martes, 6 de marzo de 2018

Handia





Título original Aundiya

Año                2017

Duración        114 minutos

País                España

Dirección        Jon Garaño,Aitor Arregi

Guión             Jon Garaño, Aitor Arregi, Andoni de Carlos

Música           Pascal Gaine

Fotografía      Javier Aguirre

Reparto          Joseba Usabiaga, Eneko Sagardoy

                      Ramón Aguirre, Iñigo Aramburu,

                     Ala Kruse, Iñigo Azpitarte


La cinta ( ganadora de diez premios Goya, aunque no sean los más importantes, ya tiene su mérito) "Handia" (  de los directores Jon Garaña y Aitor Aregui creadores de aquella fantástica cinta llamada "Loreak"(Flores) donde se comentaba una situación extraña de un amor que había dejado de existir, pero que pululaba en el ambiente por medio de un ramo de rosas que recibía la amante, mientras el entorno se extrañada de tal hecho) se inicia en el siglo XIX en un ámbito rural del país vasco. La historia cuenta la realidad de un gigante de más de dos metros que por su estatura se puede vender en un circo como un producto de longitud. La historia se desarrolla en un ambiente rural de lo más cuidado donde aparecen las imágenes y las tradiciones que hoy en día nada de eso queda en los campos: deshacer los granos de las panochas en corro familiar y con las propias manos. Hoy sería imposible con la televisión y sus adelantos, medios que parecen separarnos cada vez más los unos de los otros. Puede que la ruptura de la familia llegue con esas máquinas que nos condenan en habitaciones separadas. En ese círculo de corrillo alrededor del fuego entre familiares y vecinos que desgranan maíz se producen miradas amorosos. Todo es paz y tranquilidad hasta la llegada de los 

carlistas que como los maquis tenían un efecto muy parecido, pues cuando se acercaban a los lugares rurales ya sabían que les iban a requisar los bienes. Los temores aparecían en las caras de los campesinos que corrían con los alimentos para esconderlos lejos de las garras de los bandidos. Se llevaban aquello que les apetecía: alimentes o personas reclutadas para la causa. La cinta da un giro en el momento en que el hermano del recién reclutado a filas crece más de la cuenta y, una vez vuelto del frente, se plantean comerciar este fenómeno como pasaría en películas anteriores como en "El hombre elefante" de David Lynch o "La parada de los monstruos" de Tod Browning. El gigante, lo mismo que los otros monstruos, mantiene esa situación de marginación de escoria humana incapacitada para ser normal y que cada vez se agrava más y más la situación del monstruo de feria.






La historia se inicia con el reclutamiento de uno de los hermanos por un batallón de carlistas. Éste se ve obligado a marchar sin su consentimiento. Una vez en el campo de batalla, los soldados se plantean preguntas sin respuesta: qué carajo hacemos aquí y por qué luchamos a muerte. Sucede como en todas las guerras que todos los soldados se matan entre sí, por una consigna que viene dada desde arriba y sin tener conciencia de qué sentido tiene matar a tu enemigo. Qué están defendiendo, por qué se matan entre sí. Se sucede una cruenta guerra y cuando la muerte está a tu lado quiere decir que se encuentra tan cerca que en pocos momentos la puedes palmar tú mismo. La lucha es descarnada, violenta, llena de barro y crueldad. En la guerra,cuerpo a cuerpo, la muerte siempre llega de un bando o del otro. Esa bayoneta que se clava en la espalda de tu enemigo, podía haber sido daga introducida en tu cuerpo. El barro, la carne, el sudor, la sangre, se hacen uno en un cuerpo abatido. La vuelta del hermano a la granja contiene una sorpresa: su hermano ha crecido una barbaridad. Entonces se plantean la posibilidad de salir a la ciudad a mostrar en circos ambulantes el descomunal hombre gigante. Por lo tanto, un mutilado de guerra y un gigante no pueden llevar adelante las tierras del casería y hay que buscarse otra salida. Los problemas llegan cuando de las medidas espectaculares se quiere crear un espectáculo circense donde el personal se ría a pierna suelta del gigante en cuestión. El espectáculo se crea a partir de que son vistos como auténticos monstruos y eso es lo que vende. Las vejaciones son constantes desde las risas que levanta su altura y la consideración de que es un hombre tonto hasta la misma reina que quiere ver con sus propios ojos las proporciones de todo su cuerpo al desnudo. En definitiva, el camino por la farándula y la desconsideración humana está más que servido.

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