viernes, 5 de octubre de 2018

120 pulsaciones por minuto



Título original 120 Battements par minute

Año                 2017

Duración         143 minutos

País                Francia

Dirección        Robin Campillo

Guión             Robin Campillo, Philippe Mangeat

Fotografía       Jeanne Lapoirie

Reparto           Nahuel Pérez Buscayart, Adéle 

                        Haenel, Yves Heck, Arnaud Valois,

                        Emmanuel Ménard, Antoine Reinartz

                        François Rabette.


AFLS son las siglas del frente revolucionario por el sida, es decir que buscan realizar follones allí donde hay actualidad o políticos realizando el discurso bonito para liarla parda. La intención de la asociación es que se haga saber la precariedad de este colectivo y que están vivos activos. Por eso actúan con violencia cuando interrumpen un evento.

 Atacan con globos de pintura que simula sangre y la lanzan por las paredes y las caras que se apartan con caras asombradas y de repudio con temor a un contagio. Quieren con esto que se sepa su precariedad y el descuido de las autoridades en prevenir su enfermedad y menos en combatirla. Así, pretenden, con la escaramuza, salir en los medios de comunicación para lograr algún tipo de mejora en su situación precaria. De eso trata "120 pulsaciones por minuto" de Robin Campillo,( premio del Jurado  en el festival de Cannes  de 2017, mejor película en los César 2018.

Adele Haenel ( aquella protagonista de la cinta "La chica desconocida" de los hermanos Dardenne donde un pequeño descuido por no abrir la puerta de un consultorio médico le lleva casi a su fin de la carrera profesional) es una de las activistas principales y

Nahuel Pérez Biscayart  que aparecía en "Nos vemos allá arriba" de Albert Dupontel aquí obtiene un papel más relevante para lucirse. en fin una cinta que se detiene en la problemática del SIDA del siglo pasado cuando se desconocían los factores y las causas, además de la poca información y del rechazo al colectivo.





La organización se rige por unas normas estrictas que evalúan en una reunión semanal. Repasan al detalle aquellos acontecimientos realizados y las actividades producidas en los altercados pasados, así como promueven nuevas batallas contra el régimen establecido. Estamos a finales del siglo pasado y la enfermedad del SIDA, ya sea por venir desde un colectivo marginal o por la falta de conocimientos no se le ha prestado la atención necesaria. Por eso, el grupo ataca con violencia. Las reuniones siguen con las quejas a la sociedad que no les importa ni una mierda su estado, ni hacen nada para buscar una solución al problema. Irán allí donde más impacto generen, ya sea en laboratorios, universidades, pues les interesa la alarma social, destacar que se sepa las precariedades en que se encuentran. En medio de la algarabía queda tiempo para las relaciones homosexuales. Pero no todo es protesta y felicidad, pues cuando ataca la enfermedad la energía se acaba y el drama hace su presencia. Hasta que la muerte deja atrás a un colega para siempre. En definitiva, cuando se dice que se puede contar lo mismo en 90 minutos, eso no es nada positivo de un espectáculo, pues si es la hostia lo que prefieres es que dure al máximo, quizá demasiadas reuniones con mucho bla, bla, bla…, ahí queda eso.

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