sábado, 3 de septiembre de 2022

El asesinato de Kenneth Chamberlain



Título original The Killing of Kenneth Camberlain

Año                 2020

Duración         83 minutos

País                Estados Unidos

Dirección         David Midell

Guión              David Midell

Música            Garrett Beelow, King Luck

Fotografía       Camrin Petramale

Reparto          Frankie Faison, Ben Marten,

                       Steve O'Connell, Ángela Peel,

                       Tom McElroy, Antoni Polk,

                        Laroyce Hawkins, Kelly Qwens,

                        Anika Noni Rose, Amando Reyes.

El pensamiento se va a otras situaciones similares que ocurrieron no hace mucho con las personas negras y la policía llevadas hasta el extremo. Ahí está el caso real en Minneapolis : un agente asfixia con la rodilla a un negro que clamaba al cielo que no podía respirar.Siete minutos grabados en un video que parecían una eternidad y que pudo contemplar el mundo entero. Ni siquiera se sabe por qué motivo: sencillo, abuso de la autoridad, racismo.Un asesinato en directo.El chico se llamaba Floyd, joven y con toda una vida por delante.En este caso, estamos ante una ficción basada en la realidad de unos hechos ocurridos, "afroestadounidense" asesinado de nuevo por la policía."El asesinato de Kenneth Camberlain" de David Midell, el cual cámara en mano sigue los acontecimientos desde cerca y con el movimiento que le da cierto atropello a las imágenes y también a lo que está sucediendo. Se inicia con una falsa llamada a los servicios sociales de una persona anciana, interpretado por 

Frankie Faison, que se encuentra durmiendo  de madrugada. La policía se activa y acude al domicilio. Ellos insisten en entrar en la casa a toda costa, pero el anciano se niega. La discusión se prolonga en el tiempo con las dos partes enfrentadas:uno negándose a abrir y los otros insistiendo en entrar. La crispación llega hasta límites insospechables. 


La tensión va subiendo de un lado y del otro , las partes se van aferrando a sus principios de no abrir, por un lado, y, por el otro, de insistir hasta el infinito.Lo malo de todo ello es que hablamos de una historia verídica con una muerte injusta.




La policía nunca se irá de un lugar sin conseguir las metas iniciales, así, si alguien no quiere abrir la puerta de su casa esto es un indicio de que oculta algo malo y deberá echarla abajo si fuera necesario. Por lo tanto, ya hay un motivo para insistir en la orden de abrir ese piso donde un anciano malcarado insiste en que le dejen en paz de una vez por todas. Este, pretende continuar el sueño a horas intempestivas de la madrugada, solo quiere eso, que lo dejen en paz.Los métodos, en un principio,  son de una suma educación ,pero el tiempo va madurando a los protagonistas que se van caldeando como metidos en una olla a presión y la mala hostia sube a unos límites insospechados.La policía quiere salirse con la suya aunque tenga que echar abajo la puerta de ese anciano testarudo. Piensan que puede tener drogas o putas escondidas, deben inventar mentiras ante los vecinos o la justicia con tal de salirse con la suya.El anciano chochea y habla consigo mismo lo que les lleva a pensar a los policías que detrás de la puerta esconde a alguien más. Sabemos poco de los personales, el inquilino fue soldado del ejército de los Marines de E.E.U.U. y poco prestigio le ha quedado de aquello, porque vive en unas condiciones bastante miserables con una demencia añadida posiblemente por las circunstancias del pasado en alguna guerra.La policía no ceja ni un ápice en dejar de bando lo que iniciaron, aunque se den cuenta que detrás de la puerta solo hay un viejo gruñón con ganas de que le dejen en paz.Los agentes siguen en la suya: abrir la puta puerta. Acuden más patrullas de policías para echarla abajo. Al final, un anciano negro y tres policía en desacuerdo crean esa tensión necesaria para aguantar hasta ese final trágico.

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