Un paseo con Madeleine

Leemos la tapa resumen de un libro y abandonamos. Siempre nos fiamos de ese crítico que se ha empapado tochos por un tubo. Esa maldita sinopsis nos puede reventar una película. Si leemos: "un taxista va a buscar a una anciana para llevarla a una residencia, pero le pide que la acompañe por ciertos lugares de su pasado". La verdad, nos puede echar hacia atrás y ni siquiera darle una oportunidad. En cambio, si varios críticos coinciden( muy entendidos ellos) en dejarla en buen lugar, pues ya es motivo para echarle un vistazo. Se supone que algo interesante habrán visto para darle buena puntuación. De entrada, apreciamos nostalgia en los primeros minutos de alguien que está en su tramo final de su vida y debe abandonar el lugar donde ha vivido todo su tiempo. Ya no puede seguir sola allí en ese caserón y debe abandonar. Por eso, en un inicio, puede tirar para atrás con ese inicio de "Un paseo con Madeleine" de Chistian Carion interpretada por esa actriz, 

Lina Renaud, que le imprime fuerza y delicadeza, sensibilidad, ironía y carcajadas a su situación patética Esa ausencia del lugar es un abandono de sí misma, puesto que deja atrás infinidad de recuerdos almacenados en esa casa. Eso por parte de la anciana, en cambio, su taxista, 

Dany Bonn, de media edad, que viene a llevarla a la residencia no se plantea la vida desde el mismo prisma, quiere ganar una pasta rápida, déjate de contar historias de una vida  y a otra cosa mariposa. La relación entre los dos no acaba de ser muy empática. No tienen nada en común, pues, en parte, los viejos ya no tienen nada más que contar y deben apartarse a nuevas generaciones. Esa es la primera imagen que él ve. Ese recorrido en taxi por los lugares que ella vivió recuerda en cierta manera a "Querido Diario" de Nanni Moretti que se paseaba por Roma con una vespa con el repaso de aquello que es cotidiano. Con la imagen mítica del propio Moretti en la barra de un bar y frente a una televisión de la época bailando

"El negro zumbón" que se emite por la pantalla en blanco y negro por Silvana Mangano. Aquí la relación entre los dos es un tanto áspera: ella que quiere conversación y él que no la quiere. La anciana comenta su pasado (recuerda en cierta manera, por su historia desgraciada con su hijo, a aquella actriz que la arrebatan a un hijo y lo pierde sin ser capaz de disfrutarlo en la película "Philomena" de Stehhen Frears con diferentes temáticas una de la otra) repasa encima del taxi, aquellos momentos cumbres de su historia. Los caminos que debe tomar en su vida y que se bifurcan. Así, esa señora al final de su vida, mantiene buen ánimo y una actitud positiva, pero, como muchas mujeres, cuenta que después del amor también las "pasó canutas" con el desprecio de un machista. Finalmente, después de un día entero dando vueltas llegan a la residencia en busca de un final dramático que se ve llegar de lejos.

Título original Une belle course

Año                 2022

Duración         91 minutos

País                Francia

Dirección        Chistian Carion

Guion             Chistian Carion

Música            Philippe Rombi

Fotografía       Pierre Cottereau

Reparto           Line Renaud, Dany Boon,

                       Alice Isaaz,Jeremie Laheuerte,

                       Julie Delarme, Thomas Alden,

                       Elie Kaempfen, Jaques Courtes,

                        Gwendoline Hamon.

La protagonista, antes de encerrarse para siempre en el asilo, indica al taxista que le lleve a esos lugares que le traen recuerdos de su juventud. Se concentra en ellos y los disfruta como si fuera la última vez en visitarlos. Una caída imprevista ha forzado su salida hacia la residencia. Ella se encuentra lúcida y por eso se hace más difícil abandonar su casa de siempre. Por qué no pasar por el antigua barrio donde vivió su infancia. Sin embargo, todo ha cambiado, ya nada es igual. Pese a que el taxista no quiere entrar en conversación, ella empieza a contar lo que fue su vida en el primer amor. Así, la historia se va al pasado, en la época en que fue feliz. El sabor del primer beso: " miel y naranja", comenta. Siguen con la relación estrecha: ella calmada contando su existencia, él nervioso perdido, vociferando insultos a otros conductores. Al final, el conductor se abre en canal y comenta que su trabajo no es nada digno, pues debe aguantar a muchos clientes indecentes y sucios. Todo por unos cuantos euros después de pagar todas las letras mensuales. Ella y él sentados los dos en un banco frente a lo que fue su hogar en el pasado sigue contando partes de su vida de alegrías y penas. No todo ha sido felicidad, pues ha tenido que sufrir palizas y violaciones de su propio marido borracho. Ahora le toca a él "Quid Pro Quod" yo te cuento mi vida y ahora tú me cuentas la tuya. En esa larga carrera de taxímetro hacia el asilo se cuentan la vida y ocurre de todo: incontinencias del cuerpo, parada de policías, descansos para desayunar. Con todo ello, se va creando una relación de amistad. Ese taxista gruñón del inicio empieza a sonreír y a disfrutar con las historias que cuenta la anciana. En fin, termina con ese sabor agridulce y la despedida de la anciana en un  resumen de su vida de la siguiente manera: "un día te enamoras de un americano y el día siguiente estás comiendo puré en una residencia de ancianos. Así pasa el tiempo, como un suspiro"