miércoles, 27 de enero de 2016

Sicario#Vendido



Título original                Sicario

Año                               2015

Duración                       121 minutos

País                               Estados Unidos

Director                        Denis Villeneuve

Guión                          Taylor Sheridan

Música                         Jóhann Jóhannsson

Fotografía                    Roger Deakins

Reparto                       Emily Blunt, Benicio del Toro, Josh Brolin, Victor Garber, Jon Bernthal,

                                   Jeffrey Donovan, Daniel Kaluuya, Maximiliano Hernández, Dylan Kenin,

                                   Frank Powers, Bernardo P. Saracino, Edgar Arreola, Marty Lindsey,

                                  Julio Cedillo.





“Sicario” es una persona que se presta a dar sus servicios al mejor postor sin mirar el lado en que se encuentra el propio comprador, ya sea la policía o las mafias de la droga. Benicio del Toro ( en un mismo año se puede meter en la piel de un casco azul en misión de paz  como sucede en la cinta de Fernando León de Aranoa en "Un día perfecto" muy diferente al matón a sueldo que nos ocupa) encarna el personaje duro que muestra el aplomo para enfrentarse  a cualquiera de las dos bandas.
Éste le da la bienvenida a la recién llegada al cuerpo especial de policía, Emily Blunt que se las verá en un papel arriesgado muy diferente al que tuvo en “La pesca del salmón en Yemen” donde mantenía un romance de amor con Ewan Mc.Gregor,el cual le muestra la panorámica de los cuerpos descuartizados y colgados de los puentes por el cártel.Con el careto de póquer y con la mirada perdida en el puente parece decirle: éstos son los tipos que  realizan las carnicerías , los mismos con quien te las vas a ver. Los personajes recorren Ciudad Juárez con un dispositivo policial descomunal. El embudo de tráfico que se produce en la frontera es una ratonera idónea para perpetrar ataques a las mafias que entran y salen del país. Éstas están agazapadas en sus coches con un arsenal de armamento. Las mafias de la droga, acorralados como fieras, están dispuestos a vender cara su piel. La emboscada está al caer. La tensión va creciendo a medida que asoman los cañones de las ametralladoras por entre los asientos de los coches. El intercambio de fuego cruzado no se hace esperar. Una vez ajusticiados a los mafiosos, siempre se atrapa a un rehén que se le obligará a escupir la información pertinente sobre la banda. Los métodos violentos se incrementarán dependiendo siempre de las ganas que tenga el pájaro de cantar. Siempre hay mecanismos fuera de la ley que dan mejores resultados para ello. Para eso está el sicario, mientras, contempla la situación el jefe de la operación, Josh Brolin, el cual parece moverse como pez en el agua en estos papeles enredados entre las drogas. Así le va en “No es país para viejos”, con un marrón de papel, perseguido por el loco Bardem, por arrastrar un maletín repleto de pasta, siempre con un reguero de sangra a sus pies. En un cuerpo donde se mastica la tensión y la muerte, también queda tiempo para la diversión, pero en un lugar con tanta corrupción, los policías nunca se pueden fiar de lo que se mueve a su alrededor. Por eso, nunca se sabe dónde está el enemigo.  En un mundo en que lo que prima es la información, la policía federal estará pringada hasta la mierda y puede ser que si la chica se enrolla con un apuesto chico, como le ocurre a la protagonista; resulta que es un infiltrado para averiguar los movimientos de la policía americana. La tensión está acelerada y las pulsaciones al máximo, porque cuando ésta se da cuenta de la trampa ya es demasiado tarde porque está a dos pelos de la penetración. Debe retroceder porque el placer y la muerte van de la mano. Es el momento de alcanzar la pistola de metal, pero ésta no se encuentra cerca. El enemigo quería darse dos placeres al mismo tiempo. Iba a utilizar la técnica del machista asesino: usar y matar. Pero la intuición de un policía puede esquivar la amenaza de muerte. Por lo tanto el placer y la muerte están unidas en una misma secuencia. El policía corrupto se ha metido en su vida con la doble intención de ganar dos lotes en uno: primero un poco de sexo, después sacarle  la información y luego matarla en la cama. Los personajes de Denis Villanueve son tozudos en mantener una postura firme como sucede con la obstinación de encerrar por su cuenta a un sospechoso pervertido  en la extraordinaria película “Prisioneros” del mismo director. Aquí, Benicio, obstinado en sus pretensiones, llegará hasta el final de sus intenciones. Éste consigue vengarse de su familia muerta. Con un final trepidante, el sicario ajusta las cuentas pendientes en un territorio donde la vida vale menos que en el resto de contornos. Por ello, no todos los mortales están capacitados para ocuparlo.



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