, sino que cuando llegan a casa continúa, porque el marido nunca ve con buenos ojos estas prácticas. En el hogar se sufre el castigo psicológico. El marido no consiente ese tipo de prácticas puesto que según él la mujer está creado para las tareas de la casa. Los hombres son educados desde pequeños para tareas diferentes a las mujeres. Por eso su estatus social siempre estará por encima de ellas. Así las condiciones son de desventaja desde el principio, ya que el hombre está educado para ocupar los puestos más responsables dentro de la sociedad y la mujer se queda al margen, sin voz ni voto. La protagonista se siente acosada por dos fuegos: por un lado la persecución de la autoridad que intenta acallarla a toda costa, por el otro, el marido la echa de su casa sin posibilidad de ver a su hijo pequeño. Éste tiene la potestad del privilegio del hogar, está apoyado por la ley. Ella se debe decidir sobre la decisión que tomará. Abandonar ahora el proyecto cuando lo tiene todo perdido no es buena acción. Por eso decide decantarse en cuerpo y alma en un proyecto de futuro, le interesa dar su vida que ya no le importa si con ello consigue que las próximas generaciones puedan disfrutar de una libertad de expresión. Por lo tanto, ante las putadas continuas que le gasta su marido, no le queda más opción que entregar su cuerpo a la causa y reniega de su vida anterior. Es consciente que perderá todo su pasado, pero ganará una proyección de futuro. No le  importa lo más mínimo perder una situación de esclavitud. Su condición personal ya no se puede envilecer más de lo que está. En definitiva, entrega su energía por una causa justa, por derribar un trozo de ese muro que lleva siglos cerrado. El muro de la incomprensión, de la igualdad de los derechos humanos; abrir una grieta por donde entre el aire, la luz de la libertad. Hoy morirá una mujer para que mañana viva otra en su lugar que disponga de los mismos derechos que el hombre.  

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