viernes, 15 de enero de 2016

Odiosos ocho#Desequilibrados



Título original               The Hateful Eight

Año                               2015

Duración                      167 minutos

País                              Estados Unidos

Director                        Quentin Tarantino

Guión                           Quentin Tarantino

Música                         Ennio Morricone

Fotografía                    Robert Richardson

Reparto                       Samuel L. Jackson, Kurt Russell, Jennifer Jason Leigh,

                                    Demian Bichir, Walton Goggins, Tim Roth, Bruce Dern,

                                   Michael Madsen, Channing Tatum, Lee Horsley, Craig

                                  Stark, Belinda Qwino.


El inicio es pernicioso para el hombre porque la cámara de detiene en el punto en que se encuentra un cristo colgado en la cruz, al fondo la diligencia avanza lentamente. Un cristo con una carga considerable de nieve en medio de la montaña. Puede ser un pegote del director que nada tiene que ver con la película o bien que muestra una carga ideológica y transcendental, la cual  a partir de aquí y de esta zona la maldición recaerá sobre los hombres que lo han crucificado.








Por el estilo tarantiniano, el espectador ya sabe que la venganza sobre los personajes ya está echada. El simbolismo de un tiempo diferente al anterior, porque es desde aquí que empieza todo  y se encuentra la frontera: se ha dejado el bien y comienza el mal. Ese cristo crucificado y cargado de la pesada nieve está clavado en la cruz para vengarse de los hombres. El vendaval de nieve es el azote que los persigue. La puerta de entrada a la taberna o refugio, como sucedió con la mano del Redentor, no hay otra manera de ajustarla sino es con una madera clavos y a martillazo limpio. No es posible cerrarla con un pestillo normal, así que vez que se entra se necesitará de un hombre que aguante y otro que clave unas maderas para que la ventisca no entre de lleno en la posada. Desde la cruz hacia atrás no tienen sentido lo que ha sucedido, la guerra reciente ha asolado el país en cambio, ahora,empieza una situación nueva y los personajes buscan situarse de la mejor manera. Una caravana se desliza en mitad de la tormenta de nieve. Los personajes mantienen largas conversaciones para hacerse un sitio en la maldita caravana, porque su intención es la de salvarse de la intensa nevada y los conduzca a un lugar de cobijo. Para ello hay que dar razones de identidad y de peso si no quieres salir de ésta con una bala en la frente de esa pistola que te apunta a la cabeza. Se suceden las explicaciones en medio de un paisaje gélido y polar. Los personajes son de lo más variopintos: dos cazarecompensas, uno, L.J. Jackson, el negro de “Pulp Ficcion,” con sus presas muertas y empaquetadas como hatillos de ropa. pretende ganarse unos dólares,pero la carga se hace harta difícil de llevar; otro Russell, lleva su presa viva, mucho más incomodo de acarrear esta pieza porque no hay manera de que se quede quieta y que se calle de una vez por todas, por eso de tanto en cuanto hay que propinarle un puñetazo; otro de dice ser el Sheriff nuevo del poblado. Los personajes están abandonados a su suerte en un paisaje desértico como si se tratara de los únicos supervivientes de un país por crear por culpa de esa guerra recién terminada que no ha conseguido limar asperezas. Los diálogos son largos. En ellos, la provocación entre ellos se va sucediendo. Se buscan entre sí para darse el tiro de gracia de una vez por todas. El espectador también espera de un momento a otro el baño de sangre. Los diferentes modelos de vida que proponen se encuentran en un mismo espacio y en un momento determinado hay un personaje que pretende trazar fronteras por medio de los muebles. La casa y los espacios diferenciados entre el norte y el sur. Los personajes mienten o hablan sin cesar para provocar a su vecino o para convencerlo de algo. Las cartas ya están echadas sobre la mesa.
La historia no es lineal, por eso, Tarantino, vuelve atrás para saber qué pasó antes con los personajes que estaban de inicio en la cabaña. Los personajes  y las situaciones que se dieron unas horas antes, para darle un sentido a la realidad actual, la película sigue avanzando en el punto en que la dejó. El director estructura la película por partes, si bien la fractura no es tan bestia como en “Pulp Fiction” donde los tramos temporales se intercalaban con una cierta anarquía. Aquí tan solo se va hacia delante y atrás en el tiempo, porque quiere dar más detalles de esos personajes desconocidos que se encuentran abruptamente en el cobertizo y comprobar la verdad de lo que esconden. Ya ha llegado el momento de acabar con tanta mentira y dejarse de cuentos chinos. Los personajes acaban, como no puede ser de otra manera, en intercambio de disparos con las escenas típicas de borbotones sanguinarios. Disparos letales, cabezas al aire. J.L. Jacson que parece estar poseido por el diablo y las balas le resbalan, no le alcanzan en una zona letal, está poseído por el diablo. En la situación crítica, malheridos, es cuando andan con tratos de última hora, siguen mintiendo sin cesar para alcanzar una ventaja el uno del otro. Es complicado salir ileso de esta. Finalmente, puede que no convenza a todos este tipo de películas, pero el espectador ya sabe a qué atenerse cuando va a una sala que se proyecta una película de Tarantino: espectáculo, sangre, diálogos certeros para unos, aburrimiento para otros. Seguro que no dejará indiferente a nadie.

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