viernes, 27 de julio de 2018

Martes, después de Navidad





Título original Marti, Dupa Craciun

Año                2010

Duración        100 minutos

Dirección         Radu Muntean

Guión             Radu Muntean, Alexandru Baciu

Música          Varios


Fotografía      Tudor Lucacio


Reparto          Mimi Branescu, Mirele Oprisor,

                       María Popistasu, Bragos Bucur,

                       Víctor Rebengiuc
   
La película "Martes, después de Navidad" de Radu Montean, ganadora del Festival de Gijón del 2010 y otros, cuenta la vida monótona de un matrimonio y la relación que mantiene el marido con otra chica. Desde el inicio, combina las dos relaciones con sencillez.

 Ese paso de la vida en dos planos diferentes donde en uno fluye el amor y en el otro el aburrimiento. Ese hombre que se relaciona con sus dos chicas: una, su mujer con la cual mantiene una vida social normal de relación de pareja donde va y viene a los lugares comunes,como una rutina aburrida;



 la  otra, su amante, en privado, dentista ella que frecuenta su consultorio que se mantiene en secreto con un idílica relación amorosa: se encuentran y hacen el amor y se relacionan con alegría. Hay un contraste de situación entre una forma de vida y la otra, entre las dos no guardan relación, mientras que la primera parece anodina y que el tiempo pasa sin mayores alegrías; la segunda hay amor y felicidad. Por lo tanto,en una la relación acabada y la otra llena de plenitud. 



En cierta manera puede verse como una cinta sin apenas encanto y con una progresión temática nula, como que nunca pasa nada, pero a veces la vida resulta ser eso y si te gusta la acción, intriga suspense o algo por el estilo desiste de ver este montaje. No sigas con la cinta.




La película transcurre siempre en dos planos: de un lado, la vida del matrimonio formado por la pareja y una hija; de otro lado, una chica dentista que mantiene relaciones sexuales con el marido del anterior matrimonio. Todo funciona de forma correcta, en el primero la vida pasa con normalidad en una relación larga y de mucho tiempo donde se suceden sucesos corrientes sin sobresaltos donde la relación familiar se desarrolla dentro de una normalidad pasmosa; en cambio en la segunda se aprecia una relación amorosa nueva donde la felicidad y el inicio de la relación adquiere un carisma de amor. Quizá haya escenas que se alargan hasta el infinito y no aportan nada, pero viene a ser como la vida misma. Hasta que llega la hora de la verdad: confesar a su esposa esa relación secreta con su amante o callar para siempre. Tras la confesión, la situación se vuelve tensa, insostenible. La esposa no digiere bien el engaño, por muy sincero que sea. Ahora, la guerra amorosa parece más cercana. A partir de ahora, ya nada será igual. 

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