lunes, 4 de enero de 2016

Taxi Teherán



Título original             Taxi

Año                             2015

Duración                     82 minutos

País                             Irán

Director                      Jafar Panahi

Guión                        Jafar Panahi

Reparto                     Jafar Panahi                            



La película se inicia y transcurre dentro de un taxi de camino por la ciudad de Teherán. La intención del director, Jafar Pabahi, consiste en grabar de forma natural las conversaciones de los pasajeros que se producen en el vehículo. Éstos montan en el coche sin conocerse de nada. Allí cuentan sus opiniones u ocurrencias sobre temas de actualidad, los cuales son contrastados y puestos en debate entre los ocupantes. El conductor es un personaje especial porque es el protagonista, director y guionista, es decir, se trata del propio  Jafar Panahi, el cual pretende dar una visión distendida y natural de las opiniones de las personas tomadas al azar.







Se pretende, en un marco público, que se hable de temas candentes de la ciudad y que sean tratados con la mayor naturalidad. La imagen que ve el espectador viene a ser como un falso documental, porque está guiado por el propio director, con todo y eso tiene la naturalidad suficiente para que se crea las situaciones y los diálogos. Las personas que ocupan el taxi comentan temas desinteresados sobre lo que ocurre en su país, Irán, Comentan los robos  producidos últimamente y se debería tomar cartas en el asunto, con más mano dura, como por ejemplo, que cuelguen a más personas para que así sepan los mangantes a que atenerse. Pronto encuentra respuesta contraria en una mujer, la cual comenta si no le parece suficiente con los que se producen ahora, pues insiste en que la tierra que pisa es uno de los primeros países en el mundo en ajusticiar y ahorcar a la gente. Hay un pensamiento radical y dictador frente a otro demócrata y concienciado sobre los valores humanos. El conductor apenas habla, no rechista sobre los conflictos, pese a ser el artífice de ellos. Solo pretende mostrar la opinión de los pasajeros como muestra de la sociedad que entra en su coche sin que él opine. Ya tiene suficiente con colocar la cámara para captar a aquellos que hablan. Quiere mantenerse al margen no vaya a ser que lo detengan de nuevo en la cárcel como le sucedió en el año 2010, en este año se pasó más de tres meses encarcelado y gracias a la solidaridad de importantes firmas de directores del cine norteamericano salió ileso. Las profesiones pueden ser determinantes en la forma de pensar y para ver de qué lado se encuentra cada persona. Las pequeñas historias se van sucediendo a medida que recoge a los pasajeros en medio de la ciudad. Mientras, pasan calles edificios y nos recuerda el sistema de cine que usó Nanni Moretti en su “Caro Diario”, pero en aquella ocasión filmaba desde una vespa por las calles de Roma. Las historias siguen, entonces aparece la paradoja de subir a un pirata peliculero en el coche conducido por un director de cine. En sus propias narices trapichea con las cintas, justo en el careto de un creador de éstas. Sin embargo, el enano, no se sabía de su estatura hasta que baja del coche, se excusará con el comentario que si no fuera por él muchas de las películas no las hubieran visto en su país, ni siquiera tú,dirigiéndose al director, que ríe, por lo tanto, sigue con su razonamiento, todavía debería recibir un premio por distribuir ese tipo de cultura que de otra manera nunca se vería. El comprador es un futuro cineasta que pide consejo al director y éste le comenta que ha de buscar algo nuevo que no esté demasiado trillado de lo contrario no tendrá nada que hacer porque está bien ver lo que han hecho los grandes directores pero si lo copia nunca conseguirá destacar. Hay que buscar la originalidad. Más tarde entran unas señoras con un par de peces en una pecera que parece les vaya la vida en caso de no llegar al mediodía a una dirección que acaban de indicar. Posteriormente embocan en el coche a un ensangrentado accidentado y toman rumbo hacia el hospital. Al final, sube al coche una airosa  sobrina obsesionada en filmar una película que les ha mandado su profesor, eso sí, con unas normas y unas consignas precisas. De ahí no se puede mover la niña para crear la película. Con ello, el director muestra lo atado de pies y manos en que se encuentra la industria fílmica. El director/ conductor entra y sale del taxi continuamente para darle realismo a la cinta. La película es deudora del cine de Abbas Kiarostami, porque él mismo fue colaborador en “A través de los olivos”, allí, mientras se rodaba una película, los personajes, en los descansos, desmembraban temas relacionados con la realidad, es decir la cinta era la excusa para contar las situaciones reales de la vida y la sociedad de un país. En cierta manera, las imágenes que nos ocupan siguen el mismo sistema. En definitiva, el director pretende mostrar, por medio de conversaciones, el latir de la vida en Teherán, todo ello por medio de pequeños detalles, los cuales, si se rascan en profundidad aparecerá la intención real de su director.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en esta página