viernes, 25 de mayo de 2018

Un lugar tranquilo



Título original A Quiet Place

Año                2018

Duración        95 minutos

Dirección       John Krasinski

Guión             Scott Beck, John Krasinski

Música            Marco Beltrami

Fotografía      Charlotte Bruus Chistensen

Reparto          Emily Blunt, John Krasinski, 

                       Millicent Simmonds, Noah Jupe,

                       Cade Woodward, Leon Russom. 

"Un lugar tranquilo" de John Krasinski

( director, guionista y actor principal) seguirá el título siempre y cuando se aguante el silencio. La casa los lugares por donde se mueven los protagonistas deben estar en absoluto silencio. La invasión de los alienígenas
que  han tomado la Tierra nos mantienen alerta, sin importarnos qué pasó anteriormente ni siquiera en el resto del mundo sino esa familia del bosque que no se sabe bien cómo han aguantado hasta el final, pero tampoco nos importa mucho. Se entienden por señales y se miran con recelo.Los niños juegan sin hacer el menor ruido, porque hay algo extraño que les acecha y el sonido despierta un monstruo terrorífico. Por eso, cuando se produce un descuido y cae algo al suelo, el terror invade el espacio  e incluso al propio espectador. Los protagonistas no tienen más remedio que hablar por señas para comunicarse si no quieren que llegue la bestia y se los trague a todos. Esos alliens del bosque se mueven con bruscos  alaridos de animal hambriento, con ganas de comer a su presa. Acechan a los habitantes de la casa en cuanto oyen un sonido. En ocasiones, la actriz Emily Blunt

debe contener el dolor del parto para no invocarlos. La situación se vuelve insostenible. No hay quien pare a los bichos. 




El cine de terror puede nacer del silencio, del suspense, de las miradas, de la complicidad entre los protagonistas y el espectador. Habitantes todos de un momento donde el susto  va a aparecer implícito entre pantalla y espectador. Un monstruo que se te va a tragar de un bocado. Y cuando se despierta la cosa esa entonces los habitantes de la casa temen por su vida. La situación es apocalíptica:no hay más humanos a su alrededor que la familia en cuestión. Parece que son los únicos supervivientes a una catástrofe. La necesidad del silencio promueve otros detonantes que entran en acción: entra en juego los gestos, las caricias. Inmersos en el caos, todavía queda lugar para la música insonora, con cascos en la oreja, el amor. El sufrimiento de un final cercano causa melancolía, más ganas de vivir. Esa familia no puede disputar y pelearse y por tanto se tiene que contener ante decisiones que deben tomar. Nunca hay nadie más, pero si aparece alguien que ose gritar de miedo, pues recibirá los correspondientes castigos. El suspense llega de la contención de los protagonista del sufrimiento que les produce contener el grito cuando tienen dolor. La película muda de voz humana, pero llena de alaridos del sonido del monstruo En definitiva, hay momentos donde el grito nunca ha sido más necesario y su contención casi imposible. Por eso, la cinta discurre con la delicadeza de los movimientos de los protagonistas por no hacer ruido alguno hasta que  es imposible aguantar.

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